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de diciembre. Amaneció con un silencio sepulcral. Calles desiertas y perros
solitarios que deambulan sin rumbo en busca de un pedazo de vida. Por mi parte
me siento discontinuo como un perro viejo que ha perdido su estrella polar, su
mensajero estelar. No somos diferentes en circunstancias esos hermanos perros y
yo, vivimos inopinadamente. El mundo es como es y, por momentos pierde su
continuidad ante mis ojos. El mundo
funciona bajo los mandamientos de los poderosos. Trabaja duro, consume más
duro, baila come y salta a las órdenes o, a las señales al subconsciente y a
eso llámale felicidad o democracia.
¿Cuántas
cosas o hechos que consideramos propios lo son realmente?. La democracia es por
excelencia la voluntad del pueblo que debe ser ejecutada por una persona, un
presidente en nuestro caso, los dos restantes órganos y todo el aparato estatal.
Sin embargo, el gasto indiscriminado de miles de millones de pesos en
publicidad para engañar al pueblo no puede ser democracia.
Un
gobierno republicano supone austeridad en el gasto y el bien común para todos. ¿Cómo
se ha logrado beneficiar a unos cuantos y convertir a la república en una
maquinaria para producir millones de pobres, aun antes de nacer, sin ninguna
verdadera oportunidad poder alcanzar los bienes materiales e intelectuales para
poder vivir dignamente?. La respuesta es compleja pero tiene dos vertientes: la
corrupción de la clase política que vive con formas de la realeza y la inacción
política del pueblo.
¿En
qué parte de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dice que
se deba permitir la acumulación ilimitada de bienes y servicios públicos a favor de únicamente algunos
nacionales y extranjeros en detrimento del pueblo?. Pues no está escrito; es
decir, no es la voluntad del pueblo que eso se haga y sin embargo, los
gobernantes lo hacen con toda impunidad en complicidad con algunos cuantos, los
beneficiados del sector privado.
¿En
qué parte de la Carta Magna, dice que el presidente, sus Secretarios y miembros
de su partido pueden desviar miles de millones de pesos para mantenerse en el
poder?, claro, en ninguna parte pero lo hacen contraviniendo todas las leyes jurídicas
y toda la ética y moral. No les importa porque desde hace más de ochenta años
tejieron una extensa y larga red de corrupción e impunidad a través de todos
los medios, complicidad y hegemonía del partido único de Estado, sujetar al
pueblo a través de los tres grandes sectores Obrero, Campesino y Popular, fuera
de estos no hay participación en lo público y privado, terror pánico contra el
pueblo a través del control policiaco, donde la prueba reina era la confesión sacada
por cualquier medio, incluyendo los mas brutales; en consecuencia el valor
justicia era un fantasma que se aparecía a través del discurso oficial; la
lucha a muerte contra los disidentes con la participación del ejercito con la
consigna de erradicar a los inconformes o guerrilleros por medio de los métodos
propios de las dictaduras y esta era una dictadura.
La
retirada del gobierno en turno de la seguridad pública es con el fin de
aterrorizar a la población en general y, lograr que paguen por su seguridad
propia y hacerles saber que es necesaria la militarización, pues en caso contrario
lo que queda es el caos, la anarquía y, el plan de fondo es mantener el control
de las elecciones y su represión en caso de descontento.
En
resumen, lo público y lo privado están en
las manos del gobierno corrupto en sus tres niveles. Esto ha sido posible al permitir que un ignorante pero funcional
corrupto como Carlos Romero Deschamps controle por treinta años o más el
poderoso sindicato petrolero, que una maestra al más puro estilo del también maestro
rural Carlos Hank González dirigiera el
sindicato de maestros y este regenteara el Distrito Federal. Otro caso lo es Alejandra
Barrales que de azafata pasó a ser una poderosa política y dirigente del Partido
de la Revolución Democrática.
Todo
esto es viejo. No solucionamos un problema y ya tenemos otro. Los políticos más
prominentes, los que deberían dirigir bien el Estado mexicano, van de escándalo
en escándalo. Ese perro solitario, abandonado a su suerte y yo, tenemos el
mismo mal de origen: la corrupción y la impunidad de los políticos. La
diferencia entrambos, es que yo tengo la posibilidad de salvarme por mi mismo
si no me aniquilan antes, en cambio el está perdido para siempre. Esto se agrava
al visitar los lugares más lejanos y olvidados; ellos tampoco entran en el
esquema del nuevo orden a no ser que sean como consumidores y no como
ciudadanos.
“Me
parece que caemos de nuevo en el planteamiento impersonal, donde todo se
perdona, aun los más atroces crímenes y delitos. Tenemos que movernos en un esquema en donde el
valor justicia sea válido. Vamos a funcionar bien cuando la corrupción deje de
tener mérito. Cuando alguien piensa “El problema no depende de erradicar la corrupción
y llevar ante la justicia a los corruptos”, es que no entiende el problema de
fondo. Con seguridad ha de ser un cómplice de los corruptos y el, mismo un
corrupto con la misión de encontrar a toda costa la impunidad general.
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