El
mundo le hace falta, efectivamente, democracia y libertad pero no al estilo de
los Estados Unidos. Donal Trump no es un demócrata sino la punta de un imperio
y un imperio, es una dictadura sobre los Estados débiles. México es la prueba
de los efectos de la democracia estadounidense. No creo que a los cesares se
les recuerde con mucho cariño como no serán recordados los presidentes
estadounidenses como demócratas cuando han derrocado gobiernos electos
libremente.
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