Un
sistema cualquiera puede ser implementado a los seres humanos mediante una
franja de uniformidad del pensamiento y todo lo que no esté dentro de esa
franja resultará un peligro por el propio miedo a lo desconocido o
estigmatizado como malo o peligroso. En este contexto, ni importa la capa
social a la que se pertenezca mientras ese miedo a lo desconocido o, a lo malo
sea el fondo real o imaginario en el que vivan los seres humanos. Pobres y
ricos, con grados académicos o sin ellos pueden ser manipulados.
Este
fue el medio por el cual se estigmatizó a López Obrador. Las estructuras rígidas
no permiten la crítica sana y evita la búsqueda de la verdad. Quedaron bajo
esta premisa instaladas las teorías del Shock y del Caos prestas para ponerse
en práctica y les funcionaron a los panistas y priistas. Lo mismo cayó, en el
garlito, Alfonso Romo que el más modesto campesino u obrero, amas de casa y profesionistas
con doctorado.
Los
propios panistas y priistas, tienen sus propios esquemas mentales y, es claro
que no saben ni pueden elaborar un nuevo esquema para tratar de impedir que
gane Andrés Manuel y, con suma torpeza han querido poner en practica la vieja
cantaleta del “Peligro para México”. Ahora bien, la sociedad cambio en sus
estructuras mentales, se les cayó la venda de los ojos y por fin se dieron
cuenta que AMLO no era un peligro para México sino que, los saqueadores son los
que desde el gobierno han propagado el anatema contra López Obrador.
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