LA DEMOCRACIA COMO SOLUCIÓN AL MAL PARTIDISMO
La
palabra democracia proviene de las raíces griegas Demos que, significa pueblo y
Cratos igual a poder. En consecuencia, democracia es, el poder del pueblo en su
beneficio. En este sentido la democracia es la voluntad general sin ignorara a
las minorías. Esta voluntad general es la soberanía popular sobre la cual no
hay ningún otro poder.
Aunado
al anterior principio de gobierno está el de República proveniente de Res en su
significación de Cosa y Pública; es decir, la República significa “Cosa Pública,
que pertenece a todos y a ninguno en particular. Dos elementos que nos han
permitido, a pesar de todo, existir como Estado nacional. Bien.
El
primer principio en escasas ocasiones se ha podido hacer realidad y sin
embargo, hemos persistido en hacer realidad la democracia. La lucha no ha sido
en vano. Hemos logrado construir una democracia incipiente y que ahora está
bajo ataque de los antidemócratas. Con todo, no es hora de dar marcha atrás sino
de apurar el camino con más fuerza, con más ímpetu con el convencimiento de
estar en el camino correcto.
La
república ha estado bajo el poder de élites; ahora por el ejército, al mismo tiempo
por los sacerdotes, los ricos, los empresarios, los políticos y gobernantes. Lo
que en teoría debería de ser de todos para la sana convivencia ha sido
utilizada para intereses de facciones, de clase, de unos pocos; esa es la
realidad. No hay que, adornar los hechos, la realidad.
Ahora
bien, en este punto es menester que el pueblo tomé conciencia de su
importancia, de su poder decisivo en los tiempos más álgidos o en los momentos de
peligro. Este momento de peligro en donde un periodista es el cebo para que,
todos los corruptos salgan a la menor oportunidad o, a la mejor ocasión desde
su perspectiva para tratar de desestabilizar el poder popular y eso no se puede
permitir. La voluntad general, es decir, la soberanía popular no puede admitir
un poder por encima suyo, pero eso debe hacerse realidad. En consecuencia, el
pueblo soberano debe atemperar y solucionar estas anomalías de la democracia.
La soberanía debe poner en su lugar a cada una de las partes que componen la nación
mexicana y que constituyen al Estado mexicano. Los ricos, los empresarios, los
sacerdotes, los militares ni ninguna otra facción o clase social deben estar
por encima del pueblo, si es que, se dicen demócratas y si el pueblo tiene la soberanía
en su poder. Y, se debe poner en acción y a prueba esa soberanía para instalar
el orden.
El
pueblo no debe temer a ningún peligro pues en ello le va su existencia, su ser,
su vida, la democracia, la república en donde se vive y donde viven nuestras
familias. Los ciudadanos no debemos dar paso atrás. Tenemos el deber de cuidar
la democracia, la república y todos los valores que deben regir en el Estado
mexicano. Vayamos contra los agitadores profesionales, contra los corruptos,
los arribistas, los oportunistas que son el fondo del partidismo pues no se
puede dudar que, eso es mal partidismo. Hagámoslo o no habrá buen futuro. Eso
esta en las manos del pueblo, no lo duden en ningún momento.