Es
el pueblo, principalmente, quien debe sentirse satisfecho respecto de las
elecciones y, no los gobernantes y políticos. Ese sentimiento de satisfacción debe
tener como sustento la legalidad, la legitimidad con la consciencia de que este
sistema electoral está viciado y debe cambiarse para evitar que, en las
siguientes elecciones. Es evidente que, los gobernantes en turno no les importa
la legalidad ni la legitimidad y están dispuestos a violar las leyes a
sabiendas que tienen un manto de impunidad amplio y profundo. El caso presente
y concreto del Partido Verde, haciendo el trabajo más sucio a favor del PRI, es
el indicador de como el dinero en multas no les importa ni siquiera la veda
electoral ya podrán defenderse ante el Tribunal Federal Electoral y con los
puestos públicos alcanzados pagar multas irrisorias.
Cada
nueva elección los partidos encuentran formas novedosas y variadas para violar
la ley. Es menester que los ciudadanos impulsen e impongan leyes verdaderamente
eficientes para acotar la ambición desmedida de los políticos y sean
sancionados ejemplarmente los que violen la ley y no se siga simulando la
justicia.
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