EL FACTOR MORAL EN
LA 4T
Es
evidente que, un factor para el triunfo de la 4T, es la moral. Una moral que
enarbola el presidente Licenciado Andrés Manuel López Obrador y en su caso,
hasta ahora, la oposición no ha logrado encontrarle un hecho o acto comprobable
de corrupción. Ante la imposibilidad de imputarle a Obrador un hecho o acto de corrupción
sus detractores han optado por buscar entre sus familiares, colaboradores o
cercanos ese elemento de corrupción y lo han encontrado en sus colaboradores
cuando era Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal o han hallado hechos
con apariencia de delitos en sus hermanos como Pio López Obrador.
Ahora
bien, hay que decir que esta lucha encarnizada se da en un contexto especifico:
lo político y en este contexto se usan todos tipo hechos, actos, noticias
falsas, calumnias y todo el lodazal inimaginable en otras áreas de la vida. Los
opositores suelen recurrir a “investigaciones” que parten de un hecho
aparentemente verdadero y de ahí derivan todo un discurso que, suena lógico,
pero sin resistir un verdadero análisis. Si abandonamos el campo político y
vamos transitando en cada uno de los escenarios de la razón, de la ciencia, de
la filosofía, de la sociología o de cualquiera otra de las ciencias
particulares lo que, a la oscuridad de la política parece un delito a la luz de
la razón queda sin sustento.
En
efecto, pongamos el caso mas reciente. Se le atribuye por Carlos Loret de Mola
y “Mexicanos contra la corrupción” un posible conflicto de intereses al hijo de
Obrador José Ramon López Beltrán, por rentar una casa, dicen, de lujo y con
esto se echa por tierra la pretendida austeridad republicana. ¿De cuándo acá el
lujo es un delito por si?. Haría falta un hecho o un acto de corrupción y ese
no esta probado de manera alguna. Con todo, la construcción “lógica” lleva a
todos los incautos o quienes desconocen el derecho que, son la mayoría, a
colegir la existencia de un delito. A este capítulo le pasará como esos rumores
pueblerinos que, al final todo mundo se va a su casa al encontrar rumores,
chismes y a sus promotores riendo de buena gana. A todo esto, le hace falta
seriedad y capacidad profesional para saber si en esos hechos es posible la
existencia de uno o varios delitos.
Carlos
Loret y “Mexicanos contra la corrupción”, están señalados precisamente de eso,
de ser corruptos y en caso especifico se pueden demostrar la existencia de esa corrupción
que dicen combatir. No se debe caer en el fango preparado para ensuciar a todo
aquel involucrado. Con este tipo de “investigaciones” se lleva al público a su degradación
con su participación en este tipo de invenciones perversas.
Otra
de los elementos que usan los opositores a este gobierno son las tragedias, las
muertes por Covid-19, o cualquier hecho que pueda ser controversial en el discurso,
aunque en la realidad no tenga sustento. Por ejemplo, atribuirle la
responsabilidad y en su caso la culpabilidad a uno d ellos funcionarios del área
de la salud pública. En este caso al doctor Hugo Gatell y llegar al extremo de
presentar denuncias en su contra. Hay que poner en contexto este hecho. El periódico
digital CN5[1]
de fecha seis de febrero de dos mil veintidós, señala: “Covid-19: Estados
Unidos superó los 900 mil muertos y los 76 millones de contagiados”. Hasta el
cinco de febrero de dos mil veintidós la Secretaria de Salud a reportado 5
millones 141 mil 291 casos y las defunciones subieron a 309 mil 417 defunciones,
según el diario digital “Noticias Manzanillo”, en su publicación del seis de
febrero de dos mil veintidós[2]. Las poblaciones de ambos Estados
nacionales son diversas, así como las economías entre otros rubros, pero se esperaría
que los Estados Unidos estuvieran con mejores resultados que México. Sobre el
tema se puede dialogar y hasta discutir, pero los hechos son inobjetables.
En
este contexto, cabe decir que, el problema moral en México no es un problema aislado
ni de una sola clase social, por desgracia el mal esta extendido por todo el
cuerpo social con sus salvedades. Sin embargo, quienes exigen con tanta gritería
y trompetería la exacta observancia de la moral y de las leyes jurídicas deberían
ser precisamente aquellos quienes tienes esa calidad para estar en aptitud de
pedir su cumplimiento, pero no. Son los políticos de viejo cuño que han perdido
el poder político por arrastrar una larga cadena de corrupciones a lo largo de carrera
política. Es decir, los miembros mas connotados del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución
democrática (PRD), del partido Movimiento Ciudadano mas los periodistas como
Carlos Loret de Mola y Claudio X González mas el resto no son quienes deben
exigir a cualquiera la observancia de las normas morales o de las leyes jurídicas
pues están viciados de origen. Eso es cinismo puro.
Finalmente,
el pueblo debe darse cuenta de las intenciones de los que gobiernan y de los
que tratan de volver al poder o tratan de mantener a su instituto político dentro
de la ley al no perder su registro para seguir recibiendo dinero publico para
vivir cómodamente. LA democracia no pasa esencialmente por los gobernantes, políticos
ni sus partidos sino por un pueblo consciente de su ser y de su tarea democrática;
es decir, al pueblo no se le debe dictar dogmáticamente lo que es la democracia
y los mexicanos, en buena medida, están maduros para la democracia.
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