La política de José Antonio Meade, se ha
vuelto una pesca desesperada de votos sin que tenga la mínima calidad. La política
de Meade, es la política del Partido Revolucionario Institucional. Es un error
creer que el candidato del PRI, es ajeno a la incomparable, amplia y profunda corrupción
del partido en el gobierno, encabezado por Enrique Peña Nieto.
La política no debe de ser de ocurrencias
sino de planes y acciones tendientes a resolver los problemas nacionales. Meade,
presento una ridícula declaración de sus bienes patrimoniales, sus estado
fiscal y de intereses. A estos tres puntos le agregó cuatro: el cuarto trata de
la congruencia entre lo que declara y lo que tiene; el cinco, son las consultas
que ha hecho, dice, ante todos los Registros Públicos para demostrar que bienes
inmuebles tiene; el seis, es relativo a no tener otros ingresos y el siete, es
una certificación notarial que da fe de ser veraz la información.
Ahora bien, la información presentada
por el candidato priista es unilateral porque no hay ninguna verdadera
autoridad que haya seguido paso a paso que esto sea veraz y así es con todas
las declaraciones de los demás. En este contexto, resulta vacío este acto si se
pone, también en contexto que, son 89 años de corrupción en los tres niveles de
gobierno y que la encabeza Peña Nieto. En efecto, si el primer corrupto lo es,
el primer mandatario con tanto tiempo histórico de su partido y tan profunda y
ampliamente en todo su gobierno ¿qué soluciona o solucionara su declaración ampliada?.
A mi entender, ninguna circunstancia. La corrupción no se solucionara pues
sigue vigente la impunidad, iniciando por el propio Peña Nieto y siguiendo por
los tres niveles de gobierno.
Este tipo de ocurrencias son una treta
que va encaminada a presentar un candidato sin macula de corrupción pero un
individuo no es el problema sino los miles de funcionarios públicos que son
corruptos de maneras sistemática, el problema es que, el presidente de la república
es el motor activo de los fraudes electorales, de la compra de voluntades para
sostener al PRI, en el poder político con dinero público, con programas públicas
y, lo sigan todos los gobiernos estatales y municipales.
La corrupción no se terminará con una
simple declaración como la ha hecho Meade, y el pueblo menos debe aceptar
semejante patraña. Es inaceptable que este candidato se declare clase mediero
con la vida de lujo y ostentosa que lleva él, y toda su familia. Si a esto se
le suma la vida de lujo y también ostentosa que llevan, desde el presidente
hasta el más modesto de sus colaboradores no se justifica el acto jactancioso
de su candidato.
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