miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA ENTRONACIÓN DE LOS IMBÉCILES




Ser imbécil, con prejuicios de superioridad, con ideas descabelladas ya no es mal visto. Un imbécil se puede convertir en el símbolo del hartazgo de los políticos tradicionales y de los resultados destrozos del neoliberalismo en la economía, incluso de Los Estados Unidos. El tipo imbécil en el poder político es ya una realidad. Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y ahora Donald Trump son testimonios y pruebas vivientes de ello.

Ya no se necesita el patriotismo, eso es obsoleto, se trata de embotar la razón y enardecer los sentimientos y eso lo hacen bien los imbéciles funcionales. Se necesitan más ya los gerentes que los políticos. Claro los primeros han fallado estrepitosamente, los segundos lo harán también pero por el momento tienen el beneficio no de la duda sino de no haberlo hecho.

Si usted conoce un imbécil funcional puede que este a un paso del éxito. Las grandes trasnacionales no quieren políticos que piensen sino que se ajusten a sus deseos desregularizadores para privatizar lo público y necesitan políticos no tradicionales para que funjan como gerentes generales desde el poder político.


Los grandes pensadores de sistemas políticos están fuera de tono. Es la hora de los pragmáticos y si son imbéciles sin escrúpulos, mejor. La orden es: “dejen de pensar, consuman hasta la saciedad, aunque sea el artículo defectuoso o la comida envenenada”. “Joder a México”, se ha vuelto desde antes “Joder a la naturaleza, al mundo entero”. Ser imbécil es lo de hoy.  


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