Conozco
muchos más a los políticos en lo general como en lo particular que hace veinte
años cuando comenzó mi verdadero interés sobre los mismos. En realidad son
camaleones que se esconden tras diversas fachadas pero que están prestos a
echar mano de lo cualquier recurso con tal de obtener el poder político. Con
todo la mayoría están vacíos de conocimientos sobre las diversas materias y,
entonces se tienen que integrar en bloques en donde estén protegidos. Un
sistema como el priista es una campo perfecto para que germinen y crezcan políticos
de muy baja calidad pero protegidos a la voluntad casi soberana del presidente
en turno.
Soy
todo lo contrario al político tipo porque no me importa el ejercicio del poder
sino el poder en sí y su naturaleza; es decir, hacer filosofía de la política. Los
políticos lo saben y en mis encuentros con ellos, inmediatamente sienten este
contraste y su respuesta es el rechazo y hasta la repulsión y mi respuesta es
exactamente igual pero por motivos diferentes. No se puede ser abogado, filósofo
y escritor sin ser un buen psicólogo y, este aspecto ha ido refinándose en mí. Puedo
detectar en unos pocos minutos la verdadera naturaleza de mi interlocutor y
ellos lo perciben claramente. Me rechazan porque voy al meollo del tema sin ideologías
y ellos tienen el discurso ideológico. Es como dijera Max Weber hay una diferencia
radical entre el político y el científico; son dos ámbitos totalmente
diferentes; el primero quiere el poder, ese es su fundamento; el segundo, la
verdad aunque no siempre acierte.
Otro
de los factores es el nivel de conocimiento; por lo general los políticos son
ignorantes, su naturaleza torcida los hace armarse de todos los recursos de
apariencia buenos pero en su mayoría malos y, únicamente un poder central les
puede poner vallas a sus ambiciones. Por lo general, los políticos se visten
con los ropajes del poder público pero sin esas vestimentas son áridos, de una naturaleza
pobre engalanada por la ignorancia del verdadero saber. Cuando advierten su
propia ignorancia, misma que es muchas veces ya insalvable, se repliegan y dan
por terminado el diálogo, cierran la puerta y tiran la llave. No quieren saber
del mundo del saber, les aterra no poder dar un solo paso sin que se les caiga
la máscara.
La
mayoría de los legisladores de Morena, pasarán sin pena y sin gloria pues no podrán
aprehender en tres años o en seis lo que han ignorado por veinte, treinta o más
años, el conocimiento y su práctica. La maestría en todos los ámbitos del saber
y de la vida se obtiene a través de una larga meditación, una larga práctica y
sus correspondientes correcciones o perfeccionamientos que nunca termina. Por
ello, la mayoría de legisladores vivirán en el anonimato y cobijo de la manada;
saben que no tienen la capacidad para proponer una idea clara de un régimen político
como base de un nuevo Estado que vaya sea el adecuado a lo que ya Charles Louis
de Secondant y muchos otros pensadores. Antes que el Estado mexicano les
importa salir de su lamentable estado económico.
El
nuevo sistema político debe tener un diseño tal que evite la corrupción propia
de sus políticos pues que no quepa duda que muchos intentarán librar todos los obstáculos
hasta alcanzar sus fines económicos a través de la corrupción. Y, no estoy
diciendo que los seres humanos sean de naturaleza mala pues en este rubro sigo
a Erich Fromm y considero a los mismos buenos, cuando se han dado los casos de
desarrollo pleno, sano y, todo lo contrario cuando los seres humanos han
fracasado en todos los ámbitos. Es necesario no dejarse engañar en este tipo de
puntos.
Se
me ha dicho que mis declaraciones son producto, efectivamente, de mi fracaso en
la vida; no hay tal. Mi interés por el conocimiento, mi verdadera pasión (Pathos),
es el saber que va desde la sabiduría de los sabios griegos, mexicanos y de
todos lados que va desde la física, la mecánica cuántica como la metafísica, el
derecho, la filosofía y la literatura entre otros rubros. Mi interés más
profundo es el ser y su desarrollo pleno en el Estado como esfera de acción del
individuo.
La
mayoría de los profesionistas se enfocan a una y sola parcialidad del saber,
para mí el conocimiento me viene en su doble aspecto de renacimiento, tanto ese
interés por el saber total del periodo del Renacimiento como en lo personal
como un renacer gradual a una realidad más amplia, más profunda que se tiene
que conquistar “sitiando los problemas día y noche” pero para ello se debe
estar armado por naturaleza tanto en lo intelectual como en voluntad. Mi camino está en la conquista del
conocimiento hasta donde me lo permita el intelecto y no disminuya la voluntad.
Por
todo ello, es menester que se cuide esta llamada Cuarta Transformación, pues comúnmente
los enemigos de los actos revolucionarios están dentro del mismo movimiento. Por
fortuna nos encontramos en uno de esos parteaguas que si bien pueden terminar
de una manera totalmente a como se planea ya sea porque el plan no sea sólido o
porque falten los seres humanos que lo lleven a cabo pero que no tiene vuelta atrás
se haga lo que se haga por restablecer el anterior régimen. Ahora bien, esto no
debe atemorizar al pueblo pues esta forma de proceder es la regla y no la excepción.
Los arribistas, los más ambiciosos y, toda clase de seres humanos nocivos
llevan mano y, es trabajo del nuevo gobierno y del pueblo remediar esto; las vías
y formas están a disposición.
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