lunes, 20 de abril de 2020

DERROTA MORAL DEL RÉGIMEN PRIÍSTA



DERROTA MORAL DEL RÉGIMEN PRIÍSTA  

Es muy esclarecedor estudiar cada una de las llamadas “Transformaciones”; la Independencia, la Guerra de Reforma y la Revolución de 1910. Estos tres hechos están bien documentados: por lo menos lo suficiente para darnos clara idea de cada uno de ellos. En cambio, con la actual llamada “Cuarta Transformación”, estamos en pleno camino y esto es aprovechado por los opositores para lanzar a diario y a toda hora noticias sensacionalistas, alarmistas y noticias falsas; esto no quiere decir que todo vaya viento en popa. Por el contrario, el avance es muy escabroso y peligroso tanto por la falta de experiencia de muchos de los funcionarios que han llegado como por las circunstancias del Covid-19 que ha afectado la economía mundial. Los empresarios mexicanos inmediatamente han solicitado que el Estado les de dinero a manos llenas y por el contrario, han recibido notificación de pagar los 50 mil millones de pesos que deben de impuestos. Esto ha desatado una lucha descarnada y sin cuartel entre gobierno e Iniciativa Privada.

El régimen Presidencial priísta parecía sólido y no se esperaba una derrota del mismo. Con todo, es conocida su derrota total y definitiva. Parece que, en estos tiempos de zozobra tanto priístas como panistas podrían tener una buena oportunidad de regresar; no hay tal. Cata una de las Transformaciones ha tenido circunstancias propias y diversas que las hace únicas y diferentes a las restantes pero, los efectos han sido similares en lo económico, político y social. Todas las Transformaciones han sido terribles al grado de la hambruna, miles de muertos, precariedad en el gobierno y una sociedad dividida entre otras cosas. Ahora bien, tienen una coincidencia en el resultado sea este bueno o malo, las tres transformaciones triunfaron por sobre todo los peligros y se consolidaron.

La Cuarta Transformación va a tener que batallar contra todos los peligros económicos, políticos y sociales; esto no es malo pues permite darse cuenta de la solidez del nuevo gobierno y del respaldo social. ¿Qué depara el futuro?, un montón de enemigos, problemas y sorpresas inesperadas. En efecto, no se puede esperar una transición tersa ni calmada pues los políticos del viejo régimen trataran de aprovechar las mínimas oportunidades para volver al poder. A mi parecer esto último no pasará y el destino del Partido Revolucionario Institucional se definirá en las siguientes elecciones de 2021, con su derrota final. Al Partido Acción Nacional, le espera un largo camino de su propia auto reconstrucción, ya sin la sociedad del PRI, el poder político y el económico que les proporcionaba a ambos partidos estar en el poder presidencial federal. En solitario, el panismo tendrá que luchar para lograr disminuir el descrédito que carga.

En cuanto al Partido Movimiento de Reconstrucción Nacional, deberá depurar a sus candidatos para las siguientes elecciones con el riesgo de perder rápidamente el apoyo de sus propios miembros y simpatizantes. Todo ejercicio de poder, como bien se sabe, desgasta pero en un sistema democrático el mal gobierno puede ser fulminante. Por el momento, tiene el apoyo increíble de los ciudadanos.

La derrota que sufrió el régimen priísta antes que todo, fue una derrota moral que el propio PRI, ya había tratado inútilmente de solucionar para no perder el poder político; sin embargo, todo fue palabrería porque la corrupción en lugar de disminuir se acrecentó en los últimos gobiernos en turno ya fueran priístas o panistas.

Un régimen cualquiera puede sostenerse, como el priísta, en el control total de todos los órganos, instituciones, dependencias de gobierno y por supuesto al pueblo con todo un entramado que lo sujetara con leyes, organizaciones sindicales, organizaciones campesinas, la fuerza del Estado y toda una ideología surgida de la revolución de 1910. Las fórmulas que tenía el PRI de ser corrupto pero permitir al pueblo ser corrupto, fue gradualmente desgastando su gobierno aunque no fue el única razón por la cual cayo el régimen. Por el contrario, un gobierno democrático tiene su poder en las acciones de gobierno que el pueblo sienta suyas y de donde nazca la fe respecto al nuevo sistema político. No es que el anterior, sistema político no tuviera su crédito que se basaba en la obediencia absoluta. Hasta el momento, el nuevo gobierno tiene un crédito incalculable que debe cuidar si quiere salvar todos los obstáculos de todo tipo y triunfar.

No tengo duda alguna de que la derrota del viejo régimen es total y definitiva con la correspondiente desaparición del PRI como partido importante y eventualmente su extinción como institución. La derrota moral no tiene precedentes ni se ha visto su magnitud y por ello no se quiere ver lo que en estas líneas vaticino. Más que a los gobernantes le compete al pueblo que no se vuelva a crear una clase política que sea al estilo de una monarquía en una república democrática.  No hay duda que habrá un intento por que este tipo de políticos se perpetúen en el poder no hay que ser románticos, los humanos tenemos las mismas virtudes pero también las mismas debilidades y la debilidad por el poder es inimaginable. Por eso el pueblo debe tener cuidado de no permitir un nuevo Presidencialismo pues el fin es la democracia con todos sus defectos que pueden irse superando. 

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