sábado, 1 de diciembre de 2018

¿QUÉ SIGNIFICA EL TRIUNFO DE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR?



 El triunfo de Andrés Manuel López Obrador es de suma importancia porque después de 34 años de Neoliberalismo se hace una pausa, esto no significa que se vaya a pasar al Socialismo ni mucho menos al Comunismo que tanto espanta a la derecha de todo el mundo. Es una alto para los señores del libre mercado para reflexionar sobre los efectos nocivos en la economía de los mexicanos y en especial a los más pobres. Claro no se puede esperar otra cosa que una reorganización de las trasnacionales para no dejar el control al gobierno de México.  

También significa el fin de la dictadura del partido único de Estado, el Partido Revolucionario Institucional y una lección tanto para el Partido Acción nacional, el Partido de la Revolución Democrática como el resto de los partidos. Únicamente quienes tienen la conciencia de lo que fue este régimen saben lo funesto que fue y las victimas que lo padecieron nunca olvidaran los delitos que cometían los gobernantes para decir que se hacía justicia.

Se inicia una nueva república democrática, dándoles libertad a los ciudadanos para decidir en el rubro público. Pero lo central está en dos ámbitos estrechamente ligados; el primero, es el combate a la corrupción en el gobierno que está unida a las grandes empresas privadas; el segundo, la separación del Estado del poder económico. Si esto se logra se podrá lidiar con la corrupción pues gobierno y trasnacionales contribuían sincronizadamente para hacerse de los bienes nacionales sin mucho problema y con toda la protección de la corrupción que mediaba en las privatizaciones. Esto es tanto como la separación del Estado Civil del Estado Eclesiástico con Benito Juárez.  

El triunfo de Andrés Manuel, también significa el fin de un régimen totalitarista que uso la fuerza del Estado para someter al pueblo de México. En este periodo se desterró a la justicia, a la libertad, a la democracia y todos los elementos que sirven para que los seres humanos se desarrollaran en su plenitud. La ciudadanía estuvo en su mínima expresión. Los beneficios económicos fueron destinados para los círculos cercanos al poder y después se extendió a los grandes empresarios que amasaron fortunas enormes hasta escalar al número uno del mundo en haber acumulado más dinero.

Si el Derecho en México tenía como fin la protección del régimen político y consideraba a los imputados como culpables; se espera que ahora el mismo sirva para la impartición de justicia, para el sano convivio entre los mexicanos que francamente se ve difícil. Ahora bien, el Derecho ahora debe servir para el desarrollo del pueblo en general y no únicamente para los que tengan dinero. No más constitucionalismo protector de los más poderosos.

En lo social se abren las expectativas de mejorar la vida de los mexicanos más pobres que no debe estar en contraposición de la existencia de ricos pero que las fortunas no se hagan en detrimento del pueblo mexicano. La riqueza no se debe acumular de manera ilimitada pues se crean ricos teniendo leyes a modo que esto legal pero que no por eso crean problemas. Es inaceptable que unos vivan entre el lujo excesivo y la mayoría viva en la pobreza. El pueblo en general debe volverse disciplinado para lograr las metas en lo posible pues se debe tener en cuenta el mundo del deber ser y el del ser; y hay que estar en la realidad. No se podrán conquistar todas y cada una de las metas pero si adelantar el trabajo lo más que se pueda. Nunca más un gobierno paternalista ni un pueblo esperando milagros sino creador en lo económico, lo político, lo social, lo artístico y en lo filosófico por lo menos.

En lo exterior, es de esperarse las reacciones de la derecha que no se quedará de brazos cruzados pues sienten que se les quitan las oportunidades de hacerse ricos con los bienes nacionales. Con todo, si el gobierno de López Obrador sale airoso en su empresa será modelo para otros gobiernos.

Por lo pronto hay que esperar la reacción de la derecha nacional e internacional así como de los poderosos económicamente que seguramente no estarán felices de que se acaben las privatizaciones llenas de corrupción. Y, como se sabe en política nunca se gana todo ni lo ganado nunca es para siempre.


Se ha terminado la larga espera y se inicia una empresa que no se sabe en que terminara ni cuánto tiempo llevará. Si todo esto representa el triunfo de López Obrador, no se sabe que simbolizará el fin de su gobierno. Las circunstancias son muy diferentes a las que han estado otros gobiernos o el pueblo como con la separación del Estado laico del religioso pero este misterio se ira develando conforme los actores políticos en su conjunto construyan el nuevo régimen.  


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