Se
ha puesto muy interesante el ambiente político en el mundo. La extrema derecha
internacional se regocija con el triunfo de Donal Trump, Por primera vez en la
historia de los Estados Unidos de Norteamérica, un empresario, un civil que no
es de carrera gana la presidencia de la república. El sentimiento de supremacía
blanca también se regocija con este acontecimiento histórico. Asistimos, nos
guste o no, a un hecho histórico y la histeria colectiva se extiende por todo
México.
Es
interesante ver como los mexicanos nos volcamos sobre las elecciones de Estados
Unidos. Con el resultado nos desgarramos las vestiduras. Somos un pueblo
supersticioso, dado a dejarse llevar por las apariencias. Nos frustramos
individual y colectivamente cuando nuestros deseos no se ven satisfechos. ¿Son
fundamentales para nosotros los gobernantes de los Estados Unidos?, creo que
no.
Ahora
bien, una circunstancia es ser candidato y otra muy diferente gobernar. Que se
va a poner más difícil, ni dudarlo. Sin embargo, Trump es uno más de los gobernantes
que se tendrán que ceñir al sistema político y económico de los Estados Unidos.
Trump no es Hitler, por más que sea detestable ni son los mismos momentos. No
recuerdo que con un presidente republicano o demócrata nos haya ido bien. Las
deportaciones seguirán más o menos con el mismo ritmo. Las vejaciones también y
así por el estilo. Esa es la condición de los débiles en lo individual o como
pueblos.
Pasando
a lo nuestro, no recuerdo, desde inicios de los años ochentas del siglo pasado
que haya habido una época en que nos haya ido bien. Han sido crisis recurrentes
y permanentes y las hemos soportado estoicamente (y espero que se entienda el término),
sin levantar un dedo como nación para parar esto. Han sido los gobiernos
mexicanos (y, tienen nombre y apellidos), los que nos han saqueado, los que han
matado a nuestros hermanos, los que han desaparecido personas, los que han
perpetrado masacres, los que se han corrompido y han corrompido todo; no sé
porque nos lamentamos y ponemos nuestros ser en manos de un gobierno
extranjero. Mientras no nos determinemos en lo positivo como pueblo seguiremos padeciendo
toda clase de desgracias y las peores las tenemos gracias a que elegimos corruptos
y nos desentendemos de la política. Allí están todos los ex presidentes, ex
gobernadores y políticos corruptos gozando de cabal impunidad. Eso es lo que
nos debería realmente interesar y en consecuencia, actuar.
Los
políticos mexicanos han de estarse riendo a carcajadas de ver cómo nos
espantamos, por nuestros prejuicios, supersticiones y falta de profundidad. Ya
los dijo José Vasconcelos, somos un pueblo globero; de esos que se emboban con
cualquier cosa por mínima que esta sea. Parece que estamos en la niñez de
nuestra historia. Necesitamos una madre, un padre que nos protejan y nos digan
que todo va a estar bien. Es lamentable que reaccionemos así. Somos reaccionarios.
Hacemos las cosas o las actitudes, conductas o hechos después de no ser capaces
de crear, de accionar adecuadamente.
Trump,
ciertamente representa, el triunfo del mercantilismo, del neoliberalismo, de la
derecha, el racismo pero ha hecho muy interesante este mundo. Porque queramos o
no lo tendremos que enfrentar y no solo capotear como estamos acostumbrados. En
las circunstancias más difíciles pude darse lo mejor de los seres humanos. ¿Qué
hacer?, fuerza, vigor, trabajo bien pensado e inteligencia. Y, primero contra
nuestros malos gobernantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario