Freud,
el gran Freud, quien derribó la barrera de lo consciente y nos abrió las vastas
y abigarradas tierras de lo inconsciente con sus bosques y praderas, con sus
desiertos soleados y sus selvas llenas de penumbras, entendió que la psicología
debería ir mas allá de los límites que se le habían impuesto. Lo que nunca entendió
fue lo dañino del fumar incansablemente tabaco; de esta manera tuvo que padecer
treinta y tanta cirugías de mandíbula a causa del cáncer. Fue el primero en
lanzarse hondo, tan hondo como su intelecto y su época se lo permitieron y sin
embargo, se quedó en la superficialidad de la salud personal. Buceo por múltiples
mares y océanos más, al parecer, nunca en sus propias aguas. Eso, merece un psicoanálisis.
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