RAZÓN DE LA EXISTENCIA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO
INSTITUCIONAL
El
Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue creado desde el poder y tenía
como fin proporcionar políticos al gobierno en turno. El PRI fue un partido
único de Estado porque aunque el Partido Acción Nacional fue creado en 1939,
realmente no era más que una figura decorativa en la política. El nuevo régimen
político emanado de la revolución de 1910, ya tenía en claro que las dictaduras
personales como la de Porfirio Díaz, no tenían futuro. Se iba a crear un
sistema político nuevo y hubo dos intentos anteriores. Primero fue creado, en
1929, el Partido Nacional Revolucionario (PNR); en 1938, se transformó en el
Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y finalmente, en 1946 quedó en
definitiva como Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En
los tres casos ya mencionados existe la misma idea y fin de explotar los
anhelos de los revolucionarios, de los ideales de la revolución, el
nacionalismo mexicano y todo aquello que pudiera darle consistencia ideológica
al partido. Y como partido político el PRI, se apropió del Estado mexicano en
su totalidad y para ello creo tres grandes sectores (obrero, campesino y
popular), en donde iba a parar a gran mayoría de los ciudadanos. Por si esto
fuera poco, se crearon sindicatos de todo tipo, organizaciones campesinas,
obreras, sindicatos, centrales obreras y aglutinó a todo tipo de líderes y
caciques; en suma logró el control total del Estado mexicano. Los políticos
priistas, sabían que tratar de imponer una dictadura personal era una idea
descabellada e inviable. La solución que le dieron fue crear la dictadura de un
partido único de Estado con apariencias de democracia, de legalidad general
Durante
la hegemonía del PRI, según iban cambiando las circunstancias este también
cambiada pero sin perder el control total del Estado y siempre explotando una
revolución que cada vez era más lejana y los políticos se volvían cada vez más
corruptos. Sistema político tal, con su blindaje en capas y más capas iba a
durar décadas en perder el poder y tenían que pasar hechos exteriores para que
se iniciara la caída de todo su andamiaje. Estos hechos fueron el producto de
la llamada “Guerra Fría”, que da su primer golpe demoledor, al lograr los
Estados Unidos de Norteamérica (USA), con la ayuda del Vaticano, la caída del
Muro de Berlín (1989). El segundo hecho que dio paso al cambio mundial de
paradigmas, lo fue la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1990-1991);
esto dejaba el paso franco al Neoliberalismo. Adiós Estados patronales.
En
México ya se estaba gestando el cambio económico de un Estado patronal a un
Estado Neoliberal (1984-2020), pero sin duda alguna lo que aceleró el cambio de
sistema económico en el mundo lo fueron los dos hechos ya narrados entre otros.
Y, en México esto iba a calar hondo pues a la sazón el totalitarismo del PRI,
se estaba merando en oleadas de luchas y vigencia de derechos políticos y ciudadanos,
que iban mermando el totalitarismo hasta llegar al histórico 1988, cuando se
crea un bloque de izquierdas encabezado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas,
entre muchos otros líderes de no menor importancia. A partir de esta fecha la
oposición y la sociedad en su conjunto irían socavando el régimen político
hasta cambiarlo de tajo.
En
resumen, el Partido Revolucionario Institucional, logró institucionalizar los
frutos de la revolución mexicana de 1910, y logró gobernar de manera
totalitaria el Estado mexicano sin casi oposición pero, en un mundo siempre
cambiante los golpes decisivos iban a provenir del extranjero al término de la
“Guerra Fría”, la oposición incansable, la sociedad consciente e, increíble,
los propios actos y hechos de los priistas lograron lo que parecía imposible,
terminar con un régimen viejo, tan viejo como el que más.
De
común se cree que la corrupción priista fue la gran carga que, que hundió al
PRI, y no hay duda que, fue un factor importante pero; sin embargo, no fue el más
importante pues hace 30, 24, 18, 12, 6 años y aun ahora, la corrupción es su
sello distintivo pero el régimen priista cayó más por las privatizaciones, por
la fragmentación del poder político y los hechos externos que por la
corrupción.
Mientras
más privatizaban las empresas estatales perdían votantes y trasladaban ese
poder rector de la economía (artículos 25 y 28 constitucionales), a las
trasnacionales y mientras más partidos políticos surgían el poder presidencial
(base del régimen), se iba trasladando a las cúpulas de los diversos partidos.
El Presidencialismo como base del poder político en el Estado mexicano, tenia
contados sus días. Y, la fecha llegó, uno de julio de dos mil dieciocho y el
átomo priista se partió y, gradualmente se ha ido fragmentando sin remedio y se
puede predecir su fin.
El
PRI nació desde el poder y tenía como fin nutrir políticamente al Estado
mexicano con políticos disciplinados y plegados al presidente en turno. Pero
ese totalitarismo se fue resquebrajando hasta su caída; ya sin el Estado
totalitarista, sin Presidencialismo, sin estar en el poder político por lo
menos de la mayoría en los tres niveles de gobierno, la razón de existir del
PRI, se esfumó en la noche más negra y lo esperan las riveras de la historia.
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