Los
gobernantes en México en los tres órdenes de gobierno y la mayoría de los
políticos, todos los días manifiestan vehementemente que se vive en democracia
y que existe libertad. ¿Qué tipo de libertad existe en México si es que la
hay?. No se puede dudar de que haya pugna entre los que luchan por implantar la
democracia y los que se niegan a ello. Es evidente que los que quieren que
impere la democracia son los menos, por lo menos hasta ahora, y son la mayoría los
que se oponen, siendo un rasgo evidente que gobernantes y políticos están en
este bando. Es entendible que gobernantes y políticos se opongan a que la
democracia se imponga dado a que viven de lo público de manera corrupta.
Con
todo, la lucha con las características en México no podría darse sin que exista
una cierta libertad o un tipo de libertad especifica. EL capitalismo terminó
con el feudalismo y liberó a los seres humanos y en la creación del nuevo
Estado se tuvo como base que siendo los seres humanos libres se unieran su
voluntad libre para que uniéndose todas las voluntades en lo político se
pudiera vivir bajo la más estricta responsabilidad individual en todos los
ámbitos; sin embargo, pronto se vio que aun pueblos enteros estaban más
preparados para la sumisión y con ello para el totalitarismo, tales fueron los
casos de Italia y Alemania en el siglo XX con Mussolini y Hitler
respectivamente.
En
México se tuvo un largo periodo de 70 años bajo el gobierno del Partido
Revolucionario Institucional que bien pude calificarse de totalitario. Con la
diversificación de la política a través del nacimiento de nuevos partidos se
cree que ya estamos en democracia. Con todo, eso no se debe aceptar de forma
acrítica. Un partido como el priista no puede cambiar su forma de gobernar por
decreto o por pura voluntad mientras existan las formas totalitarias y
antidemocráticas.
Existe
la libertad en el sentido negativo y en el sentido positivo. La primera tiene
como rasgo la pasividad, los individuos se adecuan a la forma de gobierno sin
crítica y acción para incidir en la conformación del Estado. En este contexto
se cree que la libertad consiste en seguir y adaptarse al orden jurídico. Esta
visión es sostenida por los gobernantes de derecha y hasta una parte de los de
izquierda. Tal es el caso de Jesús Ortega y demás seguidores. La libertad en el
sentido negativo tiene como líderes a unos cuantos en detrimento de las
mayorías. En México los que integran los tres órganos de gobierno, las
instituciones, políticos y clase burguesa dirigen la vida de los demás sin
importarles la democracia (demos=pueblo, kratos=poder), poder del pueblo, de
las mayorías. Se tiene entonces que, si el pueblo no interviene más que
simuladamente y de manera accidental en la conformación del gobierno y en el
gobierno mismo no haya democracia.
El
gobierno federal en turo tiene rasgos de un gobierno totalitario. No permite
que el pueblo se manifieste libremente y usa la represión como respuesta a los
justos reclamos del pueblo. La imposición de más impuestos sobre el pueblo es
nutro rasgo de ese totalitarismo. Véase la Ley General del Servicio Profesional
Docente y el fondo no es otro que el de darle al Presidente un poder absoluto
sobre los maestros para hacer política. El poder que había conseguido Elba
Esther Gordillo le fue arrebatado a través de maniobras legales bien planeadas
que sin embargo, han dejado intactos a los líderes corruptos emanados del
sistema pero, que sirven al mismo. La lideresa del SENTE había servido a los
candidatos y gobiernos panistas en la política y ella misma se había servido
del sindicato de maestros para fines políticos. Con su encarcelación se le
anula y se sirve el gobierno en turno del sindicato para propósitos políticos. Se
trata pues, de revivir el presidencialismo fortaleciendo sus atribuciones
constitucionales y de facto y esto no es otra cosa que el totalitarismo.
Sin
embargo, existe la libertad positiva que tiene como rasgo distintivo el de
tener consciencia de la realidad y de poner en acción sus derechos logrados y
avanzara hacia la implantación de la democracia; es decir, el poder del pueblo
para gobernarse. Este tipo de gobierno es el de la voluntad general. Si la
libertad negativa tiene como rasgo la irresponsabilidad la libertad positiva
tiene el rasgo de la responsabilidad por todos los actos del ser humano.
Ahora
bien, el pueblo mexicano castrado del elemento político por los españoles tuvo
que luchar por su libertad política y económica en todo momento y en todo
momento han llegado individuos o partidos a escamotearle esos éxitos. Ha tenido
logros que sin embargo, han sido pronto pervertidos. El último logro
significativo del pueblo mexicano lo fue el derrocamiento del porfirismo y su
continuación, el gobierno de Victoriano Huerta. El éxito no duró ya que a
través de la implantación del gobierno de un solo partido se dio al traste con
alcanzado. Véase el hecho extraordinario la anulación de los mexicanos desde
principios de los años treinta del siglo pasado hasta la el año dos mil a través
del agrupamiento político de los ciudadanos en tres sectores; el campesino, el
obrero y el popular. El pueblo cansado
de las atrocidades de la lucha civil aceptó un gobierno antidemocrático,
totalitarista que hoy regresa con las mismas viejas prácticas. Los órganos e
instituciones gubernamentales han sido adeptas a mantener ese mismo gobierno
antidemocrático y con tintes totalitaristas al avalar lo ilegal, torciendo la
aplicación del Derecho.
Por
todo ello, no se debe dar crédito al discurso oficial de que estamos en
democracia y que existe libertad plena en México. Existe una libertad negativa
que conviene a pocos (ricos, gobernantes y políticos) en detrimento de la
mayoría. La aceptación del orden legal sin crítica y acción alguna es aceptar
el gobierno antidemocrático y con rasgos totalitaristas. Aceptar el “Pacto por
México” es aceptar que se unan las distintas fuerzas políticas para la
anulación de la sociedad civil. Aceptar el “Pacto por México” es aceptar un
gobierno totalitarismo consensuado por unos cuantos.
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