sábado, 1 de febrero de 2020

MÉXICO: ¿PASADO O FUTURO?



MÉXICO: ¿PASADO O FUTURO?

La realidad tiene su propio ritmo sin importar lo que los seres humanos quieran. Con todo, la realidad nunca deja de cambiar aunque a simple vista no se pueda apreciar. En este sentido, siempre se debe hacer lo que hizo Julio César; querer el futuro; contrario a lo que hizo Alejandro Magno, buscar el pasado. Claro, los hechos que realizó el macedonio son extraordinarios pero su imperio duró muy poco después de su muerte; en cambio, el imperio romano tuvo una suerte totalmente contraria.

Esta es la razón por la cual no se deben prestar oídos y menos tomar partido a los priistas y panistas pues quieren el pasado, lo ido, lo inexistente como realidad y por tanto, inviable. No es que se debe dejarse llevar de manera mansa al futuro sino con la consciencia que es nuestra vida la que está en la escena pública y privada. Una sociedad que quiera un buen futuro debe ser consciente, crítica y con la acción política en las manos prestos a participar en cuando sea menester pues los políticos se corrompen a la primera; sin importar el discurso.

Ahora bien, el pasado que ofrecen los opositores al nuevo régimen en construcción es el pasado totalitarista, de corrupción, de mediocridad, de la vida de una élite política llena de lujo, todo esto, sin rendición de cuentas. Sin embargo, eso no es ya posible pues el cambio constante obliga a los seres humanos a no quedarse fuera de este cambio so pena de quedarse rezagados, anacrónicos y esto es negar la vida, negar el cambio, el futuro.

En efecto, el cambio aunque mínimo obliga a cambiar y cambiar positivamente, hacia el futuro, no negativamente, hacia el pasado. Y esa construcción positiva es evidente pues en realidad no podemos ir al pasado sino como una simulación, como una falsedad, una mentira conocida con apariencia de seguridad. El futuro en cambio siempre se presenta inquietante, inseguro y hasta aterrador pero ese siempre es el reto a que se enfrentan los humanos, construir en arenas movedizas.

El pueblo mexicano debe madurar mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora pues desde su independencia política ha ido perdiendo territorio gradualmente y siempre está entre dos aguas y no ha logrado hasta ahora salir de ese círculo vicioso de intentar el avance y volver a caer en otro régimen ausente de democracia, de legalidad general y positiva, de libertad y de auténtica identidad nacional. Estos y no otros son los retos del pueblo mexicano para poder forjar un régimen político y un Estado que le permita una vida digna en lo mínimo.

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