miércoles, 22 de julio de 2020

LA MORAL DEL PUEBLO MEXICANO


LA MORAL DEL PUEBLO MEXICANO

 

Es interesante ver como durante el Presidencialismo aun siendo el pueblo mexicano muy religioso su moral era, evidentemente, discorde con el catolicismo y esto permitió que todo el Estado mexicano se corrompiera hasta su médula. El régimen tenía necesidad de ciudadanos sumisos, pero altamente corrompibles y mas tarde corruptos durante generaciones al punto de parecer que era imposible terminar con esta época. Esto no fue así; la economía Neoliberal necesita de un Estado donde impere la legalidad, legitimidad, libertad y los derechos humanos y esto no lo podía proporcionar el viejo régimen. Era menester de terminar con el Presidencialismo (gobierno de un solo hombre, de un solo partido), e imponer un Estado democrático; sin que esto signifique por si, justeza sino el inicio de una nueva era con un nuevo régimen que será el resultado de todos los actores internos y externos ni más ni menos.

 

Es de resaltar que, la moral de una buena parte del pueblo mexicano haya cambiado de manera positiva porque en tiempos de zozobra como en estos momentos se podría esperar que, el pueblo llano se volcara hacia los saqueos acicateado por el hambre, las enfermedades y la economía tan difícil; pero no, eso no ha pasado y difícilmente va a pasar. Esto es lo que sostiene al actual gobierno, la moral de una buena parte del pueblo mexicano, sin este elemento moral no habría gobierno sino caos.

 

Esto es lo que no logran asimilar los políticos opositores al actual gobierno que haya un pueblo que se libró de la moral conservadora e hipócrita del viejo régimen y haya elegido una moral positiva y activa que impulsa el cambio de régimen cerrado y totalitarista hacia un régimen abierto en donde los ciudadanos son parte activa de la vida nacional pública.

 

Los políticos de los diversos partidos pueden hacer las alianzas que gusten pues en una democracia no se debe ni se puede coartar la libertad política; con todo, querer obtener el poder público a través de la vieja política con políticos viejos o a la vieja usanza es garantía de fracaso. Los partidos deben renovarse y seguir la senda de la moral y no únicamente de la política para tratar de volver al poder; eso, los partidos que tienen sentido su existencia pues hay algunos que inevitablemente desparecerán. Lo quieran o no. La derrota moral a pasado más que la caída política y esto va para largo.


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