jueves, 5 de abril de 2018

LA CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO PRIISTA: SU INEVITABLE FIN




La labor del filósofo debe ser de tratar de explicar la realidad pasada y presente, el futuro está fuera de sus análisis. El filósofo, puede hacer si predicciones pero limitadas. Recientemente, he leído a diversos periodistas decir que, López Obrador ha canalizado el hartazgo, los excesos de corrupción priista y que, eso lo llevará eventualmente a ganar las elecciones de este uno de julio de dos mil dieciocho. Es cierta esta parte pero es incompleta y superficial.

El sistema político priista en todo momento ha tenido sus excesos; fue creado para que un solo partido único de Estado gobernara de manera permanente y con los menores obstáculos. Para ello, le fue menester aglutinar a todo el pueblo mexicano (Aquí la base de la Dictadura Perfecta de Mario Vargas Llosa), en tres grandes sectores, el obrero, el popular y el campesino; con este totalitarismo social aseguraba que hubiera protestas o disidencias significativas que lo derrumbaran pues no iban a protestar los propios integrantes de este sistema en tales condiciones.  

En segundo lugar se crearon los organismos e instituciones que controlaran estos sectores tales como la CTM, la CNC entre un numero sistematizado de sindicatos y liderazgos que impedían que surgieran movimientos contrarios al régimen priista, aunque a pesar de todo los hubo como son los sasos del 68, 71, así como los movimientos guerrilleros.  

La dialéctica entre excesos de corrupción y descontento social en todo momento de este régimen ha existido; de hecho esta ha sido la constante.  Pero si los excesos de corrupción no explican en su medula la caída del sistema ¿qué lo explica?. Para ello, se debe tener en cuenta que, el sistema político mexicano no solo estaba blindado dentro sino contra lo externo.

La doctrina Estrada puede verse como una aportación mexicana al Derecho Público Internacional pero también fue, una cortina de hierro contra toda crítica de los gobiernos extranjeros; estos no podían calificar los hechos y actos del gobierno mexicano. La soberanía nacional se esgrimía como un asunto de seguridad del régimen y se le inculcaba al pueblo para que el patrioterismo fuera nacional y, el pueblo mismo estuviera a tono con el gobierno. Hoy, sería imposible pensar y actuar de esta manera.

Esto derivaba en una cerrazón interna y externa. Hacia el interior, el gobierno dominaba prácticamente todos los medios de comunicación. En consecuencia, el pensamiento era totalitario. A los que pensaban diferente se les veía como locos peligrosos y el gobierno los combatía por todos los medios hasta erradicarlos. Cárcel o panteón. Los gobiernos extranjeros estaban impedidos por la soberanía nacional teniendo como su fiel escudera a la doctrina Estrada. Lo que aquí pasaba aquí se quedaba.

 El declive de este sistema se inicia en los años ochenta del siglo pasado. El Liberalismo económico avanzaba y la Guerra Fría, estaba por tener su última batalla, La Segunda Guerra Mundial dio como resultado la división del mundo entre dos ideologías, el capitalismo y el llamado socialismo real o comunismo si se quiere. Estas dos ideologías sustentaban dos formas de economía la social y la capitalista. El derroche de economía, la corrupción, el totalitarismo dejaron a los soviéticos exhaustos y en vías de que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se fragmentara, dando paso a la actual Rusia.

La caída del Muro de Berlín, (9-10 de noviembre de 1989),  fue el inicio hasta que ya no fue posible seguir con la cerrazón soviética. Caía el Muro y caería la URSS. Con este hecho, el capitalismo ya convertido en Neoliberalismo tenía el inicio de su expansión por el mundo.  Esto tuvo sus repercusiones en México, se aceleraron las privatizaciones, es decir, se amplió y profundizó el Neoliberalismo.

La implementación del Neoliberalismo y su aceleración tuvieron sus consecuencias políticas. El sistema político cerrado y blindado se fue abriendo en su totalidad hasta quedar a disposición del libre mercado y este ha exigido más y más apertura económica, hasta la arbitrariedad.

Un invento se iba desarrollando y haciendo cada vez más popular, la internet y con la misma las redes sociales. A la par de todo esto, los científicos y técnicos fueron creando y desarrollando dispositivos cada vez más sofisticados de comunicación entre los que se encuentran los celulares en todas sus variantes. La comunicación se hizo cada vez más popular, amplia y sin restricciones gubernamentales; es decir, el gobierno perdió en buena medida el monopolio de las comunicaciones.

A esta pérdida del monopolio de comunicación le sobrevino la pérdida del monopolio político por parte del presidente de la república. Antaño, era el ejecutivo federal el motor único y cuasi omnipotente que daba inicio al ritual de sucesión presidencial que siempre recaía en uno de sus correligionarios con el surgimiento de diversos partidos el poder político se diversificó.  Sin dejar de ser importante el titular del órgano ejecutivo ya no es el único y ya ni siquiera el más importante.

Las pérdidas de monopolios de poder siguió y le tocó su turno al rubro económico.  El Estado mexicano a través del presidente de la república tenía la rectoría de la economía con las privatizaciones este poder pasó a las grandes trasnacionales y con ello, llegó la debacle no únicamente del Presidencialismo sino de todo el régimen.

La necesidad de un nuevo régimen político, de un nuevo Estado, es ineludible. El actual régimen esta en plana crisis y no va a poder recuperarse como no puede recuperarse la Edad Media. Por ello, el pueblo mismo siente esa imperiosa necesidad de cambiar no únicamente de gobernantes sino de todo el régimen. Cambiar exclusivamente de gobernantes sería un error como el que han cometido los panistas Vicente Fox y Calderón que teniendo la oportunidad fáctica e histórica de cambiar de régimen se envolvieron en el mismo y se corrompieron.

En este contexto, no es de extrañar que los estados del norte, renuentes al cambio se hayan sumado ya a este movimiento que puede salir bien o mal, según se vaya construyendo y hasta ahora se han visto sus ventajas y desventajas; su praxis esta plagada de errores que no se deben atribuir a una sola persona porque la construcción de un nuevo régimen debe y tiene que ser tarea de los ciudadanos también. ¿Por qué?, porque esta es su hora y pueden o no intervenir pero en ello les va su futuro.

El Presidencialismo se terminó y se debe construir un régimen que esté basado en la mayor base posible de ciudadanos y ya no en uno solo. No es una mentira que el pueblo pueda participar activamente en la construcción de un nuevo estado, inclusive. Si no aprovecha el pueblo este momento se construirá el nuevo régimen político y se volverá gradualmente rígido y esto dará como consecuencia mayor dificultad de moldearlo.

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