EL IMPERIO MEXICA SIN IDENTIDAD NACIONAL
El
pueblo mexica es sorprendente en toda su historia, incluso en su caída pues fue
un pueblo nómada que llegó al Anáhuac y, se instaló en el lago y fundó la
ciudad de México- Tenochtitlan, corazón del imperio. El rápido expansionismo de
lo que llegó a ser el imperio mexica fue sorprendente por su rapidez pues ya
con Moctezuma I (1398-1469), quien fue electo como Huey Tlatoani en 1440, se profundizó
el expansionismo y no hubiera parado sin el hecho de la llegada de los
españoles. Con todo, la propia caída de los mexicanos es gloriosa pues nuca se rindieron
a pesar de las condiciones de hambre y de estar sitiados por muchos de los
pueblos que tenían sometidos.
Ahora
bien, la derrota del imperio mexica, no se puede explicar sin tener en cuenta
la gran variedad de pueblos que habían dominado que no por estar en estas
condiciones, sentían la imperiosa necesidad de mantener su identidad; se sentían
tan ajenos a sus conquistadores y los mexicanos nunca les importó tratar de
crear una identidad nacional. No había una nación sino una pluralidad de
pueblos o naciones con francas diferencias de identidad. En efecto, el
sentimiento de identidad de cada pueblo era tan arraigado que incluso, aunque
los mexicanos hubieran tratado de crear esa identidad, nunca lo hubieran logrado.
Es bien sabido que, nuestra identidad como mexicanos se forjó (no totalmente), después
de 400 años con un esfuerzo enorme de muchos intelectuales mexicanos junto con
todo el pueblo.
Bien,
la grandeza guerrera no fue suficiente para mantener el imperio, hacía falta
una identidad que quizá nunca se pensó y nunca se hizo. Quizá los gobernantes
mexicanos junto con toda la nobleza se dieron cuenta del peligro respecto a la
falta de identidad de su imperio y por ello no incitaron a los pueblos que
gobernaban a dar batalla contra los españoles que, a más, nunca llegaron a mil
en la hora decisiva de la caída del imperio mexica. Esa falta de identidad fue,
a mi perecer, el elemento más importante para la derrota de los mexicanos. Si hubiera
habido identidad nacional, mil aventureros no habrían logrado su fin. No le demos
más importancia de la que tuvieron los españoles en este hecho histórico pues
lograda la identidad nacional incipiente, los españoles dejaron de tener el poder
político, económico y social al lograrse la independencia de los mismos.
En
estos temas como en todos hay que mantener la frialdad e imparcialidad suficiente
para no extraviarse y encontrar la salida segura del laberinto que nos
presentan los hechos narrados, por lo menos de Hernán Cortes y Bernal Díaz del
Castillo, que quieren a toda costa ser ponderados como súper hombres que
lograron lo impensable por derecho propio. No hay tal. Las condiciones y circunstancias
estaban dadas. De otro modo hubieran sido un chiste. Los mexicanos de antaño y
de hoy no somos ni más ni menos que cualquier otro pueblo que se jacte de ser valeroso,
artístico, inteligente y lo que se pueda decir. Quitémonos los prejuicios y las
malas ideas. Seamos actores principales en este mundo sin cerrase a las demás posibilidades
de ser de otros pueblos. No tengo duda alguna de esto.
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