En el saber, se sabe tanto como los bebés saben
del comer, todo lo reciben ya procesado. Lo grave es que, aun siendo adultos
seguimos recibiendo el conocimiento procesado y pasado por el tamiz de lo que
se puede saber de manera general, Se ignora la amplitud y profundidad del saber
para vivir en la punta del iceberg. Vaya ingenuidad.
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