La
orden de presentación que dice, la Procuraduría General de la Republica, ha
despachado para que se presente o sea presentada Kate del Castillo-Negrete
Trillo, a declarar como testigo en la investigación que hace la dependencia
federal, respecto de sus nexos con Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, da
la impresión de ser un anzuelo para ver si la actriz cae en sus redes y se le
inventa un delito y se le enjuicia al más puro estilo priista. No se tienen los
hechos concretos, precisos que se dice, se investigan ni las pruebas claras y
precisas que tiene la Procuraduría Federal; sin embargo, si se tienen los
indicios que hacen sospechosa la actuación de la fiscalía. Ya se sabe cómo se
las gasta el gobierno mexicano en el rubro de la justicia.
Primero,
Kate del Castillo tiene la nacionalidad estadounidense por naturalización, es
decir, si no sale del territorio nacional no podrá ser detenida y presentada,
directamente por elementos de la policía mexicana ante la Procuraduría General
de la Republica; segundo, si hubiera cometido algún delito como el de lavado de
dinero, ya la estaría investigando su gobierno; tercero, la actriz debe
declarar como testigo por escrito y no declarar o no si cambia su situación jurídica
a indiciada (sería bueno que se reserve su derecho a declarar de acuerdo al
artículo 20 constitucional), en virtud de ser el sistema mexicano acusatorio
adversarial, en concordancia con el Código Nacional de Procedimientos Penales,
decir, la Procuraduría debe investigar y presumir la inocencia de la ciudadana
estadounidense, cuarto, esa declaración o no debe hacerla ante el consulado que
le corresponda o elija y la debe hacer por escrito. Se debe tener en cuenta que
las embajadas y consulados son parte del territorio mexicano.
No
es buena para investigar la Procuraduría pero, si para poner cebos y aplicar la
consabida “Agárralos, después averiguas”, que una calca del “Mátalos en
caliente, después averiguas” de la dictadura de Porfirio Díaz; y, este gobierno
es hijo directo de aquella dictadura; no por otra cosa Mario Vargas llamó al
Priato: “La dictadura perfecta”, que resultó no ser tan perfecta. La perfección
a la que se refiera Vargas Llosa tiene una connotación negativa, y se refiere a
todo el entramado por medio del cual un sistema político, jurídico y
legislativo sigue funcionando con apariencias de legalidad, legitimidad y democracia.
Un
gobierno que se vale de mañas, patrañas, celadas, traiciones, montajes y de
todos los métodos más viles, apartándose, evidentemente, del marco jurídico vigente
y que se debe dar un giro de 180 grados para llamarse propiamente justo. El citatorio
que le hacen a Kate del Castillo es burdo, infantil y ridículo y pretende
servir para que, si se presenta a declarar o no la ciudadana estadounidense,
esta, por cualquier medio sea detenida y se le imputen los cargos más falsos
pero efectivos para enviarla a la cárcel. Cientos de ciudadanos dan testimonio
con sus detenciones arbitrarias y mantenidos en cárceles para quebrantarles la
voluntad y mermarlos físicamente hasta su postración. Ese mismo sistema seguía
Porfirio Díaz. No es una casualidad. Una procuradora cuestionada por sus nexos
con Televisa no debe seguir en la dependencia. No debe haber la mínima sospecha
de que la investigación se ordena desde la televisora. Quizá sea inútil la
denuncia en la realidad dado que se tiene la certeza de haber sido, el
presidente de la república por dicha empresa. ¡Qué tiempos, que costumbres!.
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