PRIVILIGIARSE EL TRABAJO Y LA CREATIVIDAD
El
Presidencialismo mexicano fue un régimen que en sus últimos 50 años por lo
menos se corrompió a tal grado que, era del conocimiento público y práctica
cotidiana la corrupción y la impunidad; eso tanto a nivel particular como en el
gobierno. En el segundo caso es de tal gravedad pues el presidente de la
republica era el gran promotor de la corrupción, así como de la impunidad. Es
increíble que un Estado como el mexicano tenga una duda de alrededor de once
billones de pesos que equivale al 44% del Producto Interno Bruto, que es el resultado
del valor de bienes y servicios que se producen en un año. Es de locura. Eso es
lo que nos heredó el Presidencialismo priista y panista.
En
el régimen Presidencial se veía bien hacer dinero a cualquier precio y con
cualquier método y el método más eficiente lo es la corrupción institucionalizada;
es decir, el gobierno, comenzando por el presidente en turno hasta el más
modesto de los presidentes auxiliares participaban en el saqueo, rapiña, malversación
de bienes y servicios que requiere el Estado. Contratos a los amigos o a
cualquiera que reporte alguna ganancia pingue sin importar las leyes ni la
mortal. De esta forma han hecho fortunas muchos de los personajes más
conocidos, ya sean de la iniciativa privada o del gobierno pues hay una
complicidad inseparable para que funcione la dupla corrupción/impunidad.
Los
ejemplos cotidianos de corrupción e impunidad se volvieron tan comunes que los
ciudadanos adoptaron este modelo y hasta se acuñó la frase “El PRI roba, pero
deja robar” y esto es muy significativo pues se hizo partícipe al pueblo para
hacerlo sentir vergüenza de sus acciones corruptas y callara al tener la
certeza de que era cómplice de la corrupción. Para que esto funcionara existía toda
una trama dentro del Estado mexicano que, a pesar de ser evidente la corrupción
no hubiera sanción alguna a los responsables y en consecuencia, únicamente a
los más torpes se les aplicaba la ley.
Es
sabido y es una vergüenza nacional que, en las Universidades, en particular en
los colegios de Derecho se enseñaba que, en el caso el Derecho Penal, el mismo solo
se aplicaba a las tres Ps, a los pendejos, a los pobres y a las putas.
Semejante concepción de la justicia no solo es vergonzante sino clarificadora
del funcionamiento del Estado mexicano. Simulación en todos los ámbitos. La sucesión de presidentes del mismo partido único
de Estado y de los panistas aseguraba que la corrupción tendría su correlato de
impunidad. Todo asegurado por el pacto de los gobernantes.
Ahora
bien, el pueblo se cansó de este pensamiento y, su práctica debido a que todas
las fuerzas, hechos, actos y conciencia nacional y extranjera dieron ese
resultado y se decantaron por dar fin a toda una época. No hay ya futuro para
el priismo y el panismo tardará un buen tiempo en recuperarse y será según se
alejen de la corrupción, no antes. Toda la gritería vulgar que tienen no tiene
como fin lograr posiciones positivas en la política, se trata únicamente del
estado psicológico de la derrota. Desde la Reforma e intervención francesa los conservadores
no habían sufrido una derrota de esta magnitud. Lo peor para los panistas no es
la derrota sino estar realmente impotentes para poder reaccionar y menos
accionar; ni siquiera pueden ser reaccionarios; se quedan en la simple
histeria. De la misma manera, para los priistas la derrota no es lo peor sino el
abismo que se les presenta como única vía: su desaparición inmediata.
En
efecto, esto no tiene vuelta y de lo que se deberían estar preocupados y
ocupados los políticos, gobernantes, simpatizantes y pueblo en general, es de
cambiar en ciento ochenta grados este régimen y que, en lugar de desear,
premiar y seguir las conductas corruptas seguidas de la impunidad se privilegie
el correspondiente buen pago a los mejores trabajadores, a los que tienen
creatividad y ni se diga s los que inventan en beneficio de los demás. Se debe
aportar antes de pedir o solicitar a la república.
Que
no se engañen los nuevos y viejos políticos que han llegado al poder público del
partido MORENA, no se les firmó, por pate de los electores, un cheque en blanco
para que hagan lo mismo que los priistas y panistas. Si no se vuelcan a la
democracia, a la legalidad, a la legitimidad y no observan una moral superior tendrán
que enfrentarse al pueblo y tengan por seguro que no habrá cuartel ni perdón ni
olvido por su mal comportamiento. No más corrupción, no más impunidad.
La
base del nuevo régimen debe ser la justicia positiva y efectiva, la legalidad y
legitimidad sin simulación ni torceduras, la solidaridad y oportunidad
irrestricta a todos. Que las virtudes, las capacidades, la observancia a las
leyes benéficas sean las únicas ventajas que tengan los que los tengan y que
las mismas no sean extremas. Porque dos defectos humanos se saben: la pobreza
extrema y la riqueza extrema. Siempre se puede corregir y por esta corrección
yo venero al pueblo mexicano.
Volvamos
a decirlo, si este gobierno no tiene la intención de poner las virtudes y la
ley como eje de la vida del pueblo mexicano el esfuerzo de millones será nulo; habrán
echado al cesto de la basura la vida de todos estos buenos mexicanos. No crean
que el esfuerzo es menos, no crean que se les eligió para ser priistas o
panistas sino para que cumplan con la voluntad soberana del pueblo. Yo hago
responsable a todos y cada uno de los servidores públicos que están ejerciendo
por MORENA y que no les quepa duda de que serán combatidos oportunamente. Hagan
su trabajo y muchos no son merecedores de estar en esos puestos, pero ya están ahí,
hagan su mejor esfuerzo y en caso contrario, la nación, el pueblo se los va a
reclamar. Todo ha cambiado.
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