lunes, 15 de febrero de 2016

IDOLATRÍA: AZTECA Y CATÓLICA



Entre la idolatría practicada por los pueblos prehispánicos y la idolatría actual no hay diferencia fundamental mucho me atrevo a decir, que esa religión era mucho más humanitaria: nunca desato o solapo genocidios a nivel mundial, por obvias razones; pero además tenía una teleología vital  Solo la ignorancia a podía del pasado y la imposición de otra idolatría afincada por la espada, el engaño, los tormentos, la muerte y el amasiato entre el gobierno mexicano y la religión oficial, ha podido hacer ver como actos de verdadera fe al fanatismo desbordado y transmitido por todos los medios posibles.

Casi todos los medios perdieron la cordura; no solo fueron jilgueros sino verdaderas guacamayas que en el tiempo mínimo trataban de hacer ver al Papa como un prohombre de amor y no sé cuántas cosas más. Es lastimosos ver a dos dirigentes, Peña Nieto y al Papa, mostrar públicamente sus limitaciones intelectuales: El primero está bien cercado por el grupo que opera tras de su fachada; el segundo por sus enemigos dentro del Vaticano, no tuvo Francisco que perdonar a los Legionarios de Cristo.

La ignorancia profunda de Peña Nieto, es publica no hay cosa que añadir. La ignorancia del Papa la mostro al dar la explicación sacada de la Edad Media, de que “el Diablo castiga a México porque la virgen María se apareció aquí, y, seguramente, si los españoles hubieran llegado primero a lo que hoy es Brasil, Perú u otro lugares seguramente allí se hubiera aparecido la virgen María y la explicación del mal se aplicaría a cualquier de estos lugares. Que falta de profundidad y de verdad.

Europa se está volviendo atea, se venden iglesia y mezquitas para usos educativos y culturales; saben bien los jerarcas que allí ya no hay tantos tontos como para seguir con las explicaciones diabólicas. Les queda, Latinoamérica, a lo menos otro milenio para seguir engañando a tantos pobres que al no encontrar respuestas reales se abandonan a la metafísica, “al más allá”. Prácticamente vino a decir que nos ciñamos a la voluntad ajena aunque haya dicho dos o tres palabras acarameladas para el pueblo. Montajes por todos lados. Todo limpio. Todo bonito. El sistema político quedo intocado. Ya se verá en poco tiempo, a menos que inmediatamente que se vaya Francisco toda la clase política con lágrimas en los ojos y de rodillas hagan las reformas judicial y constitucional para que ellos, cuando comentan un delito, sean juzgados; eso sí, bajo la vigilancia de consejos ciudadanos.

Estos dos sistemas: el político y el religioso son ambos, arcaicos, no pueden ser democráticos; el sistema político mexicano se ha mostrado como el origen del mal (El Diablo), y el religioso, es peor. Una religión que diga que la mujer trae consigo el pecado original debe ser rechazada. Va contra todos los derechos humanos, contra la dignidad humana femenina. ¿Qué papel juega la mujer en el catolicismo?, de segundona, de pecadora, de sierva, de amantes y esclavas para sostener ese edifico viejo que se cae por todos lados. Hacen falta millones de incrédulos para que los sostengan.

Es curioso ver que ambas religiones, la azteca y la católica tengan como fin la antropofagia; en el primer caso era una práctica real que está bien documentada y no hace falta mayor abundamiento; la segunda, tiene que ver con el rito de tomar la comunión: “el cuerpo de Cristo, la sangre de Cristo”. En el fondo ambas religiones tienen la misma base aunque con ciertos matices. Ambas, tienen como medio para la salvación el consumo de carne. No me quiero imaginar cómo eran esos rituales, pero tampoco quiero saber que parte del cuerpo de Cristo dan los sacerdotes. Eso me parece bárbaro. Beber sangre no es otra cosa que vampirismo aunque lo quieran adornar de cosa santa, divina. Esto es muy vulgar para ser tratado seriamente pero, a pesar de todo riesgo, no dejan otro camino.

¿La edad de francisco no le permitió ver con cuantos diablos se juntó, convivio y les estrecho la mano de mil amores?. En fin, no se puede resolver con rezos la cosa política hay que hacerle caso a Rene Descartes: ideas claras y distintas.



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