domingo, 15 de marzo de 2020

EL PANISMO Y LA REALIDAD, HOY



EL PANISMO Y LA REALIDAD, HOY

El panismo nació con su pecado original, el conservadurismo basado en la Biblia, en los dogmas de la religión católica. No es casual que se oponga al aborto, a la libertad femenina, a los derechos de los trabajadores y en especial de los más pobres; se creen elegidos por el Dios cristiano para gobernar, pero más para dirigir una Humanidad pecadora. Toda su política está basada en el catolicismo.

Durante un tiempo el panismo no fue más que una barcaza navegando en la noche del presidencialismo priista hasta que el sistema político totalitarista entró en decadencia y hubo entonces el partido único de Estado, menester de cómplices para alargar su estancia en el poder. Claro, ni priistas ni panistas supieron entender el momento y sus consecuencias.

Soberbios por creerse elegidos para mandar al pueblo ignorante (según sus creencias), los panistas se han comportado como señores medievales y creyeron que con la alternancia en el gobierno de estados y en el gobierno federal era una señal divina. Con embargo, por estar esperando señales divinas y por aferrarse a espejismos no vieron que, estaban aliándose al Titanic mexicano de la política, el PRI y que se los llevaría al fondo del abismo político.

El panismo se estrelló contra las ruinas del sistema totalitarista priista y casi todo lo ganado se les fue de las manos. Esto se agrava para los panistas pues no solo está derrotado el sistema Presidencial, sino que, la fuente misma de su política, la fe cristiana está en franca decadencia (esto no significa que vaya a desparecer), con los innumerables casos de violación de menores por todo el mundo, las inmensas riquezas acumuladas y la corrupción total de la Santa Madre Iglesia.

A los conservadores no les gusta variar sus métodos ni mucho menos innovar la forma de hacer política, siguen aferrados al Génesis y a todos los dogmas emanados de las Sagradas Escrituras, y tienen por seguro que al final de los tiempos se les abrirán todos los parabienes prometidos y que, el resto del mundo quedará inmerso por siempre en el infierno; lugar que ninguno sabe dónde se ubica pero que están ciertos o mejor dicho dogmatizados de su existencia.

Esta rigidez estrecha de mente los lleva a actuar como si las circunstancias les fueran a las mil maravillas y con un entusiasmo proveniente su ignorancia todos los días salen a pontificar sobre la vida, la política y sobre cualquier tema que les parece les darán puntos para volver a gobernar el Estado mexicano. Esto sin darse cuenta de la precariedad del Partido Acción Nacional. Los panistas han perdido el rumbo, el norte y cualquier estrella fugaz les parece ser la Estrella Polar y por el momento se les iluminan los rostros para inmediatamente caer en la cuenta que todo era una ilusión. Esto es su infierno en la Tierra.

A pesar de los reveces sufridos una y otra vez es evidente que los panistas no van a variar su estrategia y, menos a proponer un nuevo sistema político y mucho menos un modelo de Estado acorde a estos tiempos. Es una oposición que ha quedado de simples comparsas cuando no un simple montón de bufones que alegran al pueblo con sus ocurrencias, sus denuncias descabelladas y sus dislates. Eso claro que no es política y no sirve para la reconstrucción del Estado mexicano. Han abandonado el campo de batalla político para fugarse a un mundo etéreo en donde se solazan con sus ingratitudes y circo privado.

Por si esto no fuera suficiente, la fragmentación interna los ha dejado entecos al grado de volverse más reaccionarios que antes, menos funcionales, sin que puedan encontrar el rumbo de la realidad para tratar de construir una propuesta política que los ponga nuevamente en la lucha y después de un largo trabajo de sanación propia y de un convencimiento de sus militantes intentar nuevamente llegar a convencer al electorado de ser una buena opción.

Francamente no se ve como el Partido Acción Nacional pueda reconstruirse y ser un oponente que, proponga y haga reflexionar al gobierno en turno sobre la cosa pública. Le han dejado a la “izquierda”, todo el camino sin una verdadera oposición. Sería muy interesante analizar cuanta responsabilidad tienen los priistas, panistas y perredistas en el triunfo no únicamente de Andrés Manuel López Obrador sino de un movimiento que parecía no tener un buen futuro inmediato y que a muchos les parecía un chiste. Lo que no vieron es que, este movimiento que, finalizó en partido y gobierno, era un movimiento no solo de las llamadas izquierdas sino de una sociedad si cansada del binomio “corrupción e impunidad”, pero mucho además que ya había perdido la fe en el Presidencialismo por diversas razones nacionales e internacionales. Esa pérdida de fe en el sistema político tuvo sus bases reales aunque terminó siendo un estado mental que obro al unísono en una muy buena parte de los electores y que tomó por sorpresa a propios y extraños.

lunes, 2 de marzo de 2020

AMLO PIERDE POPULARIDAD



AMLO PIERDE POPULARIDAD

Los periodistas, analistas y políticos son de poco alcance mental y generalmente no estudian más que lo superficial. El trabajo de los periodistas es tratar de llegar al mayor publico posible y que este consuma sus noticias que tienden a llegar a los sentimientos del gran público, pero no a la razón. Los analistas se venden al mejor postor y son capaces de decir o predecir cualquier pronóstico que se les pida. A los políticos ya sea que estén en el poder o sean oposición no cambia su calidad de lerdos en eso de saber hacia dónde va la política.

Así pues, no debemos confiar en esta trinidad pues no dan más que esbozos de la realidad. Es cierto que es imposible saber la verdad absoluta; sin embargo, es suficiente con tener todos los factores que van construyendo la realidad y en especial, los que van delineando lo que es esta llamada Cuarta Transformación.

Esos factores son, como ya he dicho hasta el cansancio, externos, internos, materiales, económicos, sociales, mentales, de idiosincrasia entre otros y todos tienen su grado de influencia que no se pude soslayar de manera alguna. Ahora bien, no voy a descubrir el hilo negro en estos pincelazos, pero tratare de que a lo menos quede figurado o prefigurado el futuro de los próximos veinte años. Claro que corro el riesgo de caer en el rango de charlatán pero eso no me arredra y como siempre correré tal riesgo. Otro punto que quiero dejar bien en claro es que, no soy defensor, partidario o seguidor del obradorismo. Mi posición como abogado y filósofo no me permite ser gregario de ninguna persona por muy importante que esta sea. Yo, vivo bajo mis propias reglas y sigo lo que considero digno de seguir y antes que, a las personas sigo los ideales como la democracia, la legalidad, la legitimidad, la solidaridad y por sobre todo la nobleza y forma de vivir, de pensar de los mexicanos. Eso y no más.  

Bien, esta Cuarta Transformación, lo es en su esencia. Proviene de múltiples factores que ya he analizado en otros escritos y tiene una cualidad que está basada en la pluralidad de ideas y posturas políticas, económicas y filosóficas que coinciden en un punto: el sistema Presidencial está agotado. Y, ese agotamiento no es salvable, sino que se profundiza y no parará hasta que el Partido Revolucionario Institucional desaparezca como actor principal, de reparto y hasta deseable.    

Esto nos lleva a otro escenario. Es cierto que muchos priistas del viejo régimen están insertos en esta Cuarta Transformación.  La siguiente pregunta esta cantada. ¿Esto manchará al traste a esta Transformación? ¿Es el fin próximo?. Deseos inacabados de jóvenes inexpertos en el tema. No hay tal. Todo cambio de época, sea este el que sea, no las tiene todas consigo y en muchas ocasiones corre el riesgo de perder el norte y eso le ocurre a cada uno de nosotros. Bien, este es el escenario perfecto para poner a prueba a los actores principales.  Y, de eso se trata.

Ahora bien, la oposición no da en el blanco pues se ha empecinado en dirigir su artillería contra el actual presidente y creen falsamente que están en una batalla autentica y no se dan cuenta que están actuando como bufones. Este cambio, esta Transformación no es contra un solo hombre es contra la parte más importante del pueblo mexicano que va a llevar esto hasta sus últimas consecuencias, Obrador con toda su importancia es el símbolo, es la punta de lanza, el pueblo es el verdadero actor principal del cambio.

Ese es el Talón de Aquiles de la pobre oposición. Creer que al atacar a López Obrador están labrando un camino positivo cuando en realidad cavan su propia tumba política. ¡Que ciegos, que torpes!. Y no van a cambiar porque no tienen en su ADN el gen del cambio sino del conservadurismo. Y, esto los llevará irremediablemente a su encrucijada y extinción.  

Si algo podría salvarlos es proponer un nuevo modelo funcional del Estado mexicano, pero tiene, la oposición un grado de estudios de primaria y eso los hunde. Proponen lo que no deberían y creen que eso es política de la buena. Es lastimoso verlos con tantas limitaciones intelectuales. ¿Qué saben de política, de Derecho o Filosofía?. Cero.

Son malas noticias que, aunque crean se van a cumplir al pie de la letra. Esta Cuarta Transformación a pesar de su aparente debilidad, va a pasar como una aplanadora sobre la oposición. El futuro no está lejos, el 2021 está a la vuelta de la esquina. Eso despejará toda duda sobre lo que he dicho y sobre los deseos de la oposición. Luchan contra un enemigo intangible que los ha sentenciado al fracaso. Esto continuará…

lunes, 17 de febrero de 2020

¿TIENEN O NO DERECHOS LOS DELINCUENTES?


¿TIENEN O NO DERECHOS LOS DELINCUENTES?

De inicio la mayoría de las personas dirían que los delincuentes no tienen derecho alguno y que, por delinquir han perdido todo derecho. Pero esto que parece tan evidente carece de soporte legal, ético, moral y humanístico. En la Antigüedad se aplicaba la “Ley del Talión”, consistente en aplicar un castigo, generalmente de la misma magnitud del delito cometido. Pero el Derecho se fue perfeccionando (Y, espero que se siga perfeccionando a mayor velocidad), y entro en escena la equidad que tomaba ya en cuenta las circunstancias en que se cometían los delitos. Es evidente que quien roba es un ladrón y debe ser castigado pero no se debe castigar de la misma manera quien roba por hambre (el robo del famélico), lo estrictamente lo necesario a quien roba para hacerse rico ilegalmente.

Los Derechos Humanos son de, relativamente reciente implementación y todavía hoy, se sigue debatiendo si estos derechos son de naturaleza iuspositivista o iusnaturalista pero no hay duda de que estos derechos son progresistas y lo deben ser pues, en un mundo en donde lo meramente material se ha entronizado por encima de los valores tales como la solidaridad, la amistad, el valor, la libertad, la legalidad es menester que se haga a lo menos un esfuerzo por no perder de vista lo que tiene de humano positivo la mayoría de personas.

De común se cree que a los peores delincuentes se les debe imponer la fuerza del Estado sin ningún miramiento. La experiencia demuestra que la pena de muerte no soluciona ni frena la delincuencia; tal y como sucede en los Estados Unidos de Norteamérica y no es raro que se condene a muerte a muchos inocentes y ya muertos; no hay remedio.

Los Derechos Humanos tienen una ya buena tradición teorética y practica en muchos Estados nacionales como en los Nórdicos con muy buenos resultados. Y, no se trata de dejar sin pena a los delincuentes pero si estos violan el orden irracionalmente, rompen las leyes y ponen en zozobra a la sociedad no es bueno que, las personas racionales, pierdan su integridad, su lado positivo de humanidad y se conviertan en verdugos despiadados de la venganza. ¿Qué diferencia habría entre los asesinos, violadores y demás delincuentes con aquellos que sintiendo tener la razón se deleiten con el dolor y la muerte de los delincuentes?. Ninguna, serían asesinos escudados en una supuesta “verdad legal”.

En México hemos llegado a grados de salvajismo inaudito y los “legalistas” y “racionalistas”, creen que volviéndose verdugos de los delincuentes los vuelve héroes; no hay tal. El problema de la delincuencia tiene raíces diversas que siempre yacen en la misma sociedad que, aunque no lo piense ni acepte, está enferma. En este mismo contexto, el Estado o mejor dicho los órganos del Estado son ineficientes para prevenir, impartir justicia y legislar las conductas delictivas. Es decir, todos somos responsables de las actuales condiciones en que vivimos.

La decadencia actual del Estado mexicano, se agudiza a partir de los años 80s del siglo pasado y paso que, se veía que gradualmente se volvía más decadente el Estado y no se hacía lo necesario para resolverlo o de plano las autoridades se volvían cómplices de la delincuencia. La sociedad misma se sumergió en una orgía de decadencia mientras todo empeoraba. El mal viene de lejos y no se va a resolver con barbarie como lo piden insensatos con negras intenciones.

A los delincuentes se les debe castigar de acuerdo a las leyes vigentes pero respetando el debido proceso y sin violencia innecesaria. Venimos de un sistema legal lleno de barbarie, de injusticias, de ilegalidades y de todo tipo de excesos como para dar un giro de 180 grados y volver de donde tanto se luchó por salir. Mucho me temo que aquellos que piden imponer la “Ley del Talión”, es decir, la barbarie, el salvajismo no tienen ni idea del Derecho, de la Filosofía y sí mucho de ignorantes, de enfermos mentales cuando no de rijosos pagados.

Es evidente que, como integrantes del Estado mexicano, sociedad y autoridades nos hace falta muchísimo saber sobre los Derechos Humanos, como protectores primero de las víctimas y después a los victimarios. Pero esto no invalida ni la teoría ni mucho menos la práctica de los mismos. En tiempos de zozobra nunca faltan los que, abonan con el máximo ardor al máximo salvajismo verbal y material. En resumen, los delincuentes tienen derechos no únicamente por ellos mismos sino por no caer en el mismo nivel de irracionalidad que los delincuentes. Claro esto está en los Tratados Internacionales que el estado mexicano ha firmado y ratificado y en el texto del artículo 22 de la Constitución General[1]. No es un capricho. Ya lo dijo Nietzsche: “Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también este mira dentro de ti”




[1] Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.

domingo, 16 de febrero de 2020

¿POR QUÉ GANARÁ EL CAMBIO POLÍTICO?



¿POR QUÉ GANARÁ EL CAMBIO POLÍTICO?

Los analistas nacionales, extranjeros, periodistas, comunicólogos y políticos de viejo cuño están ciegos y obstinados con volver al pasado; no hay tal, el viejo régimen político dio todo de sí; se agotó y quedó inservible. Imaginen lo disímbolas que son las circunstancias políticas, sociales, científicas, tecnológicas, económicas y artísticas entre el México de 1929 y el actual. Son totalmente diferentes; son el inicio y el fin de toda una época en los rubros ya señalados. La vida entre estos dos polos es tan opuesta en 180 grados. Incluso el México de 1984 con el actual sigue el mismo patrón. En los años 80s, el Partido Revolucionario Institucional, todavía vivía sus años dorados de control total en la política, la comunicación de todos los medios periodísticos y de televisión, la economía era controlada por el presidente en turno.

Pasamos de un Estado cerrado, totalitario bajo un régimen Presidencial, con un único partido de Estado a un Estado plurinominal en partidos, en pensamiento libre, con un Presidencialismo decadente, con una apertura irremediable. Imaginen como fue vivir bajo un régimen político que controlaba todos los medios de comunicación y a partir de ahí, construir la verdad oficial que distaba 180 grados de la verdad real. Hoy, sigue siendo confuso para los ciudadanos y población en general saber la verdad real pero sin duda alguna las redes sociales han roto esa construcción de la verdad oficial en muy bien medida.

Los jóvenes y las mujeres no van a ceder en sus pretensiones de libertad, de justicia, de igualdad aunque muchas veces no sepan encontrar los medios adecuados para exigir estos derechos. A diferencia de los ciudadanos durante el régimen Presidencial que eran totalmente pasivos; hoy, los ciudadanos han iniciado a ser activos y más si pertenecen a la juventud y al género femenino. Los viejos patrones conductuales en todos los ámbitos han caído en desuso y se han puesto en vigor nuevos valores; que no necesariamente tengan humanismo pero tampoco es un desastre como se quiere ver.

Estas nuevas generaciones ya no aceptaron la tradición política y decidieron cortar con el pasado de tajo y no darán marcha a tras hasta no terminar con la vieja política y crear una propia; buena o mala, eso ya se verá. Por lo pronto, los conservadores pueden ya despedirse para siempre del Presidencialismo, del partido único de Estado, de la cerrazón estatal, de la pasividad ciudadana. Claro, la población en todo momento está en riesgo de ser engañada, de ser controlada por mitos, de ser encaminada a su propio sacrificio en aras de intereses contrarios a los suyos.  

Ahora bien, el pueblo mexicano durante cientos de años se ha ido formando y transformando pero casi siempre ha estado bajo el poder personal de sus gobernantes y bajo el poder del partido único de Estado; es decir, no tiene la experiencia democrática sino de oídas y de una magra practica el uno de julio de dos mil dieciocho. Pero a pesar de todos estos peligros una buena parte del pueblo mexicano conoce por sí, por medio de la historia mexicana o de oídas las entrañas del viejo régimen político. En efecto, el descrédito en el que ha caído el PRI, es tal que, francamente no se ve como pueda, no ya volver a tener años dorados sino siquiera seguir existiendo. Perdida la fe en un régimen político, en una época no hay forma de volverla a ganar. Sin fe no hay futuro bueno para el PRI.

Ya venía un movimiento político desde los años 60s del siglo pasado y a pesar, de dársele el crédito debido terminó por imponerse al punto de ponerle fin al Presidencialismo. Claro, esto sin olvidarse de los factores externos, internos, materiales, psicológicos y de todo tipo. Las nuevas generaciones sienten la íntima necesidad de construir nuevas instituciones, un nuevo régimen político, económico, social, artístico; es decir, de vida que lo sientan suya y no ajena o prestada. Ante el ofrecimiento de la oposición; el pasado y formas nuevas, ganaran estas últimas pues el mexicano actual no puede ni quiere vivir en las ruinas del pasado. Sin tener en cuenta esto no se podrá construir un buen futuro.

sábado, 1 de febrero de 2020

MÉXICO: ¿PASADO O FUTURO?



MÉXICO: ¿PASADO O FUTURO?

La realidad tiene su propio ritmo sin importar lo que los seres humanos quieran. Con todo, la realidad nunca deja de cambiar aunque a simple vista no se pueda apreciar. En este sentido, siempre se debe hacer lo que hizo Julio César; querer el futuro; contrario a lo que hizo Alejandro Magno, buscar el pasado. Claro, los hechos que realizó el macedonio son extraordinarios pero su imperio duró muy poco después de su muerte; en cambio, el imperio romano tuvo una suerte totalmente contraria.

Esta es la razón por la cual no se deben prestar oídos y menos tomar partido a los priistas y panistas pues quieren el pasado, lo ido, lo inexistente como realidad y por tanto, inviable. No es que se debe dejarse llevar de manera mansa al futuro sino con la consciencia que es nuestra vida la que está en la escena pública y privada. Una sociedad que quiera un buen futuro debe ser consciente, crítica y con la acción política en las manos prestos a participar en cuando sea menester pues los políticos se corrompen a la primera; sin importar el discurso.

Ahora bien, el pasado que ofrecen los opositores al nuevo régimen en construcción es el pasado totalitarista, de corrupción, de mediocridad, de la vida de una élite política llena de lujo, todo esto, sin rendición de cuentas. Sin embargo, eso no es ya posible pues el cambio constante obliga a los seres humanos a no quedarse fuera de este cambio so pena de quedarse rezagados, anacrónicos y esto es negar la vida, negar el cambio, el futuro.

En efecto, el cambio aunque mínimo obliga a cambiar y cambiar positivamente, hacia el futuro, no negativamente, hacia el pasado. Y esa construcción positiva es evidente pues en realidad no podemos ir al pasado sino como una simulación, como una falsedad, una mentira conocida con apariencia de seguridad. El futuro en cambio siempre se presenta inquietante, inseguro y hasta aterrador pero ese siempre es el reto a que se enfrentan los humanos, construir en arenas movedizas.

El pueblo mexicano debe madurar mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora pues desde su independencia política ha ido perdiendo territorio gradualmente y siempre está entre dos aguas y no ha logrado hasta ahora salir de ese círculo vicioso de intentar el avance y volver a caer en otro régimen ausente de democracia, de legalidad general y positiva, de libertad y de auténtica identidad nacional. Estos y no otros son los retos del pueblo mexicano para poder forjar un régimen político y un Estado que le permita una vida digna en lo mínimo.

viernes, 31 de enero de 2020

RAZÓN DE LA EXISTENCIA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL


RAZÓN DE LA EXISTENCIA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue creado desde el poder y tenía como fin proporcionar políticos al gobierno en turno. El PRI fue un partido único de Estado porque aunque el Partido Acción Nacional fue creado en 1939, realmente no era más que una figura decorativa en la política. El nuevo régimen político emanado de la revolución de 1910, ya tenía en claro que las dictaduras personales como la de Porfirio Díaz, no tenían futuro. Se iba a crear un sistema político nuevo y hubo dos intentos anteriores. Primero fue creado, en 1929, el Partido Nacional Revolucionario (PNR); en 1938, se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y finalmente, en 1946 quedó en definitiva como Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En los tres casos ya mencionados existe la misma idea y fin de explotar los anhelos de los revolucionarios, de los ideales de la revolución, el nacionalismo mexicano y todo aquello que pudiera darle consistencia ideológica al partido. Y como partido político el PRI, se apropió del Estado mexicano en su totalidad y para ello creo tres grandes sectores (obrero, campesino y popular), en donde iba a parar a gran mayoría de los ciudadanos. Por si esto fuera poco, se crearon sindicatos de todo tipo, organizaciones campesinas, obreras, sindicatos, centrales obreras y aglutinó a todo tipo de líderes y caciques; en suma logró el control total del Estado mexicano. Los políticos priistas, sabían que tratar de imponer una dictadura personal era una idea descabellada e inviable. La solución que le dieron fue crear la dictadura de un partido único de Estado con apariencias de democracia, de legalidad general

Durante la hegemonía del PRI, según iban cambiando las circunstancias este también cambiada pero sin perder el control total del Estado y siempre explotando una revolución que cada vez era más lejana y los políticos se volvían cada vez más corruptos. Sistema político tal, con su blindaje en capas y más capas iba a durar décadas en perder el poder y tenían que pasar hechos exteriores para que se iniciara la caída de todo su andamiaje. Estos hechos fueron el producto de la llamada “Guerra Fría”, que da su primer golpe demoledor, al lograr los Estados Unidos de Norteamérica (USA), con la ayuda del Vaticano, la caída del Muro de Berlín (1989). El segundo hecho que dio paso al cambio mundial de paradigmas, lo fue la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1990-1991); esto dejaba el paso franco al Neoliberalismo. Adiós Estados patronales.

En México ya se estaba gestando el cambio económico de un Estado patronal a un Estado Neoliberal (1984-2020), pero sin duda alguna lo que aceleró el cambio de sistema económico en el mundo lo fueron los dos hechos ya narrados entre otros. Y, en México esto iba a calar hondo pues a la sazón el totalitarismo del PRI, se estaba merando en oleadas de luchas y vigencia de derechos políticos y ciudadanos, que iban mermando el totalitarismo hasta llegar al histórico 1988, cuando se crea un bloque de izquierdas encabezado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, entre muchos otros líderes de no menor importancia. A partir de esta fecha la oposición y la sociedad en su conjunto irían socavando el régimen político hasta cambiarlo de tajo.

En resumen, el Partido Revolucionario Institucional, logró institucionalizar los frutos de la revolución mexicana de 1910, y logró gobernar de manera totalitaria el Estado mexicano sin casi oposición pero, en un mundo siempre cambiante los golpes decisivos iban a provenir del extranjero al término de la “Guerra Fría”, la oposición incansable, la sociedad consciente e, increíble, los propios actos y hechos de los priistas lograron lo que parecía imposible, terminar con un régimen viejo, tan viejo como el que más.

De común se cree que la corrupción priista fue la gran carga que, que hundió al PRI, y no hay duda que, fue un factor importante pero; sin embargo, no fue el más importante pues hace 30, 24, 18, 12, 6 años y aun ahora, la corrupción es su sello distintivo pero el régimen priista cayó más por las privatizaciones, por la fragmentación del poder político y los hechos externos que por la corrupción.

Mientras más privatizaban las empresas estatales perdían votantes y trasladaban ese poder rector de la economía (artículos 25 y 28 constitucionales), a las trasnacionales y mientras más partidos políticos surgían el poder presidencial (base del régimen), se iba trasladando a las cúpulas de los diversos partidos. El Presidencialismo como base del poder político en el Estado mexicano, tenia contados sus días. Y, la fecha llegó, uno de julio de dos mil dieciocho y el átomo priista se partió y, gradualmente se ha ido fragmentando sin remedio y se puede predecir su fin.


El PRI nació desde el poder y tenía como fin nutrir políticamente al Estado mexicano con políticos disciplinados y plegados al presidente en turno. Pero ese totalitarismo se fue resquebrajando hasta su caída; ya sin el Estado totalitarista, sin Presidencialismo, sin estar en el poder político por lo menos de la mayoría en los tres niveles de gobierno, la razón de existir del PRI, se esfumó en la noche más negra y lo esperan las riveras de la historia. 

domingo, 19 de enero de 2020

¿POR QUÉ CANADÁ Y LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA SON MÁS PRÓSPEROS QUE MÉXICO?



¿POR QUÉ CANADÁ Y LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA SON MÁS PRÓSPEROS QUE MÉXICO?

Por lo general a esta pregunta se responde con prejuicios como la “raza”, y no desde el proceso gestativo con todos sus elementos o por lo menos los más importantes. Y, entonces estaremos en la capacidad de entender la realidad actual y prever el futuro en caso de seguir la tendencia de las tradiciones o cortar o intentar cortar los elementos que impiden que un Estado crezca.

Estamos en el siglo XVI, en la Europa medieval se gestaba una nueva forma de ser humano que rompería con las tradiciones de la Iglesia católica tradicional. Para ello era necesario que las instituciones de poder cayeran y cayeron. El poder político que hasta entonces mantenían los nobles se fue trasladando a los burgueses. El poder religioso tuvo su cisma con la reforma luterana que ocurrió en 1517 en Alemania y el poder papal perdió una buena parte de su poder.

Las ideas de la individualización estaban ya dadas con el avance de la educación, la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg. Todo aquel que pudiera leer podía interpretar la Biblia y ya no era únicamente el Papa con su infabilidad el que lo podía hacer. En este mismo contexto, se planta Juan Calvino que, asegura que los seres humanos ya estaban predestinados por la divinidad para triunfar o para perderse. Esto tenía en zozobra a los seres humanos y en especial a los protestantes. La solución fue ingeniosa. Todo aquel que trabajara y triunfara podía tener ese existo como una señal de salvación; en caso, de no lograr éxito, se tenía la otra opción, la perdición. La Iglesia católica no aceptaba el cobro de intereses aunque si la venta de indulgencias a los ricos en especial. El calvinismo se opone a esto y permite el cobro de intereses.

Por su parte, la economía estaba sufriendo su propia revolución y de una economía de estricto consumo se comenzó a pasar a una economía dinámica que ofrecía más de lo estrictamente exclusivo para poder vivir. La acumulación burguesa de la riqueza se inició y ya no se podría parar sin profundizar y expandir. Pero Europa estaba en constantes luchas armadas y constantes convulsiones sociales; era necesario, que este nuevo ser humano heredero del nuevo sistema político-económico-social tuviera su propio escenario.

Lo que hoy, se conoce como continente Americano ya se había descubierto en 1492, y oleadas de europeos, encabezados por los españoles y portugueses, dirigían sus pasos hacia estas tierras y resultó que, españoles y portugueses se repartieron el continente con la intervención de Alejandro Sexto mediante el Tratado de Tordesillas, España, en 1494. Esto va a tener una importancia crucial pues tanto españoles como portugueses iban a tener la ventaja para colonizar el continente Americano.

La repartición del continente americano dejó poco campo de acción a los demás pueblos europeos; claro está, las oleadas de europeos no iban a parar y sucedió que, los ingleses formaron trece colonias en la costa este y fueron Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia; estaban bajo mando directo de Inglaterra pero en 1776 declararon su independencia.

La fundación de los Estados Unidos no está basada en el modelo democrático de Atenas sino de Esparta y Roma. Desde el inicio tenían claro que debían crear un Estado fuerte, dominador y, es evidente que esto iba a tener su proceso. Y, por primero de cuentas seguían llegando europeos que traían consigo la individualización ya avanzada, la ambición de crear una nueva vida en un Nuevo Mundo, la mayoría eran protestantes y traían la idea de que si iban a triunfar era por designio divino y, en caso de fracasar también. El mito del derecho divino iba a ser muy importante para la creación y grandeza de Los Estados Unidos de Norteamérica.

Por otra parte, a lo que hoy es México, llegaron españoles católicos tradicionalistas que traían las viejas instituciones medievales. Lo que les interesaba era obtener toda la riqueza posible e ignoraban y hasta despreciaban lo que estaba pasando hacia el norte. A contrario de los Estados Unidos de Norteamérica que, exterminaron hasta donde les fue posible a los diversos pueblos con su expansión hacia el oeste, en México, los españoles institucionalizaron la explotación de los pueblos originarios de los africanos traídos a estas tierras sin llegar al exterminio sistemático.

Se implantó el ejido como forma comunal de explotación de la tierra y sus recursos naturales y a la par de las instituciones traídas por los españoles la forma administrativa de gobierno de los pueblos conquistados siguió operando. Mientras en los Estados Unidos se iba depurando la democracia en la Nueva España, gobernaban reyes de una nobleza que vivía en Europa. Ya se puede ver claramente que, mientras en el norte se creaba un nuevo tipo de Estado con instituciones nuevas en lo político-económico y social, en lo que ahora es México, seguían imperando las viejas instituciones medievales que iban a cambiar lentamente en una marcha penosa desde la independencia el 21 de septiembre de 1821, 45 años después del vecino del norte. Gradualmente Los Estados Unidos de Norteamérica, se iban conformando, madurando y fortaleciendo hasta que, se hicieron de más de la mitad del Estado mexicano.  Había triunfado el nuevo ser humano dinámico con instituciones nuevas y dinámicas sobre el pueblo mexicano que no sabía definirse hacia el pasado; el gobierno de un emperador o una democracia.

La Independencia (1810-1821), la Guerra de Reforma (1858-1861), la Revolución (1910-1917) y la actualmente llamada Cuarta Transformación, no son más que los pasos lentos, penosos con largos interperiodos de pasividad que ha impedido la consolidación del Estado democrático, exento de ideales de imperialismo, de grandeza, de dinamismo, de un nuevo mexicano preparado para montar en la Híper-modernidad, con un órganos mal conformados, con instituciones ineficientes. En resumen, con un Estado obsoleto.

Los mexicanos no somos seres humanos inferiores a ningún pueblo, en potencia pero hemos estamos estado insertos en regímenes políticos llenos de dudas (1810-1857), uno dictatorial de manera personal (1876-1911) y el anterior régimen totalitarista surgido en 1910 hasta 2018 y recién intentamos implantar la democracia.

En lo económico ha pasado que únicamente una elite inserta en el partido oficial y único de Estado, podía tener éxito con exclusión de la mayoría que tiene que vivir fuera de las riquezas del Estado. Esto impacta en lo social pues las clases se mantienen rígidas sin apenas cambios y esto se puede ver a lo largo de nuestra historia.

Los mexicanos necesitamos dejar las viejas instituciones políticas, sociales y económicas y crear un nuevo tipo de mexicano, un nuevo Estado dinámico que sea capaz de enfrentar todos los obstáculos de todo tipo que impiden el desarrollo del mismo. La tarea no es fácil y no se ven los recursos humanos suficientes ni adecuados para semejante empresa pero no se debe dar marcha atrás. Los seres humanos encuentran soluciones insospechadas en los momentos más difíciles. Y, todo esto será un proceso largo y difícil.

martes, 7 de enero de 2020

DESGARRADOS



DESGARRADOS

Hemos oído hablar o hemos leído de como si se pone una rana en agua caliente esta salta inmediatamente pero si se le pone en agua a temperatura ambiente y gradualmente se va calentando, la rana se va “adaptando”, no reacciona, al final pierde el sentido y muere. Es desgarrador ver como se desarrolla este proceso con la rana. No obstante, esto se puede ver en la historia reciente del pueblo mexicano. El arte popular nos anunció con gran trompetería el cambio de gusto en el arte musical como un preámbulo a lo que después, (hoy, desde hace tiempo), padecemos, la delincuencia desatada y que desborda al gobierno en sus tres niveles. Y, esto sigue y sigue sin esperanza a corto plazo.

Es lamentable que nos pasara lo mismo que las ranas, no reaccionamos sino que nos volvimos insensibles y pasivos y nos fuimos “adaptando”, a la violencia que ha llegado a grados extremos. El Estado quedo en ese proceso enteco, débil al grao de no poder imponer orden. La vida de miles y miles de mujeres, niños y hombres sacrificados a la salvaje irracionalidad. Todas las muertes en estos ritos de sangre son de lamentar. Pero tal parece que nos hemos vuelto conformes con este “destino”. Las fuerzas no nos alcanzan para cambiar estos hechos cotidianos ni en forma personal, grupal o como Estado. Todos somos potenciales víctimas.

De todo esto, lo más trágico, es ver a los niños, jóvenes y madres desgarrados por una guerra mal planeada, mal llevada y con resultados desastrosos. Los responsables como siempre, justifican sus hechos, sus actos, crímenes y delitos cometidos. No hay responsabilidad menos culpabilidad.

No sirve que la mayoría del pueblo sea católico igual mata con amas bendecidas, no alcanzan las fiscalías ni los tribunales para frenar esta autodeterminación al salvajismo pues la civilización puede retroceder en algunos rubros. Y, en México, el valor por la vida está suspendido en grandes sectores porque no nos vamos como personas dignas de respeto, dignas de ser valoradas por el solo hecho de ser humanos. Hemos puesto muy por encima lo meramente material aunque esto nos aparte de ser humanos con valores éticos y morales. Todos los ciudadanos somos culpables sin más.

Tenemos todas las riquezas humanas, culturales pasadas y actuales, todas las riquezas, toda las riquezas de formas de ser tan diversas, tenemos riquezas materiales de todo tipo y nos tenemos a nosotros mismos como la mejor riqueza porque tenemos las posibilidades de ser cada día mejores pero escogemos lo peor de nosotros mismos y como consecuencia, sabemos que no somos dignos de fiar, somos monedas falsas, mercancías adulteradas porque no hemos tomado consciencia de nuestro pasado presente y futuro como seres humanos.

¿Cómo vamos a explicar este pensamiento deleznable actual y nuestro comportamiento delincuencial?. Que esto se puede salvar, sin duda alguna pero hace falta que el pueblo en su conjunto piense y actué como una orquesta en donde cada cual ejecuta su trabajo con toda precisión y fe en sí mismos, no como autómatas. En ello nos va el presente y el futuro y el futuro de las próximas generaciones. Las cosas y todo lo existente y lo que vale debe tener sentido en nosotros y no nosotros en las cosas.

No hay algo más desgarrador que ver madres desgarradas, mujeres desgarradas, niñas desgarradas porque al final, el género femenino es el que paga más todas nuestras atrocidades. Todo esto porque nos hemos vuelto fieras violentas e irracionales y en lugar de manos nos hemos puesto garras afiladas y prestas a desgarrar a los otros, al menor motivo. Hay mucho que pensar pero mucho más que hacer para bien. Tú, tú, aquel y yo, todos tenemos la solución y ésta es, estar sin garras, desgarrados en esta ausencia positiva y no desgarrados por los violentos. 


jueves, 2 de enero de 2020

EL PRESIDENCIALISMO COMO IDEA

EL PRESIDENCIALISMO COMO IDEA

El Presidencialismo mexicano no fue más que, el gobierno de un solo hombre en una república y donde se simulada la existencia de una “división de poderes”, y no era de los más común oír y ver a políticos, de pesos y contra pesos como si estos realmente existieran. Se hacían grandes debates sobre esta teoría y todos, en general llegaban a la conclusión de tener un régimen político democrático si bien con sus defectos pero que iba haciendo realidad los anhelos de la revolución de 1910.

Esta idea de la “división de poderes”, fue creada por Montesquieu y no tardó en ser adoptada en Europa y tan luego, México se hizo independiente políticamente de España, se deliberó sobre qué sistema de gobierno se debería adoptar; si el republicano o el monárquico, finalmente se escogió el primero. Los pensadores mexicanos en el siglo pasado escribieron obras sobre derecho constitucional analizando la teoría de Montesquieu mientras en la realidad se tenía el gobierno de un solo hombre; el presidente de la republica que encarnaba el órgano federal ejecutivo. Por un lado iba la teoría y por el otro la realidad pero se actuaba y se sigue actuando sin atender a la realidad sino a la simulación.

Los cambios recientes que llevaron a la caída del régimen presidencial mexicano no fueron espontáneos ni de un solo hombre ni siquiera exclusivamente internos sino todo un proceso que dio, precisamente esos resultados. Y, ese proceso no tiene otro objetivo que los mexicanos se vuelvan totalmente autónomos en todos los aspectos de la vida menos de la religión, del estado y del consumismo. Para ello fue menester que se reformaran las leyes secundarias para quitar las trabas que imponía el derecho agrario sobre los ejidos, el derecho laboral para quitarles a los trabajadores los derechos conquistados e imponer otra forma de relación entre patrones, trabajadores y Estado. La idea era dejar totalmente indefensos a estos dos sectores básicos y por consiguiente a los restantes para que, con sus mismas fuerzas y sin la intervención proteccionista del gobierno, los mexicanos se volvieran productivos y por ende, excelentes consumidores.

Ahora bien, el experimento todavía no es digerido por los mexicanos; claro, no se les ha explicado todo esto, es muy pronto para ver los resultados de estos cambios legislativos y reales. Se trata pues, de volver totalmente híper individuales a los mexicanos para poderlos explotar a placer tanto en el trabajo como en el consumo. En efecto, el plan está ya en marcha y no podrá ser detenido pues ni el Estado en su conjunto tiene las fuerzas necesarias para ello.

Volviendo al presidencialismo mexicano, el mismo ha muerto de muerte natural; simplemente ya no servía para lo que fue creado para mandar con un totalitarismo extremo que se asumiera como nacionalista, como revolucionario, como el rector de la economía bajo una misma política a como diera lugar. Esto tuvo su vigencia pero los tiempos cambiaron y se volvió obsoleto. Con todo, tantas décadas de práctica presidencialista terminó por dejar su impronta en el pueblo mexicano. Ven al presidente como el gran dador de bienestar o el origen del mal, según sea el partido al que se pertenezca o sin pertenecer a un partido se está a favor o en contra del actual presidente de la república.


La mayoría de los mexicanos desconocen el entramado del Neoliberalismo como también desconocen los objetivos de esa híper individualización pero se tendrá que pasar por esto sin duda alguna. El sistema económico no cambiará, el social muy poco y el político tendrá que luchar contra la realidad de aldea global pues la cerrazón es imposible. El presidente como el “Gran tlatoani”, como el origen de todo mal y todo bien debe cambiar para que, los ciudadanos puedan desarrollarse en el Neoliberalismo y hacerse responsables de sus vidas en un remake de “Sapere aude” del Iluminismo. El presidencialismo aún vive como idea. 


El Presidencialismo mexicano no fue más que, el gobierno de un solo hombre en una república y donde se simulada la existencia de una “división de poderes”, y no era de los más común oír y ver a políticos, de pesos y contra pesos como si estos realmente existieran. Se hacían grandes debates sobre esta teoría y todos, en general llegaban a la conclusión de tener un régimen político democrático si bien con sus defectos pero que iba haciendo realidad los anhelos de la revolución de 1910.

Esta idea de la “división de poderes”, fue creada por Montesquieu y no tardó en ser adoptada en Europa y tan luego, México se hizo independiente políticamente de España, se deliberó sobre qué sistema de gobierno se debería adoptar; si el republicano o el monárquico, finalmente se escogió el primero. Los pensadores mexicanos en el siglo pasado escribieron obras sobre derecho constitucional analizando la teoría de Montesquieu mientras en la realidad se tenía el gobierno de un solo hombre; el presidente de la república que encarnaba el órgano federal ejecutivo. Por un lado iba la teoría y por el otro la realidad pero se actuaba y se sigue actuando sin atender a la realidad sino a la simulación.

Los cambios recientes que llevaron a la caída del régimen presidencial mexicano no fueron espontáneos ni de un solo hombre ni siquiera exclusivamente internos sino todo un proceso que dio, precisamente esos resultados. Y, ese proceso no tiene otro objetivo que los mexicanos se vuelvan totalmente autónomos en todos los aspectos de la vida menos de la religión, del estado y del consumismo. Para ello fue menester que se reformaran las leyes secundarias para quitar las trabas que imponía el derecho agrario sobre los ejidos, el derecho laboral para quitarles a los trabajadores los derechos conquistados e imponer otra forma de relación entre patrones, trabajadores y Estado. La idea era dejar totalmente indefensos a estos dos sectores básicos y por consiguiente a los restantes para que, con sus mismas fuerzas y sin la intervención proteccionista del gobierno, los mexicanos se volvieran productivos y por ende, excelentes consumidores.

Ahora bien, el experimento todavía no es digerido por los mexicanos; claro, no se les ha explicado todo esto, es muy pronto para ver los resultados de estos cambios legislativos y reales. Se trata pues, de volver totalmente híper individuales a los mexicanos para poderlos explotar a placer tanto en el trabajo como en el consumo. En efecto, el plan está ya en marcha y no podrá ser detenido pues ni el Estado en su conjunto tiene las fuerzas necesarias para ello.

Volviendo al presidencialismo mexicano, el mismo ha muerto de muerte natural; simplemente ya no servía para lo que fue creado para mandar con un totalitarismo extremo que se asumiera como nacionalista, como revolucionario, como el rector de la economía bajo una misma política a como diera lugar. Esto tuvo su vigencia pero los tiempos cambiaron y se volvió obsoleto. Con todo, tantas décadas de práctica presidencialista terminó por dejar su impronta en el pueblo mexicano. Ven al presidente como el gran dador de bienestar o el origen del mal, según sea el partido al que se pertenezca o sin pertenecer a un partido se está a favor o en contra del actual presidente de la república.

La mayoría de los mexicanos desconocen el entramado del Neoliberalismo como también desconocen los objetivos de esa híper individualización pero se tendrá que pasar por esto sin duda alguna. El sistema económico no cambiará, el social muy poco y el político tendrá que luchar contra la realidad de aldea global pues la cerrazón es imposible. El presidente como el “Gran tlatoani”, como el origen de todo mal y todo bien debe cambiar para que, los ciudadanos puedan desarrollarse en el Neoliberalismo y hacerse responsables de sus vidas en un remake de “Sapere aude” del Iluminismo. El presidencialismo aún vive como idea.

martes, 31 de diciembre de 2019

FIN DE AÑO, AÑO NUEVO Y LAS TRADICIONES



FIN DE AÑO, AÑO NUEVO Y LAS TRADICIONES 

Las tradiciones son construcciones que hacen las sociedades y que se transforman muy poco con el paso del tiempo. Si se le pregunta a las personas porque se hacen determinados ritos, costumbres o conductas que se consideran valiosas seguramente no sabrá a plenitud la razón de cada una de esas tradiciones. Esto es así, porque sus orígenes se pierden en el tiempo y sus sentidos primigenios se van gradualmente gastando hasta quedar únicamente girones, vestigios a seguir de todo ello.

Por otra parte, las tradiciones dependen del sistema político, económico y religioso imperante. Esto se traduce en una dominación tan sutil que, los pueblos ni siquiera lo notan y aceptan felizmente tradiciones sin bases reales o francamente absurdas mientras los que dominan los ordeñan sin temor alguno. ¿Qué clase de vida está?, ¿qué clase de libertad se tiene?. Es sorprendente que la gran mayoría no cuestione sus tradiciones. Generación tras generación se va pasando sus tradiciones y es un cuento de nunca acabar.

La tradición de hacer una cena familiar o en grupo para comerse doce uvas en punto de las doce de la noche para tener suerte durante los doce meses del año, comprar ropa interior de determinado color para lograr amor o dinero, sacar las maletas y dar una vuelta a la cuadra esperando una año de viajes a lugares soñados o barrer la casa para sacar las malas vibras son solo algunos de los rituales que hace la gente. ¿Por qué lo hacen?. ¿Habrán comprobado que cada año todos estos rituales se cumplen con exactitud inevitable?. No, cada año es más o menos la misma cantaleta de dolor y sufrimiento la acumulación ilimitada de este sistema económico tiene a pocos con grandes riquezas y, a la mayoría viviendo al día.

El fin de año los más pobres festejan gastando lo que tienen para recibir al nuevo año en completa reparación por los excesos cometidos el día anterior. Las calles vacías y frías son muda prueba de ello. Todo está en quietud, en aparente santa paz. Sin embargo, pasado el día uno del año nuevo la realidad se impone y todos vuelven a su vida cotidiana de lucha extenuante por conseguir lo mínimo para salvar la tradicional cuesta de enero. Allá van hombres y mujeres a empeñar lo poco que tienen para salir del atolladero. El préstamo es menos abundante pero es otra salida. Los cuervos están a la caza de aquellos infortunados que caen en su garras delincuenciales. Mientras los grandes empresarios hacen un balance de los gananciales sin importarles otra cosa que hacer un céntimo más cada día y temporada.  Este es el fin e inicio de año que se repite una y otra vez.  

Si el público pudiera darle una mirada a la construcción de las tradiciones y, darse cuenta de cómo se les imponen para ser dominado quizá no le importaría mucho pues es feliz con los ritos conocidos, con los gestos, saludos y, costumbres pues en caso contrario se quedaría vacío y es preferible la muerte, la aniquilación a tener las manos vacías. En esto y no entra cosa esta fundada la dominación de unos por otros.

lunes, 30 de diciembre de 2019

LA NUEVA CLASE POLÍTICA EN MÉXICO



LA NUEVA CLASE POLÍTICA EN MÉXICO 

El viejo régimen político priista este en vías de extinción y esto no va a parar hasta que suceda. El pueblo mexicano, en buena medida, está ya en plena consciencia de tener que terminar con anterior sistema político y transitar hacia otro. Hay diversas razones pero lo importante es que, esta necesidad ha pasado de las condiciones reales a la psiquis popular. Es interesante ver que, incluso los mínimos ataques hacia el símbolo de este cambio, el presidente de la república son acallados, tanto en las redes sociales como en la realidad real (En contraposición a la virtual).

No tiene mucho sentido dialogar sobre la desaparición de lo viejo pues es evidente; eso no significa que se debe dejar de luchar por su plena erradicación sino que, a la par de hacer esto se debe dar prioridad a la creación de una clase política dinámica que logre una verdadera transformación. Para ello, hace falta que esta nueva clase política no se vuelva una clase parasita sin aportar al crecimiento del Estado mexicano. Es menester que estos nuevos políticos sean honestos (morales) y cumplan con la ley (legalistas), y en su caso se les aplique la ley en lo administrativo, civil y penal según sea el caso. No hay mejor método para mantener una clase política sana que la aplicación de la ley.  

Hay una ceguera general. Por un lado el oficialismo y sus seguidores sostienen la ideología de ir el Estado mexicano viento en popa. Por la otra, la oposición alega que todo es un desastre. No hay tal, ambas posiciones ocultan la realidad. Ni vamos tan bien como se dice ni vamos al desastre. La realidad es que, en momentos extraordinarios como el actual es imposible que todo se haga bien pues se debe construir sobre las ruinas políticas que van intrínsecamente ligadas a los social, lo económico, científico, filosófico, artístico y todo los demás componentes de la vida del pueblo mexicano que está inserto en el Estado.

Momentos de esta especie necesitan lideres extraordinarios para bien o para mal y el apoyo del pueblo, por lo menos el suficiente y en este momento esto existe. El problema es que, hay escasos líderes políticos que tengan a su disposición todos los recursos teóricos, los recursos materiales y los procedimientos a seguir. Esto se agrava si se ve que, por ejemplo los diputados y senadores del actual régimen, la mayoría son meros espectadores de esta Cuarta Transformación, simplemente son la leva necesaria para llenar los requisitos para ocupar los puestos pero no aportan en lo mínimo.

No hay una teoría sobre el nuevo régimen político como base del Estado mexicano. Todo son reformas de menor calado. No hay una reforma total, sistemática e integral que transforme el Estado como botín político, como una agencia de trabajo que coloque a los más ambiciosos y menos aptos en política a un Estado que sirva a los ciudadanos en su conjunto. Hay incluso servidores públicos tan lerdos en puestos claves que son una vergüenza mayúscula. Vamos, esto no es nuevo pero si se debería estar tratando por lo menos de solucionar pues existe esta posibilidad.

La posibilidad de formar políticos de buena hechura debería estar a cargo del Instituto de Formación Política del propio partido en el poder. Imaginen que hay políticos que no saben qué es la política e imaginan que es vivir del presupuesto una y otra vez hasta que mueran. Tampoco saben qué es la Constitución y mucho menos el significado sustantivo de los artículos que la componen y los procedimientos para hacer efectivos esos derechos y obligaciones. De este tamaño es la pobreza política en México.

Ahora bien, ese Instituto de Formación Política debe estar exento de formación ideológica, de adoctrinamiento que es todo lo contrario a lo científico. Se trata de crear, o formar políticos aptos para hacer política de altura y, evitar que se forme una clase política zángana al estilo de una monarquía con todas sus formas degeneradas y lujos sinsentido a costa del pueblo. El riesgo de volver a caer en manos de oportunistas está latente y los ciudadanos deben estar atentos para evitar tal corrupción.

Por el momento, ni el partido en el poder parece preocuparse y menos ocuparse por este rubro tan importante los ciudadanos han incidido en el mismo sentido con lo cual se abre la enorme posibilidad de seguir con políticos mediocres y ciudadanos pasivos. Dos ingredientes que se pagarán muy caro en el futuro.  



domingo, 15 de diciembre de 2019

EL MACHISMO



EL MACHISMO

El machismo no es más que un prejuicio, un dogma que hunde sus raíces en la Biblia, en el Génesis, al darle la teología chabacana, preponderancia a los hombres sobre todos los demás animales y en especial sobre las mujeres que, son un derivado. Del machismo no se pude esperar más que la barbarie y no precisamente es sinónimo de valentía desnuda de toda moral cristina. En el fondo los machistas no son más que sacristanes que actúan como autómatas furiosos que falsamente creen que, protegen su hombría cuando en realidad son peones del poder de la iglesia. El que es hombre es hombre y le tiene sin cuidado lo que los demás digan pero estos eunucos mentales echan espumarajos cuando sus adoctrinados cerebros captan un “peligro”.  

Antes que machos los hombres deben ser valientes, buenos padres, buenos hijos, buenos esposos, buenos ciudadanos ser verdaderos hombres con una amplitud de valores que hagan la vida de quienes los rodean, mejor. El machismo con su único valor “la hombría”, es plano, superfluo, artificial y finalmente nocivo para la vida. ¿Qué nos ha dado el machismo que no sean desgracias?. Del machismo no se pude estar orgulloso sino asqueado de por vida pues a mutilado a la vida misma, la hecho fantasear con excesos y ha creado pequeños monstruos pero que en multitud son un mal que ha infestado lo sano de la vida.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

RESULTADOS EN LA TERCERA TRANSFORMACIÓN. 1910



RESULTADOS EN LA TERCERA TRANSFORMACIÓN

La lucha armada siempre es despiadada con algunas actitudes salvables. De la misma manera la lucha política es de cortesía en el mejor de los casos; es una lucha muchas veces sorda pero poco amable y llena de mentiras, con todo, este tipo forma central de hacerse del poder político ha sido tiene una larga tradición que poco ha variado pues laten las mismas pasiones de ira, de odio, de terrible bajeza humana y eso pasa hoy. La oposición ha quedado casi huérfana de poder público, de creencia popular, de dinero público y claro, esto no puede más que, permitir la explosión diaria de las actitudes más viles. Pero se trata de liberarse de las ideologías tanto oficial como de la oposición para tratar de encontrar la verdad.

Durante la revolución armada de 1910, que se le ha dado el nombre de “Tercera Transformación”, después de la caída de lo que ahora conocemos como Ciudad Juárez, los revolucionarios logran quitar al gran dictador; han pasado más o menos seis meses. Si nos sumamos a la postura de la actual oposición, hipotéticamente se le estaría pidiendo a los que ya gobiernan, empezando por Francisco I. Madero, resultados. Pero a Madero se le oponen los porfiristas y es sacrificado. La lucha intestina por el poder público continua ahora con Victoriano Huerta; éste es derrotado. Toma el poder como encargado del órgano ejecutivo federal Venustiano Carranza en 1914 y luego es presidente de 1917 a 1920 y termina asesina en Tlaxcalaltongo, Puebla. Le sigue Adolfo de la Huerta en el poder y hay varios que son interinos que no tienen mucha importancia, pero a partir de aquí, el poder se ira sucediendo a través de elecciones y siguen Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y es con Lázaro Cárdenas en que sus verdaderos frutos que, da resultados como los que pide la actual oposición. Han pasado 14 años. Claro, que todo esto se debe matizar y profundizar, pero eso nos llevaría un estudio titánico. Pero aquí se trata únicamente de dar pautas para comprender al comparar dos transiciones transformaciones.

Durante este periodo escabroso la lucha interna por el poder se va consolidando la transición hacia un nuevo régimen político pero las bases no existían pues precisamente había que crear uno nuevo. La economía estaba devastada, el empleo estaba en las mismas condiciones pues la destrucción y la muerte estaba en el ambiente se podía respirar y había que esperar mucho tiempo para reconstruir lo destruido y avanzar.

Por todo ello, no es dable, no es racional lo que pide la oposición, resultados y menos cuando esa misma oposición es la responsable de las lamentables circunstancias en que se encuentra el Estado mexicano. En consecuencia, hay que mantener la serenidad ante tanto griterío, tanta trompetería que anuncia la catástrofe pues ahora el Estado mexicano tiene muchas más herramientas de todo tipo para salir sino victorioso por lo menos avante.

Dejemos a los políticos seguir con su lucha irracional y con las practicas más sucias con tal de conseguir el poder a los gobernados corresponde trabajar, informarse e intervenir cuando haya menester como bomberos que tienen que apagar el fuego que intentan poner y diseminar por todos lados. Los ciudadanos si es que esto es cierto y, se pone en función deben mandar, imponer la dirección y, forma en que debe marchar el Estado mexicano; la política interna y, externa de ser y, no los políticos. Por lo pronto, que no cunda el terror pánico en que trata de meternos la oposición. ¿Va bien o va mal la actual administración?, eso que cada uno haga su propio análisis y de su propia conclusión serena.  

martes, 10 de diciembre de 2019

EL DERRUMBE INEVITABLE DEL VIEJO RÉGIMEN



EL DERRUMBE INEVITABLE DEL VIEJO RÉGIMEN

Puede parecer que todo conspira en contra del viejo régimen político para desaparecerlo; no hay tal, paso en estos momentos lo que pasa con todo, es transitorio. Todo fluye, diría Heráclito. Todo cambia, aunque nos parezca lo contrario. El régimen político priísta ha cumplido con su ciclo y su caída se gestaba desde sus entrañas y desde fuera a pesar de su aparente solidez. Hay factores externos diversos, así como factores internos tanto materiales, económicos, políticos, sociales, morales, jurídicos que terminaron por influir en las mentes de los mexicanos de manera definitiva. Antes que legal, el derrumbe del régimen fue moral; los grados de corrupción llegaron a límites insospechados e intolerables ya para el pueblo.

Los factores externos no fueron menos importantes. El cambio de modelo económico ordenado por el Fondo Monetario Internacional fue decisivo. El Estado mexicano era empresarial, tenía empresas de los más variado. Los empleados eran votos seguros pero la privatización fue desmontando capa tras capa de protecciones hasta dejar el corazón al descubierto, palpitante, pero al ser expuesto su suerte estaba echada. Y, no habría un mañana nunca más. La caída iba a ser inevitable y el retorno imposible. Son incipientes pero

Los factores de libertad y democracia sin visos de volver a la tiranía porfiriana o, al totalitarismo priísta. Las condiciones actuales son tan opuestas a las anteriores que es imposible que aquéllas regresen. Durante el porfirismo se vivía en una atmósfera política, económica y social que ahogaba cualquier intento de libertad y de democracia ya no se diga de legalidad justa. Durante el priísmo pasó lo mismo en otras circunstancias y fue menester que se acorazara el régimen manteniendo bajo control los tres grandes sectores de México: El obrero, el agrario y el popular. Una primera armadura lo fueron las organizaciones que controlaban a los campesinos como la Confederación Nacional Campesina (CNC) y todas las organizaciones similares; la siguiente defensa lo constituyeron los sindicatos obreros y la Confederación Nacional de Trabajadores (CTM) y por último el control sobre el sector popular en donde entraban todo el resto de mexicanos que no eran obreros o campesinos como los maestros y sus sindicatos.

Otra capa de la armadura lo fue la legalidad estaba diseñado el Derecho para proteger al partido único de Estado y no podía ser de otra manera pues tenía el control del Estado en su totalidad; gobernaba en los tres niveles de gobierno por completo. Todo era PRI. El nivel federal, el estatal y el municipal. No había rincón de México que no controlara este partido. No había dependencia gubernamental que no fuera priísta hasta el tuétano. Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación era un apéndice del órgano ejecutivo federal.

La “división de poderes (órganos)”, está en la Constitución General, pero era mera formalidad y lo que regía era el Presidencialismo. El presidente era el “Gran Elector” pues por sus manos pasaba la aprobación de gobernadores, presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y senadores al congreso de la Unión y todos los funcionarios de su gabinete, así como los más importantes de la administración.

Las cosas no paran aquí con esa inmensa concentración de poder en el representante del órgano ejecutivo federal, sino que se creó un calendario basado en los ideales de la revolución mexicana de 1910, añadiendo todos los pasajes de la historia que fueran a modo para crear una ideología política que convocara a todos los mexicanos como la independencia, la no reelección, la batalla del 5 de mayo contra os franceses y todo lo que contribuyera al control social y se observaba puntualmente.

Todo esto se terminó, pero tanto los priístas como panistas se niegan a aceptar la realidad ignorando que esta no admite apelación alguna. Una buena parte del pueblo mexicano quiere transitar hacia la libertad, la democracia, la legalidad, la legitimidad y todo aquello que erradique las viejas prácticas de corrupción y su correlato mexicano, la impunidad. La tarea no es fácil ni de corto tiempo. Por tres razones fundamentales: El pasado de corrupción que aún no termina de extinguirse, la dificultad de la transición que tiene dos vertientes; una destructiva y una constructiva; la primera debe enfocarse en terminar con el antiguo régimen y la segunda, debe ser la construcción; la tercera razón es la medianía e inexperiencia en los funcionarios que han ocupado los diversos puestos políticos.

Con todo, los efectos de las desastrosas administraciones y la corrupción siguen y seguirán hasta que se extinga por completo el régimen político presidencialista. Esto es así porque este el anterior régimen ya no tiene asidero por ningún lado. Por el contrario, la noticia sobre la detención del Ex Secretario de Seguridad Nacional de México por graves acusaciones, se viene a sumar a las investigaciones y procesos que enfrentan funcionarios tanto del Partido Revolucionario Institucional como del Partido Acción Nacional.

El futuro del régimen anterior está sentenciado y han sido hallados responsables muchos funcionarios públicos pertenecientes a las tres administraciones anteriores que incluyen a los dos partidos (PRI y PAN). Esto no es lo único que los ha dejado tan entecos. Al perder el poder político se han quedado con las grandes sumas de dinero público que destinaban para hacer política y esto no es únicamente a nivel federal sino también estatal y municipal. Ambos partidos (PRI y PAN), no son partidos de masas ni de luchas. El primero nació del poder y para el poder con todos los recursos materiales, humanos y económicos para gobernar; el segundo, rápidamente adoptó el mismo régimen de corrupción y llegó al poder político con ayuda del PRI y por las campañas de terror que ambos partidos (PRI y PAN), lanzaron una y otra vez contra las izquierdas y, en fuego concentrado en contra de Andrés Manuel López Obrador hasta que esto decantó en un argumento poco creíble y hasta de risa. 

El PRI no hay duda que desaparecerá pues su régimen es ya obsoleto, han perdido a sus mejores ideólogos y líderes, a su militancia fundamental y los recursos materiales, humanos y económicos. Y, lo más fundamental la creencia, por parte de los ciudadanos en el partido. Sin fe no hay futuro.

Por su parte el PAN, debería ir al purgatorio y pagar todos sus pecados, reconstruir su partido, armarse con una nueva ideología y salir a caminar por las calles casa por casa para captar militantes para iniciar la lucha por el poder político. La situación en que ambos partidos están es verdaderamente difícil pero únicamente el PAN puede salvarse. Por lo demás hay que esperar los hechos para hacer historia y adivinar hacia donde nos dirige la realidad.