sábado, 30 de junio de 2012

EL PESIMISMO COMO VENENO

Los seres humanos hemos construido el pesimismo como casa de los estultos. Allí hay caras largas, rechinar de dientes, crispación de manos, pataleos y bocas con espumarajos. Solo cuando se encuentran las miradas de los pesimistas brota una chispa de emoción en sus rostros como sabiendo por un momento que están en lo cierto de que este mundo es un manicomio de perdición. Morgu

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