Los males viajan en tríos, y en esta ocasión el trio está
integrado por Jesús Silva Herzog, Enrique Krauze y Raymundo Riva Palacio. Estos
tres actúan en concierto contra de Andrés Manuel López Obrador, camuflados en
la “Libertad de expresión”, “La objetividad” y en “El intelectualismo”. Otra
triada que deviene en perversa por la forma en que se maneja.
Andrés Manuel, no puede estar libre de critica alguna, por
el contrario, debe ser criticado hasta en lo mínimo en virtud de que, el
escrutinio sano va enderezando lo que se tuerce o desvía de la democracia. Eso
que se llama libertad de expresión es una de las garantías individuales
constitucionales de los gobernados contra el gobierno y políticos.
Ahora bien, esa libertad de expresión debe ser general, de
manera alguna se debe dirigir casi exclusivamente contra un personaje ni estar
orquestado desde una empresa afín al gobierno. Jesús Silva Herzog se sabe públicamente
es empleado de Televisa, junto con Enrique Krauze y al parecer Raymundo Riva Palacio,
sigue los mismos pasos. Con esto se pierde la objetividad necesaria para la
libertad de expresión.
Con relación a ser intelectuales, tanto Silva Herzog y
Krauze, lo son de medio pelo. Basta con leer alguna de sus obras para ver con
claridad que no tienen los conceptos certeros ni las ideas claras y distintas.
Menos si se atrincheran en Televisa, a esta empresa no le interesa la verdad,
la objetividad ni la libertad de expresión sino la manipulación de los hechos a
través de las noticias. Una empresa como Televisa que tiene una programación basura
tal y como se constata con únicamente ver la mediocridad de sus programas.
Primero fue Silva Herzog quien en su columna de Reforma
critico a López Obrador, obteniendo respuesta del aludido. Inmediatamente salió
a su defensa Krauze, quien también recibió respuesta. Completa la triada Riva
Palacio, quien se suma a la crítica contra Obrador y a la defensa de Silva
Herzog y Krauze. Esto sería perfectamente entendible si esa libertad de expresión
fuera parte del pensamiento crítico que azota a todos los políticos.
En efecto, ¿Por qué esta triada no hace lo mismo contra
Enrique Peña Nieto que, no únicamente declara barbaridades, dislates, mentiras
evidentes y es el responsable de miles de muertes como ejecutivo federal y
comandante de las militares?. Esto es demasiado sospechoso y si se une con la participación
de los empleados de Televisa estas pruebas presuncionales dan claridad a la
verdad que se busca.
¿Qué objetividad, imparcialidad y libertad de expresión pueden
esgrimir los empleados de Televisa en sus críticas contra López Obrador?, ninguna.
Su intelectualidad es aún más cuestionable, tipos de la vieja guardia del
pensamiento priista. Nostálgicos de los días de gloria del Presidencialismo. Les
parece que la corrupción imparable de Peña Nieto es insignificante en comparación
con las respuestas que les da Andrés Manuel.
Con su silencio, Silva Herzog, Krauze y Riva Palacio, ante
la corrupción institucionalizada, los excesos e impunidad del gobierno actual y
de toda su zaga se convierten en cómplices del régimen. Su libertad de expresión
no es tal sino la guerra sucia ordenada por Televisa, su intelectualismo no es
tal sino ideología barata y su objetividad no lo es tal sino sumisión ante el
poder económico de Televisa y el poder político de Peña Nieto. Esta triada son
manso corderos ante el poder oficial y semi oficial y fieros lobos contra un
solo personaje, el mismo que pone en peligro a sus amos.
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