¡TÚ, A LO TUYO!
Alfonso
Reyes, sabia lo fácil que es perder la disciplina y hasta el objetivo central
en la vida. Para llegar a la pericia en todos los rubros de la vida se necesita
la voluntad inquebrantable, la valentía necesaria, la inteligencia y la
disciplina. La duda debe quedar acallada con el diario esfuerzo de hacer para
lo que se está hecho y corregir siempre los defectos. A eso llamo yo éxito. No
el tener como objetivo el dinero ni las cosas materiales. Ya lo dijo José Ortega
y Gasset. “No es desdeñable enseñanza que la materia, lo más opuesto al alma,
sea la encargada de hacer pervivir ésta”. En efecto, lo metafísico como lo son
los pensamientos que se traducen en palabras, en lenguaje bien articulado
plasman sus huellas en las obras literarios, científicas o filosóficas. Reyes
nos ha dejado un legado inmenso y una exigencia:
“Que
ninguna torpeza de afuera venga a interponerse; no tropieces contra lo
fortuito, no te anules en el choque contra lo indiferente o lo inútil. No
quiera cada uno hacerte sardina de su ascua. Cuida tu largo curso, prescindiendo,
a izquierda y a derecha de toda guerra que no sea tu guerra. No te atraviese la
espada que no es para ti. No te dejes matar de bala perdida. Mira como anulas la
casualidad, no te hagas víctima de cosa tan ciega”. ¡Tú, a lo tuyo”!.
No
menos alentador es el discurso de Winston Churchill en las horas difíciles para
la humanidad y que viene bien aquí recordar en su parte más significativa:
"We
shall go on to the end, we shall fight in France, we shall fight on the seas
and oceans, we shall fight with growing confidence and growing strength in the
air, we shall defend our Island, whatever the cost may be, we shall fight on
the beaches, we shall fight on the landing grounds, we shall fight in the
fields and in the streets, we shall fight in the hills; we shall never
surrender,
“Continuaremos hasta el
final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y los océanos, lucharemos
con cada vez mayor confianza y mayor fuerza en el aire, defenderemos
nuestra isla cueste lo que cueste, lucharemos en las playas, lucharemos en las
pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles... lucharemos en
las colinas, nunca nos rendiremos”.
Que de horas oscuras
tuvo Reyes con toda la tragedia personal en los álgidos días de la Decena Trágica
y su recuerdo indeleble de la muerte del padre. El exilio voluntario fue un
remedio mediano a sus tribulaciones. Imagino que sus noches eran lo más difícil,
fuera ya del escenario de la guerra. Con todo, su obra es totalmente contaría a
la de José Vasconcelos, la de este más emocional, la de aquel, rigurosa. Quedaron
sus pensamientos plasmados en sus obras.
Que decir, de la
Segunda Guerra Mundial, cuando el Tercer Reich, arrasaba toda Europa y decidió
hacer la guerra a Inglaterra. Hitler nunca pensó en salir derrotado de aquella
empresa tal y como les ocurrió a los atenienses contra Siracusa, desastre
total. En esos momentos de desesperanza surgió Churchill y llevó a su pueblo a
la lucha y al éxito.
Por todo eso no se debe
perder la disciplina porque, aunque no se nos parece la guerra esta vida, lo
es. El sistema económico, político y social nos alecciona que todo es materia
para olvidar lo esencial del ser humano, su pensamiento, su metafísica y su
ser. Hay que abandonar todo lo material como objetivo y luchar tal y como nos
lo indica Churchill con la exigencia de Reyes: “Tú, a lo tuyo”.