DERROTA
MORAL DEL RÉGIMEN PRIÍSTA
Es muy esclarecedor estudiar cada una de
las llamadas “Transformaciones”; la Independencia, la Guerra de Reforma y la
Revolución de 1910. Estos tres hechos están bien documentados: por lo menos lo
suficiente para darnos clara idea de cada uno de ellos. En cambio, con la
actual llamada “Cuarta Transformación”, estamos en pleno camino y esto es
aprovechado por los opositores para lanzar a diario y a toda hora noticias
sensacionalistas, alarmistas y noticias falsas; esto no quiere decir que todo
vaya viento en popa. Por el contrario, el avance es muy escabroso y peligroso
tanto por la falta de experiencia de muchos de los funcionarios que han llegado
como por las circunstancias del Covid-19 que ha afectado la economía mundial.
Los empresarios mexicanos inmediatamente han solicitado que el Estado les de
dinero a manos llenas y por el contrario, han recibido notificación de pagar
los 50 mil millones de pesos que deben de impuestos. Esto ha desatado una lucha
descarnada y sin cuartel entre gobierno e Iniciativa Privada.
El régimen Presidencial priísta parecía
sólido y no se esperaba una derrota del mismo. Con todo, es conocida su derrota
total y definitiva. Parece que, en estos tiempos de zozobra tanto priístas como
panistas podrían tener una buena oportunidad de regresar; no hay tal. Cata una
de las Transformaciones ha tenido circunstancias propias y diversas que las
hace únicas y diferentes a las restantes pero, los efectos han sido similares
en lo económico, político y social. Todas las Transformaciones han sido
terribles al grado de la hambruna, miles de muertos, precariedad en el gobierno
y una sociedad dividida entre otras cosas. Ahora bien, tienen una coincidencia
en el resultado sea este bueno o malo, las tres transformaciones triunfaron por
sobre todo los peligros y se consolidaron.
La Cuarta Transformación va a tener que
batallar contra todos los peligros económicos, políticos y sociales; esto no es
malo pues permite darse cuenta de la solidez del nuevo gobierno y del respaldo
social. ¿Qué depara el futuro?, un montón de enemigos, problemas y sorpresas
inesperadas. En efecto, no se puede esperar una transición tersa ni calmada
pues los políticos del viejo régimen trataran de aprovechar las mínimas
oportunidades para volver al poder. A mi parecer esto último no pasará y el
destino del Partido Revolucionario Institucional se definirá en las siguientes
elecciones de 2021, con su derrota final. Al Partido Acción Nacional, le espera
un largo camino de su propia auto reconstrucción, ya sin la sociedad del PRI, el
poder político y el económico que les proporcionaba a ambos partidos estar en
el poder presidencial federal. En solitario, el panismo tendrá que luchar para
lograr disminuir el descrédito que carga.
En cuanto al Partido Movimiento de
Reconstrucción Nacional, deberá depurar a sus candidatos para las siguientes
elecciones con el riesgo de perder rápidamente el apoyo de sus propios miembros
y simpatizantes. Todo ejercicio de poder, como bien se sabe, desgasta pero en
un sistema democrático el mal gobierno puede ser fulminante. Por el momento,
tiene el apoyo increíble de los ciudadanos.
La derrota que sufrió el régimen priísta
antes que todo, fue una derrota moral que el propio PRI, ya había tratado
inútilmente de solucionar para no perder el poder político; sin embargo, todo
fue palabrería porque la corrupción en lugar de disminuir se acrecentó en los
últimos gobiernos en turno ya fueran priístas o panistas.
Un régimen cualquiera puede sostenerse,
como el priísta, en el control total de todos los órganos, instituciones,
dependencias de gobierno y por supuesto al pueblo con todo un entramado que lo
sujetara con leyes, organizaciones sindicales, organizaciones campesinas, la
fuerza del Estado y toda una ideología surgida de la revolución de 1910. Las
fórmulas que tenía el PRI de ser corrupto pero permitir al pueblo ser corrupto,
fue gradualmente desgastando su gobierno aunque no fue el única razón por la
cual cayo el régimen. Por el contrario, un gobierno democrático tiene su poder
en las acciones de gobierno que el pueblo sienta suyas y de donde nazca la fe
respecto al nuevo sistema político. No es que el anterior, sistema político no
tuviera su crédito que se basaba en la obediencia absoluta. Hasta el momento,
el nuevo gobierno tiene un crédito incalculable que debe cuidar si quiere
salvar todos los obstáculos de todo tipo y triunfar.
No tengo duda alguna de que la derrota
del viejo régimen es total y definitiva con la correspondiente desaparición del
PRI como partido importante y eventualmente su extinción como institución. La
derrota moral no tiene precedentes ni se ha visto su magnitud y por ello no se
quiere ver lo que en estas líneas vaticino. Más que a los gobernantes le
compete al pueblo que no se vuelva a crear una clase política que sea al estilo
de una monarquía en una república democrática.
No hay duda que habrá un intento por que este tipo de políticos se
perpetúen en el poder no hay que ser románticos, los humanos tenemos las mismas
virtudes pero también las mismas debilidades y la debilidad por el poder es
inimaginable. Por eso el pueblo debe tener cuidado de no permitir un nuevo
Presidencialismo pues el fin es la democracia con todos sus defectos que pueden
irse superando.
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