viernes, 25 de marzo de 2016

INDIO E INDÍGENA



Un pueblo que solo sirve como receptáculo de las ideas y creaciones ajenas está condenada al vasallaje. V. M.


De común la Humanidad toda se equivoca y transmite por tradición esos mismos errores a las siguientes generaciones que, sin razonar siguen reproduciendo esas equivocaciones hasta que se arraigan y se usan indiscriminadamente. Eso pasa en todos los ámbitos incluyendo el lenguaje. En México y, en otras partes del mundo, se usa y se abusa de dos términos: indio e indígena; el primer concepto se usa para designar a los nativos de lo que hoy, llamamos América, el segundo, se abusa en el mismo sentido. Sin embargo, la palabra indio, es, o mejor dicho era el gentilicio de los indígenas de la India; es decir, los nacidos en esa parte del mundo. 

Ahora bien, ¿por qué se usa la palabra indio para designar a los habitantes naturales de este continente (América)?, por la peregrina razón de que, Cristóbal Colón, en su búsqueda de hallar la India y con ello a los indios, topó con estas tierras y creyó haber llegado al lugar buscado y, al regresar a Europa llevó la noticia de haber encontrado la India. Desde entonces, erróneamente, se dice indios a los indígenas de este continente; porque la palabra indígena designa a los habitantes naturales de determinado lugar. En este sentido todos los seres humanos somos indígenas por haber nacido cada quien en un lugar determinado del planeta Tierra. 

Es increíble que, hasta las personas cultas y con grados académicos se dejen llevar por la estúpida tradición de llamar indios a los descendientes de los pueblos prehispánicos con los dos términos, agregando mayor confusión en el uso correcto del lenguaje y, por ende, en detrimento de la verdad. Esto podría parecer solo una anécdota; sin embargo, esto va más allá de ello, indio e indígena. En México dichas palabras generalmente, se usan de forma despectiva para denigrar a los descendientes de los pueblos originarios. Por el momento, no he encontrado un historiador, antiguo o contemporáneo, que no use la palabra indio para designar a los pueblos prehispánicos o sus descendientes. 

Si una de las acepciones de Filosofía, es amor a la verdad y uno de sus fines, es encontrarla, con los requisitos que la misma impone; tal parece que, en México, se filosofa poco. Tenemos muy buenos historiógrafos de las diversas filosofías pero muy pocos filósofos, lingüistas, historiadores, maestros entre otros profesionistas que se preocupen y ocupen de traer a la luz lo que está en la oscuridad. Es tal el abandono de toda buena cultura, ciencia y filosofía que, mucho me temo que ya es imposible corregir este rubro. Con todo, no es correcto que se abandone la lucha. Tirar la toalla es propio de conformistas y fatalistas.  

Por ello, cuando oigo hablar sobre el tema a personas con determinado grado de estudios no les perdono su ignorancia; esto se agrava cuando las mismas personas usan y abusan de dichos términos para tratar de ponerse por sobre los demás seres humanos, tratando de discriminar ridículamente a personas con determinadas características, entre ellas la pobreza. Con ello solo muestran y demuestran que, si bien puede ser que tengan dinero y bienes materiales la pobreza intelectual les luce desde lejos y mucho más de cerca. La buena cultura debe cultivarse con mucho esmero y el lenguaje, una característica humana, bien usado puede ser constitutiva de belleza, de sabiduría y respeto por el otro, para ti, para todos y, ser la base de una vida más digna. 


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