La política en México se ha convertido en cosa de élites, alejadas del pueblo que de cuando en cuando, periódicamente salen momentáneamente de su zona de confort a mentir impunemente a los votantes a efecto de poder construir trincheras de impunidad inexpugnables, protegidas por una legalidad construida a modo por las mismas élites que gritan a los cuatro vientos: ¡Democracia, libertad, legalidad, legitimidad son nuestro indelebles sello de vida!. Vaya cinismo.
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