Hoy
día el ser humano está más confundido que en otras épocas. Los antiguos tenían el
mito, la teología y llegó la ciencia y la tecnología y los gansos entre los gansos
gritaron ¡Aleluya, la oscuridad ha terminado!. Vana ilusión. El ser nada entre
las cosas y se esfuma entre la niebla de su propia inconsciencia. Hay que ver
con que falsa seguridad avanza a diestra y siniestra conquistando todo a su
paso, devastando el mundo como si tuviera una docena en espera. El buen Protágoras
sentenciaba que “El hombre (ser humano) es la medida de todas las cosas”. Enloquecería
si viera que las cosas son la medida del ser humano. Loco pensar, vivir nocivo
sin poder parar.
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