La
vida se complica con el paso del tiempo y el crecimiento del desarrollo. Hace
cincuenta años hubiera sido imposible pensar en la privatización de las
empresas públicas. Hicieron falta tan solo treinta años de privatizaciones
paulatinas sin cambiar la Constitución para que se desatara la codicia mas
venenosa en la historia de México.
Para
privatizar hubo necesidad desterrar el patriotismo, la consciencia y la acción política
de la mayoría de los mexicanos. A la par, gradualmente se fue moldeando el gusto
por el consumo de artículos industrializados en detrimento de los artículos creados
artesanalmente. Paulatinamente pero sin remedio la nación mexicana se volvió enferma.
Sin embargo, la mayor locura es saber que se esta enfermo y no solo no hacer lo
posible contra el mal sino seguir calladamente viviendo en la decadencia.
Es
tan imperceptible y sofisticado el poder adormecedor que solo pocos pueden ver tal hecho consuetudinario
en todas partes sin que la mayoría siquiera sospeche que la están manipulando.
Con solo salir a la calle se puede saber inmediatamente que, se pinta por todos
lados el nombre de la libertad pero por todos lados se ven caminar verdaderos zombis.
La apatía se ha encaramado en los cerebros sin mentes activas. Estamos bajo las
ruedas del Neoliberalismo y ni siquiera somos capaces de quitarnos de su largo
y ancho camino.
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