Comentario a la nota de Román Revueltas Retes. Milenio. 19/08/12
El sueño de todos los siervos del peñanietismo, es decir de la tiranía de la limitación intelectual y educativa, es salir a escribir en cada periódico que la nación mexicana esta navegando en las aguas limpias, transparentes y sanas de la democracia y que solo algunos cuantos imbéciles mangoneados por la voluntad manipuladora de López Obrador son los que mínimamente perturban esta nueva paz porfiriana. En efecto, nos da una lista Román Revueltas Retes, comenzando por Aguascalientes, de mexicanos de una conciencia profunda de como debe vivirse: En Santa Paz, “ni por enterados, señoras y señores. Andamos en lo nuestro, lo de todos los días, sin ánimos particulares de armar la revolución”. Nos pinta una sociedad particular, la de Aguascalientes, que luego hace extensiva a casi toda la sociedad mexicana buena. Una sociedad que parece que al no elegir a López Obrador eligió a una persona capaz, de liderazgo, culta y por sobre todo bajo condiciones democráticas. ¿Qué clase de sociedad ve Román Revueltas?, ¿así son los mexicanos de estas regiones de México?, pasivos, en el mejor de los casos. O, andan en lo de todos los días: “disfrutando de la dulce vida democrática, llena de oportunidades laborales, educativas, de asistencia social, con seguridad publica y demás.
No les hace justicia alguna Román Revueltas a los mexicanos que nos describe en su nota. Los pone como títeres del sistema que ni por enterados se dan de que necesitamos como mexicanos implantar la democracia para que, sin importar que partido gobierno se cumpla el anhelo de justicia, cuentas transparentes, castigo a los malos políticos, un freno a la corrupción, decirle alto a la impunidad, al enriquecimiento ilícito y en general el cumplimiento del Estado de Derecho que beneficie a la mayoría y no solo a unos pocos.
La miopía que este pregonero tiene de la realidad no tiene par. Nos quiere implantar el cangrejismo rengo de su mentalidad para hacernos ver la sociedad mexicana como una mayoría buena contra unos pocos descarriados que no entienden razones. Esta vileza soterrada va dirigida a persuadir a los mexicanos para que se queden en la pasividad sino, serán tildados de agitadores minoritarios. De seguidores de un mesías tropical vesánico. Así convierte el paradigma de la democracia en una tentación pecaminosa. Quiere insuflarnos la conducta de los “hermanos lelos” o “Chaparrón Bonaparte” esos personajes televisivos que son modelo de idiotez funcional.
Querer que los mexicanos nos evadamos de la realidad, de mutilar la verdad, de no darnos por enterados de lo que pasa en la vida nacional, me parece es el ofrecimiento mas vil que se le puede hacer a una sociedad tan carente de casi todo como la nuestra.
Debe leerse entre líneas a Román Revueltas para no extraviarse sobre el único fin que tiene: volver más pasivos a los mexicanos. Alabar la nueva paz peñanietista, es decir porfiriana, es el cometido más grandioso de su vida y que amablemente me permito rechazar por ser toda una ñanguería. Es sorprendente como en pocas líneas Revueltas desaparece los crímenes en todo el territorio nacional, la subida de precios de todos los productos básicos, las ilegalidades, la impunidad, la falta de trabajo, de educación de calidad y todos los demás rubros de la precaria vida mexicana. El mundo de Román Revueltas es un mundo feliz, demasiado feliz. Sus ojos solo ven unos cuantos disidentes locos con ansias orgásmicas mal dirigidas y una nación serena que empieza por la de Aguascalientes y gradual y rápidamente se convierte en la mayoría de la nación mexicana por obra y gracia de su teclado mágico. Todo ello para que Peña Nieto y el PRI tengan la amabilidad divina y apriorística de gobernar a los mexicanos.
Para Román Revueltas solo existe un pecado: la democracia.