domingo, 26 de abril de 2015

LA MUERTE DEL PRESIDENCIALISMO MEXICANO



En México se ha visto la destrucción e Estado moderno mexicano y la imposición del Neoliberalismo como la obra de un solo hombre, el Presidente de la República; esto es totalmente inexacto. En los tiempos del partido único de Estado era no solo posible sino necesario que un solo hombre dirigiera el destino de todo el Estado. Con la incipiente democracia se ha llegado a los excesos por parte de la nación mexicana a través de los partidos políticos pero, no tardará en volver la necesidad de templanza y con ello la participación del pueblo en el diseño del nuevo Estado híper moderno. 

El Neoliberalismo exige que todos los ciudadanos sean en realidad mano de obra barata y consumidores compulsivos; con todo, no se puede esperar una sumisión, una inconsciencia absoluta, hay muchos mexicanos que se niegan a dejar de ser ciudadanos conscientes y tratan por todos los medios de participar en la construcción del nuevo Estado. En este contexto se vislumbran dos posiciones: el pueblo activo y las trasnacionales frente a frente. El gobierno es solo un apéndice de las segundas poco cuenta si no es, para ejecutar ordenes de los grandes capitalistas.

Los grandes capitalistas han derribado todo tipo de obstáculos legales y de legitimidad para imponer el actual modelo económico, favoreciendo la llegada de gobiernos a modo que ejecuten sus deseos. Ya no es, el sistema político el que impone los fines del Estado sino las trasnacionales. Claramente, las grandes empresas no van a permitir que un solo hombre que no pertenece a su élite, a su grupo determine lo ya determinado. Lo que se ve como Neo presidencialismo no es otra cosa que una necesidad de la economía neoliberal. Con la muerte del Estado moderno mexicano ha muerto también el Presidencialismo. 


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