SISTEMA DE CREENCIAS EN MÉXICO
Se
escribe mucho sobe este momento, pero se olvida casi por completo el pasado
como elemento directriz del presente. Vivimos en épocas y cada época tiene su
sistema de creencias. El Presidencialismo mexicano se apropió de los principios
de la revolución de 1910, tales como “Sufragio efectivo, no reelección”, democracia,
libertad, legalidad, legitimidad, trabajo, educación, salud, vivienda entre otros.
La vigencia de este régimen se terminó; es decir, se dejo de creer en todo el
sistema. La nueva realidad Neoliberal ya no tiene necesidad de un sistema totalitarista
cerrado. El nuevo totalitarista es global ya no local y tiene sus vías en la economía
ya no en la religión y por consecuencia, no tiene menester de la familia
tradicional. Es por ello que, tanto la religión como la familia han quedado rebasadas
por esta nueva realidad u orden mundial.
Hoy,
el sistema de creencias exige creer en el hiper individualismo, lo que abarca inevitablemente
a las mujeres que, con su conquistada libertad pueden o no vivir en familia
formal, informal o en plena autonomía. El mexicano de hoy esta abandonado a sus
fuerzas, ingenio y genio para vivir. El Estado no puede salvar a sus gobernantes;
so estos los que deben salvar al Estado. A estas generaciones de mexicanos les
queda un duro trabajo: construir su nuevo camino como pueblo. La otra opción es
el fracaso, pero los seres humanos siempre han afrontado los retos más difíciles
con valor e inteligencia. Y, este pueblo puede salir avante pues tiene todo
para triunfar.
Pasamos
de un Estado totalitario a otro democrático; de un pueblo tradicional a un
pueblo lanzado hacia la hiper modernidad; de una sociedad religiosa practicante
a una creyente; de una familia apegada al Genesis a familias diversas, de un
pater familias esculpido por el derecho romano y la religión a un padre poco
influyente en sus hijos; tanto por las horas de trabajo como por los diversos
medios de comunicación.
Es
la primera vez que, una de las Transformaciones marca a dos épocas encontradas.
El presente niega radicalmente el pasado no solo en su lejanía épocal sino también
el pasado cercano. Los mas viejos ven como extraños a los jóvenes y, a estos
les pasa lo mismo con todo lo viejo. Ambas generaciones tienen sistemas de
creencias diferentes y encontradas. No hay y no puede haber dialogo.
En
lo político pasa lo mismo. No hay dialogo ni lo habrá entre dos tipos de
mexicanos diametralmente opuestos. En este campo estéril se vera morir
instituciones como la familia tradicional, partidos políticos, creencias,
tradiciones y formas de ser. Por si esto fuera poco, la Pandemia de Covid-19,
ha obligado a ser de otras formas; se quiera o no.
La
supremacía de la teología sobre la vida se va terminando gradualmente y la fe
en la ciencia y la tecnología se va adueñando, incluso de los religiosos que
han dejado de practicar la religión y se han vuelto creyentes; es decir, se han
vaciado de contenido. La separación de Iglesia y Estado quizá nunca se de
plenamente pero lo que se procuró con la Constitución de 1857, tiene sus
efectos hoy, liberar a los ciudadanos del poder religioso pues el Estado no
puede estar separado de la Iglesia si los gobernados no son libres en el grado
que ya no permita la manipulación.
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