Un sistema, un régimen o una época
tienen su vigencia en tanto responde a determinadas necesidades reales de la
vida y en el caso de la política en sus necesidades propias e íntimamente ligadas
al libre mercado. En este contexto del libre mercado es que el régimen priista
que determinaba el modelo de Estado tuvo su vigencia. El sistema político está
muerto, bien muerto; en espera de que se le exteinda su acta de defunción este
uno de julio de dos mil dieciocho.
Los
auto denominados intelectuales como Enrique Krauze y Ricardo Alemán, sostienen
que no debe dársele el poder político, en caso de que gane, a López Obrador
porque eso sería corromper la democracia (sería muy bueno que nos la
mostraran), en virtud de cercenar las libertades en todas sus ramificaciones.
En consecuencia, proponen que los ciudadanos voten dividido; por Andrés Manuel
en la presidencia y por panistas y priistas en el Congreso de la Unión para que
este último sea una limitante al poder presidencial. Esto sería maravilloso si
panistas y priistas fueran demócratas republicanos pero eso es de lo que más
alejados están. En el fondo y eso no lo confiesan, quieren que el sistema
priista haga una mutación y se adecue a la nueva realidad que por tanto tiempo
ignoraron. Quieren insuflarle vida al priismo (y, eso incluye al panismo), para
que bien pertrechados en el Congreso General impidan la extinción del PRI y del
PAN como actores principales en la vida nacional de los mexicanos.
Es
una monstruosidad la que piden Krauze, Alemán y sus cómplices; es evidente que
no tienen ideas demócratas sino intereses partidistas y económicos a la vista.
Esta trompetería histérica no es más que la desesperación de ver como muere un régimen
al cual aplaudieron porque del él, vivieron sus mejores glorias bastardas. Estos
sujetos tejedores ignoran el saber verdadero y profundo y viven casi
exclusivamente de lo sensitivo. Para mi es penos saber que uno es periodista
reconocido y el otro lo llaman historiador. En estas circunstancias como
siquiera van a sospechar que hace falta de momento que Morena se lleve lo que
en el priismo se llamó “Carro completo”, es decir la mayoría absoluta en los
puestos. Es menester tener la mayoría absoluta para poder desmantelar el
andamiaje corrupto del régimen priista al cual Vicente Fox y Felipe Calderón
tuvieron la oportunidad de hacerlo y fueron perversamente omisos porque fueron
herederos de las gananciales de esa corrupción e impunidad. Y, a pesar de esto
cada uno de ellos quiso dejar a su mujer en el poder. Vaya.
Si
el pueblo de México deja vivir a los priistas y panistas como actores
principales de la política llevara en el pecado la penitencia porque habrá dejado
a la bestia apocalíptica vivir sin derecho alguno. Los ojos del mundo están puestos
en el pueblo mexicano y siguen el derrotero que va marcando, en espera de
volverse demócratas y republicanos. La tarea no es fácil pero no imposible.
Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón deben ser retirados de la política,
son parte de los puntales del régimen opresor.
Krauze
y Alemán, son tigres pero de papel, no tienen los méritos de índole alguna para
ser considerados intelectuales y menos pensadores profundos, la vulgaridad
surge de cada actuación o de cada escrito que dan conocer al pueblo. Pueden ser
neutralizados sin mucho esfuerzo. Por lo tanto, el priismo no tiene justificación
no solo fáctica sino intelectual o ideológica. Pocas veces el pueblo in genere
puede intervenir como factor determinante en la dirección que debe tomar la política;
este es uno de esos raros momentos y, que el pueblo no debe dejar de
desaprovechar para imponer su poder soberano.
Pueblo
de México, ha habido días gloriosos y habrá días gloriosos en la medida en que participe
de esta revolución sin balas ni sangre; únicamente el poder soberano, poniendo
orden a lo público. Es cierto que no se debe dar todo el poder a un solo órgano
y en este caso al ejecutivo federal pero el momento lo exige de manera
imperativa para poder limpiar a la republica de todas las torceduras y re
torceduras que han provocado priistas y panistas y que se niegan a dejar por
puro vicio.
Finalmente,
se debe desaparecer al PRI y al PAN porq ue
son lo mismo, limitarlos al punto máximo para que no tengan oportunidad de
volver a someter al pueblo de México a la espantosa y horrible dictadura de un
solo partido único de Estado ni a los caprichos de u régimen de corruptos
adictos a la impunidad.
Por
todo ello, Enrique Krauze, Ricardo Alemán, váyanse al carajo par de embusteros
de quinta categoría, deben saber que el pueblo de México nunca mas se rendirá a
los cantos de sus bocas sirenaicas. Hemos crecido y a diferencia de ustedes,
amablemente decimos no, no, a sus palabras viperinas. El cuerpo de la serpiente
ha caído, es imperioso que se mate a la cabeza para dejar en claro el destino
del pueblo mexicano y para ello es necesario el poder absoluto a Lopez Obrador
por parte del pueblo, único soberano que deberá limitarlo tan luego se acabe el
peligro del viejo régimen.
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