jueves, 29 de julio de 2021

PASAR DE LA SERVIDUMBRE A LA CIUDADANÍA

 

PASAR DE LA SERVIDUMBRE A LA CIUDADANÍA

 

En México no se ha conocido la verdadera democracia (demos=pueblo y kratos=poder) que, es sin más el poder del pueblo y para el pueblo; cierto es que, en el artículo 39 constitucional esta señalado el pueblo como el soberano, pero esto ha sido una engañifa, una ficción construida, en esta última larga etapa del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por el este propio partido en conjunción con el gobierno. Durante este largo tiempo de partido único de Estado no existían los ciudadanos, la democracia, la justicia, la legalidad, la legitimidad mas que, únicamente en lo formal porque en la realidad todo estaba negado.

 

Con la caída final del régimen priista se abre la posibilidad de la construcción de un Estado democrático; sin embargo, no es una tarea fácil después de casi 200 años de simulación democrática, en donde se acostumbró al pueblo a ser un mero espectador en la vida publica y aun hoy día se encuentran fácilmente personas que, no les interesa la política, aunque esta sea la base de sus vidas. Dejar en manos de los políticos, de manera total la política es un suicido colectivo, hacen falta ciudadanos consientes que acoten el uso del poder público con su participación en la cosa publica (Res pública) que es de todos y de ninguno en particular.  

 

Es bien sabido que el PRI se apropio indebidamente de la república, del Estado mexicano pata beneficio de unos pocos en detrimento de la gran mayoría. Todos los excesos cometidos durante este régimen deben terminar en la mayor medida de lo posible pues siempre existirán ambiciosos, arribistas, corruptos y toda una fauna política nociva.

 

En 200 años de independencia y esta consulta ciudadana es la primera en todo este tiempo. La razón es la inmadurez de la política, el estadio del Estado mexicano y el gobierno de élites. Eso que pomposamente llaman democracia no ha sido mas que el gobierno de las cúpulas del ejército, de la iglesia católica, de los ricos, de las televisoras y de los partidos en donde el pueblo fue excluido. Es tiempo en que, los ciudadanos hagan valer en conjunto la soberanía popular para frenarlos excesos de la clase política.

 

Primero, la consulta ciudadana debe ser una reflexión profunda sobre el pasado, el presente y el futuro. Es un deber del pueblo romper con ese pasado vergonzoso, lleno de corrupción y ausencia de democracia. Es menester que, a LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, en donde únicamente los diputados votan a su placer, se le oponga LA DEMOCRACIA DIRECTA, en donde es el pueblo quien participa en la vida publica y acota los excesos de los funcionarios públicos.

 

Segundo, que sirva esta consulta como inicio de mas participaciones directas del pueblo; es decir, más DEMOCRACIA DIRECTA como una nueva forma de hacer política. En esta etapa se cometen errores, sin embargo, esto no debe desalentar a los ciudadanos pues esto es parte del aprendizaje y saltada esta etapa se podrá pasar a la siguiente y así sucesivamente.

 

Tercero, se estará enviando un mensaje claro y directo a los corruptos y delincuentes políticos para que, piensen con detenimiento su comportamiento. Es deseable que las consultas sirvan para preservar lo publico para el mejor funcionamiento del Estado mexicano.

 

Cuarto, el gobierno de élites perderá el control exclusivo del gobierno, dando paso al ejercicio incipiente de la soberanía popular; esto es a lo que tanto le temen las cúpulas, perder el poder político y que este sea usado por el pueblo.

 

Quinto, no se trata de una venganza como nos quieren hacer, creer. Del odio, de la venganza no puede provenir algo bueno sino malo; se trata de enderezar el camino, de preservar al Estado mexicano, de cuidar y engrandecer lo que es de todos y ninguno en particular: la república.  

 

Este domingo uno de agosto del dos mil veintiuno veremos si el pueblo sigue en el repudio del pasado, el rompimiento total con el viejo régimen y extinción de los partidos que, siguen sosteniendo ese régimen corrupto y la conquista de la verdadera ciudadanía. Hasta ahora una tarea postergada.


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