martes, 13 de marzo de 2018

AL DIABLO CON SUS INSTITUCIONES





Como hemos de estar ralos de intelectuales que, apelamos a las declaraciones o escritos de Enrique Krauze, como guías de la vida política. Krauze, que tiene una única vena que lo guía, la forma y fondo de pensar y escribir de Thomas Carlyle, en concreto de su obra “Los héroes”. Allí están los conceptos o gérmenes de conceptos y visión con las que Krauze, el árido historiador endilga su corta visión de la vida y de la política.

Ciertamente, Andrés Manuel, no tiene muchas veces la serenidad para afrontar los ataques que le hacen sus enemigos políticos como cuando dijo “Al Diablo con sus instituciones”, que dio pauta para tildarlo de intolerante y, anti democrático y lo es en lo formal, no hay remedio; con todo, todo lo que se diga es mera especulación con relación a la realidad. ¿Lopez Obrador cuando ha gobernado es intolerante y antidemocrático?, la respuesta es no, puede tener fallas como cualquier otro ser humano pero no la mala intención.

Ahora bien, Krauze, para emitir un juicio tiene como base únicamente las declaraciones de López Obrador nunca la realidad porque si tuviera en cuenta la realidad estaría en un manicomio. Quienes en la realidad envían al diablo las instituciones son los priistas y panistas. En efecto, Vicente Fox, tuvo la oportunidad de desmantelar la estructura mafiosa del Partido Revolucionario Institucional, y lo que hizo fue traicionar al pueblo y seguir con la corrupción priista. Felipe Calderón, desató una guerra que tiene como resultado miles de muertos y, no es que no se deba combatir la delincuencia organizada pero no de la forma tan descabellada y desorganizada como lo hizo. Enrique Peña Nieto, al darse cuenta que se terminó el régimen priista ha ido destruyendo a todos los órganos del Estado y, a sus instituciones. Prácticamente no hay ninguna institución o dependencia del gobierno que no esté en franca decadencia, en inoperancia. Todas las Secretarias han servido para los fraudes electorales. La flaqueza del Estado y la forma de vida paupérrima en todos los ámbitos se los debemos al Partido Revolucionario Institucional y, a sus cómplices, el Partido Acción Nacional y al Partido de la Revolución Democrática.

Andrés Manuel, no ha mandado en los hechos a las instituciones aunque no es muy fructífero ni elegante manda a las instituciones al diablo. Con todo, las especulaciones de los enemigos de López Obrador, deben tomarse con las reservas debidas mientras que, la corrupción de Peña Nieto, de sus cómplices, las de Ricardo Anaya, deben combatirse porque son reales sin ninguna duda.

Krauze, el Quijote mexicano que cree combatir gigantes endemoniados, ojala despertara de su sueño dogmático y se diera cuenta de lo errado que ha estado y en silencio purgue condena. Nos hacen falta ideas nuevas con la mayor riqueza de variedad y de profundidad para poder salir de esta endemoniada aridez del monologo krauziano. Puro conservadurismo servil al régimen de un historiador del formol.

Finalmente, el pueblo debe estar al pendiente de los hechos y actos de Peña Nieto, conociéndolo no resistirá la tentación de volver a usar las instituciones, órganos, dependencias del Estado para tratar de dejar en el poder a José Antonio Meade.  Peña Nieto, el verdadero destructor de las instituciones, el desdeñador de la república y de la democracia. Eso sin contar su corrupción, impunidad y cinismo.  

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