BREVE HISTORIA DE LAS
TRANSFORMACIONES: LA MORAL Y EL SENTIDO DE LA VIDA EN MÉXICO
Si
Federico Guillermo Nietzsche, hubiera conocido la naturaleza vigorosa,
dominante, filosófica y cruel de los mexicanos antiguos, seguramente hubiera
tenido otro concepto de los pueblos americanos; desafortunadamente no fue así. Ahora
bien, es a nosotros a los que debe importar de forma fundamental ponernos en
claro las circunstancias, la historia, el devenir de los pueblos originarios
para encontrarnos siendo en cada instante. En efecto, somos los mexicanos los
que debemos autodeterminarnos; este concepto y fin primordial ha estado entre nosotros
como una tarea mas nunca como un quehacer cotidiano desde que cayó México-Tenochtitlan.
Con
la caída del imperio mexicano pasamos como pueblos dominados por mexicanos a
ser dominados por los reyes de España. La promesa de ser liberados de una tiranía
no solo no se cumplió, sino que se agravó con el debilitamiento de los pueblos
originarios al punto de que, los descendientes de esos pueblos naturales son
ahora marginados. Quienes no logren ver la religión católica u otras como una
fuente de enfermedad, de debilidad es porque están totalmente alienados por los
sacerdotes. Pasamos de seres humanos fuertes a seres humanos débiles guiados
por pastores que tenían la misión de llevarlos a las penumbras con el fin de
que, los rebaños no vieran las cosas, la vida con claridad y d esta forma se
hicieran adictos a explicaciones míticas y estáticas de la vida. Pensar
diferente ante los dogmas cristianos se volvió un pecado que había de combatir
a toda costa. El Santo Oficio se hizo necesario para callar a los que querían pensar
diferentes.
Todo
empezó con la llegada de Hernán Cortés que trajo sacerdotes con su visión totalmente
opuesta a la de los pueblos originarios. Para dominar a estos pueblos, Cortés,
primero hizo pacto con los Cempoaltecas; después con los tlaxcaltecas para
finalmente con la mayoría de los pueblos que los mexicanos tenían sojuzgados.
Estos pueblos eran guerreros y el peligro de una rebelión siempre tuvo a los
españoles en franca preocupación. Había que quitarles su esencia guerrera, su
fuerza, su cultura, su inteligencia; la mejor forma era transformarlos en
cristianos, enfermarlos hasta el punto de volverlos dóciles y, que amaran su
debilidad y lo lograron.
No
es casualidad que la independencia política de México la llevara el ejercito Trigarante,
y que se proclamaran como las tres garantías: la independencia de la Nueva
España, la unión entre realistas e insurgentes y la religión católica como la única
tolerada. Se ve claramente como había calado la fe religiosa cristiana al punto
de imponerse como única y no tolerar otra u otras más. Es decir, la Primera Transformación no se sacudió
la moral cristiana, sino que la hizo suya como base del Estado mexicano. ,
La
Segunda Transformación, la separación del Estado laico del religioso fue en
buena medida una lucha con base en la moral cristiana que apoyaban los
conservadores y por la otra los liberales que no dejaban de ser religiosos pero
que avanzaron hacia el Estado civil. Si bien la Guerra de Reforma fue en buena
medida contra la riqueza que había acaparado la Iglesia católica esto tenia
como fondo la moral católica. Una visión monárquica de gobierno en donde la única
moral debería seguir siendo la católica y en donde los sacerdotes tuvieran
privilegios. A pesar de haberse dado un gran paso con la separación del Estado civil
del religioso, el vinculo entre los sacerdotes con la sociedad quedó intacto. La moral seguía guiando la vida de los mexicanos
en exclusiva.
La
tercera Transformación, la revolución de 1910, no tocó la moral cristina; la
dejo intacta y fue hasta que, el gobierno de Plutarco Elías Calles trató de
imponer limitaciones a la iglesia mexicana, desatando la guerra cristera de los
sacerdotes y fanáticos contra el gobierno al grito de ¡Viva Cristo rey!. La
moral impedía el progreso del Estado y esto seguiría así por mucho tiempo.
En
esta Cuarta Transformación, no está clara la separación entre el gobierno y las
diferentes iglesias en México. ¿Es por necesidad política?. Lo es. Pero otra
verdad es que, a pesar de ser la religión católica la predominante, los católicos
lo son mas en creencia que en la práctica. La religión se ha vaciado de
contenido y de su sentido como guía de la vida. Antes que una derrota política fue una derrota moral lo que recibió la derecha mexicana en las elecciones del 2018.
Vacía
como está la religión ha dejado de ser apta para seguir como guía de la vida.
La moral cristiana recibió un duro golpe. No es casual que la iglesia católica envíe
a sus voceros, obispos y demás personajes a contradecir al actual gobierno porque
lo considera como “Comunista”. Claro que, se nota inmediatamente la ignorancia
y la torpeza de todos ellos. La pérdida de poder de los sacerdotes católicos fue
la base de la perdida política de la derecha. La historia de México y los mexicanos
es la historia de su moral. Mientras no variara el pensamiento religioso o no
perdiera su sentido el pueblo mexicano seguiría sometido tanto al poder
religioso como al poder político pues ambos iban de la mano sino formalmente si
de facto, en la realidad.
La
incipiente democracia ganada debe avanzar sin descanso para permear en el
pueblo en su conjunto para que la misma madure y el pueblo se libere de estos
dos poderes que lo han mantenido en calidad de siervo o de ganado que se le
puede ordeñara a placer. Socavar el inmenso poder moral es ganar libertad y
democracia. De este modo se debe entender la historia de México y no de otro
modo torcido.
En
cuanto a la visión de la vida mexicana debe transitar, en la medida de lo
posible de una moral absoluta, inmutable y metafísica a una moral liberadora, responsable,
fuerte y netamente mundana que logre crear seres humanos comprometidos consigo
mismos y con los demás. Ya lo dijo Nietzsche: Una moral de señores y no una
moral de esclavos.