jueves, 10 de enero de 2019

EL FRACASO DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN




La idea principal de la oposición mexicana (y, así es la realidad de cruda), es que la administración del actual gobierno fracase, siempre con la labor destructiva de esa misma oposición que al verse desplazada del gobierno no le ha quedado otro camino que implementar agresiones verbales, noticias falsas, exageradas y una política de destrucción. Esto, es paradójico porque ante las vacilaciones del gobierno se han lanzado a señalar esto con exageración y se esperaría que las molestias reales y exageradas hicieran que una buena parte de los que votaron a favor de Andrés Manuel López Obrador, se desilusionarían, se pronunciaran al respecto y se pusieran en su contra. Con todo, ¿Qué ha pasado?, todo lo contrario a lo que busca la oposición, un respaldo lo suficientemente fuerte al gobierno.

La oposición ha de estar simple y llanamente confundida por este comportamiento, se podría decir masoquista de los que apoyan al gobierno. No hay tal. Los estadios históricos se deben entender tomando en cuenta todos los elementos o factores que los construyen.  Estos elementos o factores, ya lo he dicho son externos e internos y ambos, son de igual importancia; sin embargo, en algunos momentos pueden unos u otros ser más importantes y estar fuera del control, incluso de los actores más importantes como el Fondo Monetario Internacional o de Los Estados Unidos de Norteamérica.

Ahora no tengo el tiempo de analizar a profundidad (y creo que sería inútil, se me ha dicho que escribo a un nivel casi incomprensible, un error de estilo), todos los elementos que construyen un momento dado de la historia; sin embargo, cuando un régimen de cualquier tipo se agota no hay cosa que se pueda hacer para detener su decadencia y su necesario cambio por otro. Y, esto es lo que ha pasado en los Estados Unidos Mexicanos. El Presidencialismo se vació debido a factores internos y externos al punto de ser ya inútil. En balde esperaran los que crean que se puede restaurar el Presidencialismo priista o de cualquier otra índole. No hay Santo Oficio que pueda detener esta herejía en contra del viejo partido único de Estado.

¿Qué será la Cuarta Transformación?, no se sabe y miente quien diga que lo sabe a ciencia cierta. Las tres anteriores Transformaciones refutan a cualquier pitonisa o adivino del devenir. En realidad no se sabe que surgirá de la dinámica dialéctica creadora de las distintas fuerzas que intentan dirigir en determinado sentido el rumbo del régimen político como base del nuevo Estado. Ni el gobierno con todo el apoyo aparentemente apabullante puede controlar todas las fuerzas a placer; tiene que estar inmerso en esa dialéctica creadora.

Por otro lado, las demás fuerzas parecen ciegas a la realidad y pretenden de la misma manera dirigir este régimen político en construcción poniendo sus mejores esfuerzos. Pero, si el gobierno no tiene asegurado el triunfo, la oposición y otras fuerzas tienen menos garantías de seguridad. Las circunstancias trabajan en su contra. Hay dados cargados en su contra. Una y otra vez recibirán derrotas tras derrotas en donde antes obtenían triunfos fáciles y apabullantes. Y, hasta puede suceder que tengan excelentes argumentos (No digo que este sea el caso), y hasta la verdad misma pero la psicología individual de una buena parte del pueblo está ya programada para abandonar el antiguo régimen y avanzar hacia donde del resultado de la suma de todas las fuerzas operantes incluida la del propio pueblo vaya. No hay vuelta atrás. Todo intento restaurador dará como resultado la sepultura del viejo régimen y la creación del nuevo. La intención y la lucha por la democracia tiene su historia muy larga en México y se puede remontar a los años sesentas del siglo pasado pero creo que los últimos cuarenta han sido decisivos para que se lograra cambiar el viejo régimen. Los errores y corrupción de priistas y panistas lograron convencer al pueblo para que este diera el cambio. Andrés Manuel López Obrador estuvo también en el momento y lugar exacto para ser electo como representante del cambio. La acumulación psicológica del cambio se vació el uno de julio de dos mil dieciocho. 

¿Está totalmente derrotada la oposición?, no, tendrá su lugar en el nuevo régimen pero no como lo desea. Esto es dramático porque lo mismo le pasa a los demás actores, quedaran con el sabor agridulce del cambio. Yo, lamento, decir esto pero no puedo decir otras palabras. La Cuarta Transformación no se cumplirá al pie de la letra y lamento que muchos no salgan beneficiados con la misma. Esto es la realidad no el Edén prometido donde todo es perfecto. Tampoco se sabe qué tiempo durará ni su resultado final. Bien, no quiero ser pesimista como para que los ciudadanos dejen de trabajar o de luchar por conseguir un régimen democrático pero eso se intentó en las tres Transformaciones y no salieron como se pensaron.

Lo que sí se puede decir de ya es que, esta Cuarta Transformación no ha sido pero ni de lejos costosa en vidas humanas, ni en pérdida de territorio ni de soberanía popular sino todo lo contrario. Y, eso se debe agradecer y señalar sin ningún tapujo. Hasta ahora la Cuarta Transformación con todos sus defectos y limitantes ha sido positiva. Quienes tengan a bien apoyar a nuevo régimen no deben dudar van por el camino correcto aunque no perfecto del cambio. Es evidente que no se debe preguntar de qué lado estoy, sería una deshonestidad ocultar o por lo menos tratar de ocultar tal hecho.

Finalmente, ojala y por lo menos una buena parte se diera cuenta de esta realidad sin apasionamientos para saber las causas y los efectos de este momento pero mucho me temo que las pasiones están por encima de la razón y que no hay forma de cambiar esto. Con todo, si hubiera una buena parte del pueblo que se enfocara al bienestar común sería maravilloso aunque quizá insuficiente para condicionar el rumbo del Estado. El futuro no está hecho a priori es el resultado de todo un proceso como se quiera ver, ya desde el punto de vista marxista o como el resultado de otras índoles que esperan ser dichas.



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