miércoles, 30 de enero de 2019

21. ALIANZA DE VARIAS CIUDADES DEL LAGO CON LOS ESPAÑOLES.



21. ALIANZA DE VARIAS CIUDADES DEL LAGO CON LOS ESPAÑOLES.

Estos socorros iban faltando a los sitiados al tiempo que aumentaban los de los sitiadores, quienes por este tiempo uno que les fue de gran utilidad cuanto fue de detrimento a sus enemigos. Los vecinos de las ciudades situadas en las isletas y riberas del lago dulce se habían conservado enemigos de los españoles y podían haber hecho grandísimo daño a Cortés si a un mismo tiempo le hubiesen acometido sus tropas por una parte de la calzada y por otra las de México; pero por fortuna de los españoles no habían intentado hostilidad alguna en tiempos del sitio, quizá porque reservaban para ocasión mas oportuna.

Los chalcas y otros aliados, a quien no tenían cuenta la vecindad de tantos enemigos, procuraban atraerlos por una parte con promesas y por otra parte con amenazas y vejaciones; y tanto pudo su importunidad y por ventura y también el temor de la venganza de los españoles, que vinieron al campo de Cortés solicitando su alianza los vecinos de Iztapalapa, Mexicalcinco, Cohuacan, Huitzilopochco, Mizquic y Cuitláhuac, que hacían una parte muy considerable del Valle de México. Alegróse infinito Cortés de esta alianza y la aceptó con la condición de que no solamente le ayudasen con gente y con canoas, sino también transportasen materiales y edificasen barracas en su campo; porque por falta de habitación en tiempo tan lluvioso como era aquel en que se hallaban, padecía mucho su gente.

Correspondieron también los deseos de Cortés, que inmediatamente pusieron a sus órdenes un cuerpo de tropas que cuyo número no se expresa, y 3,000 canoas para que ayudasen en su curso a los bergantines, en las cuales transportaron prontamente los materiales necesarios y construyeron a una y otra parte de la calzada tantas barracas, que bastaron a recibir todos los españoles y 2,000 indios de servicio; pues el grueso de las tropas aliadas estaba acuartelado en Coyohuacan, distante legua y media del campo de Cortés; y no satisfechos con estos servicios acudieron también con víveres, especialmente con pescado y capulines o cerezas mexicanas en notable abundancia.

Hallándose ya Cortés con tantas fuerzas entro con ellas en dos o tres días seguidos en la ciudad, haciendo considerable estrago en sus habitantes. Esperaba que capitulasen viendo tan excesivo número de tropas contra sí  y experimentando el daño que les hacia su resistencia; pero se engañó, porque los mexicanos estaban dispuestos a rendir antes sus vidas que su libertad. Resolvió el general español hacer continuas entradas para precisarles con repetidos estragos a pedir la paz que rehusaban. Formó de sus barcos dos armadas compuestas cada una de dos bergantines y 1,500 canoas, con orden de que bloqueasen la ciudad, incendiasen sus edificios y le hiciesen cuanto daño pudiesen. Ordenó a Sandoval y Alvarado que, por su parte, ejecutasen lo mismo y él con todos sus españoles y a lo que parece con unos 80,000 aliados[1] entró como solía por la calle de Iztapalapa sin otras considerables ventajas en ésta y otras entradas de estos días, que la de disminuir poco a poco el número de los enemigos, arruinar algunos de los edificios y avanzar cada día algo más para comunicarse, como intentaba, con el campo de Alvarado, aunque no pudo por entonces conseguirlo.

NOTA. Como se puede ver claramente, efectivamente, hubo traidores a los mexicanos pero no es como de común se cree y se dice, los tlaxcaltecas sino los pueblos que poco antes le eran aliados o vasallos a los mexicanos. La ciudad de México estaba ya totalmente sitiada y estrangulada y no había ya forma de una victoria y sin embargo, la valentía de los sitiados es admirable. Pero mientras destruían los antiguos aliados o vasallos el corazón del imperio, contraían sus propias cadenas de las que no saldría el pueblo mexicano ya con una identidad suficiente sino hasta pasados 300 años. Saber la historia es el primer y fundamental paso para ir entendiendo los hechos y actos que con posteridad se han de ir desarrollando hasta el día actual y que irremediablemente serán el entramado como base del futuro.




[1] Conjeturo que serían 80,000 los aliados que llevó consigo en esta entrada Cortés , porque el dice que se halló aquel día en su campo con más de 100,000, de los cuales irían 20,000 o 22,000 en las 3,000 canoas.



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