martes, 23 de octubre de 2012

IN DIABLO VITZILOBUCHTLI




Me sorprende en gran manera que los ataques que me hacen las personas que no comparten o no aceptan mi pensamiento, se dediquen casi exclusivamente al color de mi piel. Digo que me sorprende dado que en la formalidad son personas de muy buena educación; después, me divierte su tenaz, frívola e infantil arremetida. 

Por lo general, dejo estos ataques sin respuesta, en virtud de no importarme en lo mínimo tal cosa. Sin embargo, hay ocasiones que sacó del almacén mi única divisa en forma disyuntiva, cuando me dicen negro: ¿Qué prefieres ser negro o idiota?. Se ve que no están capacitados para decidirse a elegir de inmediato, dudan y hay algunos que definitivamente no entienden el fondo.

Ahora bien, creo pertinente decir que no soy negro, no, aunque no me molestaría teniendo la misma capacidad mental. En efecto, el primer apellido de mi padre era en realidad Miac que significa mucho, muchos en náhuatl y que por una razón que desconozco cambio a Míaz. Por lo que sé, somos descendientes de naturales y de allí la pigmentación de mi piel y de muchos de mis parientes, aunque como es de esperarse, existen en mi familia personas de piel blanca y aun güeros, Para mi, eso es irrelevante de fondo pero me gusta la variedad.

Para mí, ha sido importante reafirmar mis raíces autóctonas ya que allí es donde mejor encajo y de donde empecé a dar sentido a mi vida. Un buen día caí en la cuenta que estaba siguiendo la senda equivocada y que debería yo buscar lo más autentico de mis raíces y resultó que una gran vía se abrió rumbo a un mundo que el oficialismo había falseado y las ideologías habían definitivamente denigrado al tratar de llevarnos a la ultima moda. Es decir, se quería y quiere imponer una dominación cultural bajo el supuesto de una superioridad. Con todo, al descubrir la grandiosidad de las culturas prehispánicas una nueva visión se develo para mí y ya no fue posible que yo dejara de buscar y encontrar lo mejor de nuestro pasado.

Siendo legal y legítimo heredero de la cultura prehispánica me siento no solo conforme sino orgulloso, sin exageración, de poder insertarme en esta gran vía libertaria de atavismos bastardos, implantados para “mejorarnos” desde un enfoque totalmente extraño a la visión de la vida de nuestros antepasados. Cierto es, que muchas cosas y costumbres que tenían los pueblos prehispánicos ahora nos parecen inhumanos, pero, eso no era ni es razón suficiente para que ferozmente se nos trate de hacer una cosa tan horrible: El olvido.

Volver mansos a los pueblos guerreros fue la tarea más importante de los bien intencionados religiosos y lo que consiguieron fue un pueblo pasivo, acrítico. Para los gobiernos y para los extranjeros es de suma importancia mantener al pueblo mexicano en este lastimoso estado. Empero, fatalmente para ellos, las raíces de nuestros antepasados crecen y hacen florecer dentro de muchos esas ansias de saber y amar lo que subyace de autentico en nosotros y enarbolarlo como bandera de guerra contra la falsedad del mejoramiento humano en los mexicanos. ¿Mejoramiento de que y para que?. Los mexicanos de hoy somos infinitamente inferiores en casi todo a nuestros antepasados. Allí había una fuerza impresionante por y para la vida. La guerra era su divisa. Hoy la mayoría de mexicanos espera milagros en la pasividad más espantosa. Es lastimoso ver que la gran mayoría cree que las ideologías implantadas son las mejores y autenticas. No saben que toda ideología esconde la verdad, tergiversa la verdad.

No, no debemos olvidar lo mejor de nuestras raíces. Tenemos la tarea de mantener y hacer florecer lo que hay de verdaderamente bueno de lo mexicano. No me importa en lo mínimo que me digan negro, quienes así me llaman solo muestran su ridículo dogmatismo, su supuesta superioridad de raza, de cultura, sin darse cuenta que es solo estupidez lo que muestran ante mi afirmación de mis valores, tomados de mis antepasados, en fin, de mi origen. Olvidar mi pasado, eso es, pecado para mi. Desde el día de mí despertar puse en un lugar muy especial de mi mente las palabras ontinen (viviste) y otikkau mokal (abandonaste tu casa) pero no olvides. 

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