Enrique
Krauze, es un ilusionista; da la impresión de ser intelectual y que de allí emana
ostentarse como un historiador importante; no hay tal, es un historiador
mediano. Su obra más conocida “Siglo de Caudillo”, abreva de la vena de Tomas
Carlyle y ha plantado conceptos tan erróneos que es de no creerse. Por si esto
fuera poco, no se encuentra una sola idea propia ni buena.
Ahora
bien, si de política hablamos Krauze es un priista de hueso colorado. En un
video publicado pide que el voto de los ciudadanos sea dividido que no se le dé
la mayoría en el Congreso a López Obrador, aduciendo que el poder absoluto
corrompe y da los ejemplos de Europa y Latinoamérica y del propio México cuando
los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional implantaron la Dictadura
del Partido Único de Estado a través del Presidencialismo. Evidentemente no
distingue y por ello no puede separar lo bueno de lo malo y menos entender lo
necesario. Es necesario que el Partido Revolucionario Institucional desparezca
como actor importante en la política porque nunca fue revolucionario sino
heredero de la lucha fratricida, tampoco fue institucional sino dictatorial,
represor y totalitarista.
Si
se deja que el Partido Revolucionario Institucional viva como partido
importante en la vida nacional torcerá todo; es insuflarle vida para que se
recomponga y vuelva a las andadas que ya todos los que tienen dos dedos de
frente conocen. Krauze, es abogado de oficio del PRI, lanza sus anzuelos para
ver si los incautos se tragan los mismos pero, esto no pasará; los cambios de épocas
arrasan todo lo inservible y el partido de Estado es ya inservible en estos
momentos álgidos porque no tiene respuestas sino problemas que emanan de su
ser.
Después
los ciudadanos verán que el poder absoluto sea limitado pero en estos momentos
se debe dar todo el poder posible a López Obrador aunque no se esté de acuerdo
con él en puntos torales pero es imperativo que se elimine al priismo como régimen.
Tal idea no es descabellada ni ideal sino real, tanto que los romanos la ponían
en práctica, nombrando a un dictador para que resolviera un problema
republicano y al momento de estar solucionado desaparecía ese poder dado a una
sola persona. Únicamente los muy chatos estarán en contra de la desaparición
del PRI como actor principal de la política. No se debe querer que los integrantes
de un partido tan corrupto sigan gobernando.
A
Krauze, se le debe dar el beneficio de la duda con reservas pues se sabe de sus
nexos con el priismo pero a lo menos inconscientemente defiende al PRI con sus
peticiones al pueblo mexicano. Sin embargo, al propio historiador se le debe jubilar
por ser nocivo al pueblo mexicano. No al PRI no a Krauze.
Que
sujeto tan tejedor nos ha salido Krauze, debería dar explicaciones al pueblo de
México sobre su proceder a favor de quienes nos tienen en este estadio de
zozobra, hambre y muerte, los priistas o ¿no tiene la capacidad de entender la
realidad?. Si esto fuera estaría perdonado pero debería retirarse del mundo de
las ideas y descansar en la comodidad de su casa como un viejo afable que ha
visto mucho y, ha entendido poco y mal.
Es
imperioso que el pueblo determine en estos precisos momentos dar sana sepultura
a sus verdugos, los priistas y tenga oídos sordos ante intelectuales de baja
estofa. No ver la realidad es estar condenado a repetir los mismos errores para
seguir en el mismo régimen pero reformado (La misma gata nomas que revolcada
diaria el dicho popular).
Hago
un llamado a Krauze para que recapacite que tome el personaje del Quijote y en
el ocaso de su vida vea claramente la realidad, estaba loco y en su caso, se
redima, callando. Se debe callar cuando no se tiene el derecho de hablar y
nuestro histeriador tiene décadas de libertinaje. Es preciso que por un momento
tome consciencia y se ponga del lado del pueblo y deje de lanzarnos su
Apocalipsis imaginario por el triunfo de López Obrador.
Es
claro, que Krauze es inconsciente de la epistemología, del buen gusto, de la
libertad, de la democracia; en todo caso, le gusta la adulación y un buen bistec
en forma de Rib eye, y esa ya es su elección.
El caso Krauze no es siquiera un problema de desentrañar sino un obstáculo que
sobrepasar y el pueblo de México tiene esa capacidad. Este pueblo no es de
ñoños pero se ha tenido que engañarle para someterlo y ahora que se ve que va a
determinar el inicio de un nuevo régimen político quieren torcer su voluntad. A
eso le tienen miedo estos libertinos timoratos priistas y panistas.
Pueblo
de México yo, modestamente los llamo a realizar su voluntad libremente sin mirar
a izquierda ni derecha sino hacia la libertad con todos sus peligros. Nuestros
antepasados aztecas en doscientos años hicieron lo que los romanos les costó
setecientos y nuestros demás antepasados no eran chatos sino seres humanos fuertes,
sanos que enfrentaban los peligros con una naturalidad inaudita. Así que,
escribid su devenir en la roca más dura.
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