En
México se ha visto la destrucción e Estado moderno mexicano y la imposición del
Neoliberalismo como la obra de un solo hombre, el Presidente de la República;
esto es totalmente inexacto. En los tiempos del partido único de Estado era no
solo posible sino necesario que un solo hombre dirigiera el destino de todo el
Estado. Con la incipiente democracia se ha llegado a los excesos por parte de
la nación mexicana a través de los partidos políticos pero, no tardará en
volver la necesidad de templanza y con ello la participación del pueblo en el
diseño del nuevo Estado híper moderno.
El
Neoliberalismo exige que todos los ciudadanos sean en realidad mano de obra
barata y consumidores compulsivos; con todo, no se puede esperar una sumisión,
una inconsciencia absoluta, hay muchos mexicanos que se niegan a dejar de ser
ciudadanos conscientes y tratan por todos los medios de participar en la
construcción del nuevo Estado. En este contexto se vislumbran dos posiciones:
el pueblo activo y las trasnacionales frente a frente. El gobierno es solo un
apéndice de las segundas poco cuenta si no es, para ejecutar ordenes de los
grandes capitalistas.
Los
grandes capitalistas han derribado todo tipo de obstáculos legales y de
legitimidad para imponer el actual modelo económico, favoreciendo la llegada de
gobiernos a modo que ejecuten sus deseos. Ya no es, el sistema político el que
impone los fines del Estado sino las trasnacionales. Claramente, las grandes
empresas no van a permitir que un solo hombre que no pertenece a su élite, a su
grupo determine lo ya determinado. Lo que se ve como Neo presidencialismo no es
otra cosa que una necesidad de la economía neoliberal. Con la muerte del Estado moderno mexicano ha muerto también el Presidencialismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario