Tratar
sobre la democracia como concepto y su posibilidad fáctica es todo un recto;
sin embargo, todo se da al traste cuando se observa en la realidad que la mayoría
prefiere soñar con el mayor consumo de servicios y bienes aunque estos sean
innecesarios. En la realidad y aunque no se diga, los peores villanos, los políticos
son admirados por sus distintos grados de enriquecimientos con muy pocas
esperanzas de sanciones jurídicas. Ver como los políticos acusados de diversos
delitos en el ejercicio de sus funciones, sortean las acusaciones en medio de
la danza de millones de pesos en defensas de todo tipo es el entretenimiento
nacional. Tres décadas de moldeamiento del pensamiento y de la conducta hacia
el consumismo ha dejado en entredicho el deseo y la lucha por la democracia. Elección
tras elección vemos la misma película. Fraudes tras fraudes ante una sociedad
embotada por el consumo de artículos chatarra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario