Se
dice que, a la vida llegan los seres humanos más capaces y por obra de la vida se
tuercen en direcciones no sanas y terminan siendo los parias del mundo. Drogas,
crímenes de todo tipo y otros vicios degeneran a los seres humanos. Sin embargo,
se debe hacer una pequeña corrección; hay sujetos que nacen ya destinados para
pasar mil y una desgracias y hagan lo que hagan les será imposible
desarrollarse plenamente. El idealismo del más fuerte no pasa la criba de la
vida. Suele suceder que, el sistema les da oportunidad a personas para terminar
una carrera, incluso profesional, que, con todo, no le sirve de manera alguna.
Sujetos
tales, nacen cansados o mejor dicho débiles, con lo cual parecen viejos antes
de llegar a dicha edad. Claro, su psiquis es compleja; se visten de una cierta lozanía
que puede engañar de primera pero que, no resiste una segunda mirada. Son
incapaces de ir más allá de la medianía y de ahí a la mediocridad. Con frecuencia
siguen siendo hijos de familia aun cuando ya han rebasado los treinta o cuarenta
años de edad. Buscan desesperadamente encajar en un lugar de confort y si lo
logran creen haber alcanzado el paraíso y cuando lo pierden, con gran
frecuencia, se sienten los seres más desgraciados. Culpan a los demás por sus concretísimos
fracasos.
Hay
caso, en los que se dejan mandar por cualquiera, incluso por sus mujeres, con
tal de no ser abandonados; aceptan los tratos denigrantes de cualquier clase con
tal de sentir pertenecer a una familia, un partido, un cierto grupo social.
Son, en suma, masoquistas. Con frecuencia, lo sepan o no las mujeres con las
que viven, se complementan bien en un binomio sadomasoquistas. Las mujeres, con
las que conviven sienten esa ancianidad y toman el mando en todos los rubros de
la vida, bajo la apariencia de una familia “normal”. Muy a menudo sienten una
verdadera aversión hacia esta clase de sujetos que toman como verdaderos
esclavos con todas sus consecuencias.
Se
han conocido casos en los cuales ya no tienen la posibilidad de tener hijos
pero si la mujer tiene hijos, incluso nietos, estos hombres no dudan un minuto
para hacerse padres o abuelos putativos con toda un entramado más o menos bien
simulado. En este ambiente se sienten, por lo menos “necesarios” y, de la misma
manera que, a las mujeres golpeadas, siguen el mismo patrón de no poder irse y
la mujer de no poder dejarlos ir, mediando esa relación insana.
Ahora
bien, los roles sociales juegan su rol y por fuera una familia donde la mujer
sea la dominante, con claros tintes sadomasoquistas, se sigue ante los ojos de
los demás una actitud de normalidad, aun en el caso de que, toda la comunidad
sepa la triste realidad. Con frecuencia estos sujetos, internamente reconocen
esta verdad y se aficionan a las bebidas embriagantes con el único fin de
castigarse por saber quienes son. Anulan su yo y, es posible que lleguen a
tener bajo los influjos del alcohol o de alguna droga actitudes de bravuconería
temeraria. Claro, al siguiente día, la resaca física y la moral de sus
atrevidos actos es tan grande que casi los aplasta. La verdad se les revela aún
más dolorosa por las consecuencias “familiares”, sociales y por la acción que
tomaran a quienes les han proferido insultos.
Dócilmente,
se levantaran dispuestos a sufrir el castigo físico o moral que se les imponga
sin siquiera abrir el pico. Se les puede ver ir con hijos o nietos que,
claramente no les pertenecen naturalmente, rumbo a la escuela con la figura
medio compuesta con todos los rasgos de estar alertas a todo lo exterior pues,
esperan el castigo correspondiente como pago de su descocada actitud anterior.
Al poco, todo vuelve a la normalidad hasta que los pobres diablos inician otra
loca aventura con las mismas consecuencias.