viernes, 6 de abril de 2018

EL 7 DE 7 DE MEADE




La política de José Antonio Meade, se ha vuelto una pesca desesperada de votos sin que tenga la mínima calidad. La política de Meade, es la política del Partido Revolucionario Institucional. Es un error creer que el candidato del PRI, es ajeno a la incomparable, amplia y profunda corrupción del partido en el gobierno, encabezado por Enrique Peña Nieto.

La política no debe de ser de ocurrencias sino de planes y acciones tendientes a resolver los problemas nacionales. Meade, presento una ridícula declaración de sus bienes patrimoniales, sus estado fiscal y de intereses. A estos tres puntos le agregó cuatro: el cuarto trata de la congruencia entre lo que declara y lo que tiene; el cinco, son las consultas que ha hecho, dice, ante todos los Registros Públicos para demostrar que bienes inmuebles tiene; el seis, es relativo a no tener otros ingresos y el siete, es una certificación notarial que da fe de ser veraz la información.

Ahora bien, la información presentada por el candidato priista es unilateral porque no hay ninguna verdadera autoridad que haya seguido paso a paso que esto sea veraz y así es con todas las declaraciones de los demás. En este contexto, resulta vacío este acto si se pone, también en contexto que, son 89 años de corrupción en los tres niveles de gobierno y que la encabeza Peña Nieto. En efecto, si el primer corrupto lo es, el primer mandatario con tanto tiempo histórico de su partido y tan profunda y ampliamente en todo su gobierno ¿qué soluciona o solucionara su declaración ampliada?. A mi entender, ninguna circunstancia. La corrupción no se solucionara pues sigue vigente la impunidad, iniciando por el propio Peña Nieto y siguiendo por los tres niveles de gobierno.

Este tipo de ocurrencias son una treta que va encaminada a presentar un candidato sin macula de corrupción pero un individuo no es el problema sino los miles de funcionarios públicos que son corruptos de maneras sistemática, el problema es que, el presidente de la república es el motor activo de los fraudes electorales, de la compra de voluntades para sostener al PRI, en el poder político con dinero público, con programas públicas y, lo sigan todos los gobiernos estatales y municipales.

La corrupción no se terminará con una simple declaración como la ha hecho Meade, y el pueblo menos debe aceptar semejante patraña. Es inaceptable que este candidato se declare clase mediero con la vida de lujo y ostentosa que lleva él, y toda su familia. Si a esto se le suma la vida de lujo y también ostentosa que llevan, desde el presidente hasta el más modesto de sus colaboradores no se justifica el acto jactancioso de su candidato.  


No hay comentarios.:

Publicar un comentario