INTELECTUALES MEXICANOS
No
hay duda de que en México han existido y existen intelectuales en toda la extensión
y significado de la palabra. Con todo, pasa como en el mito bíblico con Esaú
que iba a recibir la bendición paterna y, ante esto su madre aconseja a Jacob que
le haga la comida al padre, se vista y se ponga pieles de los cabritos
sacrificados para que se haga pasar por su hermano y le funcionó pues recibió la
bendición de su padre ciego en lugar de Esaú. Lo mismo pasa en México con los
que auto se llaman “intelectuales”, se visten con los ropajes y demás accesorios
para hacerse pasar como intelectuales ante los ciegos para recibir la bendición
del Estado.
No
hay tal, los verdaderos intelectuales no tienen demasiado tiempo para ser
vistos públicamente, andan en lo suyo, pensando. Intelectuales mexicanos de
excelente calibre lo son: Sor Juana Inés de la Cruz en primerísimo lugar, Nezahualcóyotl,
Ángel María Garibay, Miguel León Portilla, Carlos de Sigüenza, Justo Sierra, José
Vasconcelos, Leopoldo Zea, Samuel Ramos y hay una larga lista de ellos que han
dejado plasmado su pensamiento en obras de todo tipo. Pero los llamados “intelectuales
orgánicos”, que no son otros que los justificadores del Presidencialismo
mexicano; es decir, de la “Dictadura Perfecta”, que no resultó tan perfecta, y
que con esta engañifa tratan de volver al pasado para seguir gozando del
trabajo del pueblo sin aportar lo mínimo al conjunto de la sociedad mexicana. Esos
intelectuales no tienen la mínima calidad y deben ser ignorados por el pueblo y
hasta combatidos por tener intereses contrarios al pueblo democrático.
Es
una lástima y vergüenza que estos “intelectuales”, añoren lo que no volverá: La
dictadura totalitarista de un partido único de Estado. Deberían ponerse a
trabajar en lugar de tener la nostalgia por los privilegios que recibían por
justificar la ilegalidad, la ilegitimidad, los fraudes electorales, las
desapariciones, las masacres, la corrupción y, la impunidad y mil delitos más.
Ahora
bien, en una democracia, aunque sea incipiente, son los ciudadanos los que
deciden el rumbo que debe tomar el Estado mexicano y están dadas todas las
condiciones ideológicas, científicas, filosóficas, económicas, sociales,
educativas y de apertura para que los ciudadanos sean los actores principales y
ya no los gobernantes en exclusiva. En efecto, terminado el Presidencialismo, brotó
la libertad en todos los rubros y ya no hay terreno alguno para el gobierno de
un solo hombre o mujer.
El
actual gobierno, con todos sus males y desatinos, es el símbolo y solo eso, de
la voluntad popular y no un nuevo Presidencialismo ni mucho menos el comunismo
o socialismo que pregonan los nostálgicos políticos e intelectuales de marras.
En esto como en casi todo se equivocan tanto la oposición como los
intelectuales conservadores. No lograran su cometido pues luchan no contra un
gobierno sino contra el pueblo soberano. Fracasaran.
En
resume, esta oposición no cuenta con verdaderos intelectuales que puedan construir
una ideología, una forma política que les sirva de instrumento para alcanzar el
poder. Se imaginan que con la sola desaparición de Andrés Manuel López Obrador el
Estado mexicano volverá a ser de su propiedad pues se sentían no gobernantes ni
clase social pudiente sino verdaderos dueños, eso se acabó y con tanto
intelecto, no logran darse cuenta de ello.
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