En
México, la pena de muerte está proscrita y las ejecuciones extra judiciales al
estilo de Porfirio Díaz, de “Mátalos en caliente” o “Mátalos y después averiguas”,
se pensaba que eran cosa del pasado en
los términos que alardea Miguel Ángel Yunes.
El
pasado 10 de marzo del 2018, en Rio Blanco, Veracruz, murieron dos mujeres jóvenes;
se puede apreciar en una imagen como una de las jóvenes se encuentra sometida y
sin peligro para su custodio y con posteridad en otra imagen se ve la imagen de
la misma joven muerta y en lugar distinto a la primera imagen. Dice el
gobernador Yunes que se trataba de delincuentes en los siguientes términos:
“No se
basa en lo que dicen… hubo un enfrentamiento, (la policía) encontró a estas
personas, las personas dispararon y los policías repelieron la agresión. Es
lamentable que mujeres jóvenes participen en la delincuencia organizada, está demostrado que las jóvenes pertenecían a
células criminales”.
Esto
es inadmisible. Yunes ignora o quizá simula no saber que, en primer lugar, el
gobierno debe estar para aplicar las leyes, el como gobernador, las leyes administrativas,
el Ministerio Publico ejercitar la acción penal correspondiente, los
legisladores crear y poner en vigencia leyes y los órganos judiciales
imponerlas penas de acuerdo la ley. Sin
embargo, Yunes se erige en policía investigadora, jefe del ministerio público,
vocero de su propia administración y en perito en todas las áreas del saber.
No
está demostrado que las jóvenes hubieran pertenecido a la delincuencia
organizada ni que portaran armas. Es sabido de como la policía altera las
escenas para justificar las ejecuciones extrajudiciales. Suponiendo que fueran
las jóvenes unas delincuentes, corresponde al Ministerio Publico ejercitar la acción
penal correspondiente y sostener su dicho ante el Juez de Control y durante
toda la causa. En segundo lugar, corresponde a los peritos dar su dictamen a la
Representación Social a efecto de que se determine si dispararon armas o no, o
si por el contrario fueron sembradas esas armas para justificar sus muertes. ¿Por
qué aparece muerta la joven Nefertiti después de estar ya sometida?. No es la primera ni la última escena del
delito que es alterada. La investigación debe llegar hasta el propio
gobernador.
En
todo caso, no es justificación que sean delincuentes los jóvenes y en concreto
las mujeres para que se justifique su ejecución. Esto es de tal gravedad que
los organismos internacionales de Derechos Humanos deben intervenir para dar
con la verdad; sin este requisito, estas muertes serán olvidadas y olvidar es
dar una patente de Corso al gobernador Yunes, de pasado y presente tan cuestionado.
El
gobernador de Veracruz es muy dado a tener ideas gansteriles y pensamientos
salvajes que lleva a la realidad con un comportamiento que es indigno de un
servidor público de tal grado. Debería entender y actuar en consecuencia que,
no le corresponde hacer declaraciones locuaces en problemas tan serios como
este y dejar que los peritos, Ministerio Publico, Procurador o el Secretario de
Seguridad Publica hagan su trabajo. Los tiempos de los gobernantes sátrapas debe
terminar y Yunes debe ser objeto de una investigación seria y, en su caso,
fincar o no responsabilidades a los responsables y condena a los culpables.
Por
otro lado, si bien es cierto que muchos jóvenes se involucran con la delincuencia organizada no
menos cierto es que, ha sido la clase política que se ha vuelto corrupta, con
impunidad y cinismo al propio estilo de Yunes. Si los gobernantes no fueran tan
corruptos y fueran capaces de crear las oportunidades para que empresas de todo
tipo, dentro de la legalidad, crearan trabajos bien pagados y con derechos
plenos a los trabajadores; que hubiera seguridad pública, sanidad pública y
todos los servicios que el gobierno debería prestar, seguramente no habría tantos
jóvenes en la delincuencia. Los gobernantes son responsables directos de esta descomposición
del Estado, del gobierno y de la sociedad.
Finalmente,
Yunes debe ser respetuoso con los gobernados, respetuoso con los familiares de
los jóvenes muertos en estas y otras circunstancias y rendir cuentas claras de
su administración sin los excesos de los que hace alarde. Parece más un
gobierno mafioso que un republicano con claros tintes de monarquía pues sus
familiares buscan diversos puestos públicos. No a la categoría de delincuentes
como justificación de ejecuciones extra judiciales y no, a los gobernantes con
atribuciones más allá de las legales. Es lamentable que gobernantes ignorantes participen en una república sin justificar su actuación de manera clara. Aunque las mujeres jóvenes se conviertan en delincuentes una de las tareas del gobierno es la reinserción social, no se puede tratar a los seres humanos como cosas desechables.