viernes, 3 de diciembre de 2021

EL INSULTO A LAS MADRES LO ES A TODAS LAS MUJERES

 

EL INSULTO A LAS MADRES LO ES A TODAS LAS MUJERES

 

Los insultos a las mujeres de manera directa o indirecta son tan comunes, tan cotidianos que, se nos hacen de lo más normal. El insulto más común es: ¡Chingas a tu madre!. Sabemos a qué se refiere esto pues tiene una connotación sexual, significa la violación materna con violencia y de manera enferma. En esta frase corta esta resumido todo el odio, toda la maldad humana. No pensamos ni por un minuto que, esta ofensa siempre vulnera a las mujeres, a todas no solo a una o varias, a todas.

 

Las religiones y en especial la católica ponen a la mujer como un derivado del hombre, de una de sus costillas (Vaya falsedad de mal gusto). Esto tiene sus consecuencias. La primera es que la mujer carece de identidad con el Dios cristiano; no está hecha a su imagen y semejanza, es decir, es de segunda categoría. La segunda es tener menos derechos que los hombres y por consiguiente, puede ser maltratada. Tercera, el lugar de las mujeres queda relegada a los trabajos de segunda y ulteriores importancias. Cuarta, las riquezas están a disposición de los hombres en su mayor parte y con ello se margina a las mujeres. Quinta, las mujeres son inferiores a los hombres en todo.  

 

Por si esto no fuera suficiente en la Biblia se la atribuye a la mujer el pecado original al comer Adán y Eva el fruto del bien y del mal, del conocimiento. En este contexto, siendo Eva de menor calidad que Adán por lo ya dicho, es evidente que, la culpa será de Eva y con ella todas las mujeres del futuro. La suerte estaba echada y con el tiempo se volvió un hábito, con posteridad se hizo costumbre y todo esto se decantó en una doctrina que se ha enseñado a lo largo del mundo durante más de dos mil años; se llama catolicismo.

 

En todos los lugares que se ha impuesto el catolicismo los sacerdotes han sido los encargados de enseñar esta trama de la creación de la mujer por medio de una costilla del hombre con toda su maldad y, como es que, la mujer es quien tiene y mantiene el pecado original. A partir de todo esto las mujeres quedan en un estado de minoridad de edad y se les trata como tales. La familia mexicana, por ejemplo, se formó de acuerdo con el Génesis con el padre, la madre y los hijos como modelo, con el padre de familia como el único con derecho a decidir sin muchos obstáculos.

 

La familia mexicana estaba llena de contradicciones. Por un lado, se impuso un paradigma de familia como ya se dijo, pero también estaba el amor natural entre los padres, estos con los hijos y de todos con la madre comparada con la virgen María. En este marco la mujer unas veces es adorada y otras, denostada por el padre de familia. A lo largo de cientos de años se formó todo un sistema de represión contra las mujeres que alcanzó el grado de normalidad. ¿Qué de malo tenia golpear a una mujer si lo mandaba y permitía Dios?. Los sacerdotes todos los días hablando de pecados y de quien tenia en su seno el pecado original, un mal incurable. Enseñando por cientos de años la violencia contra las mujeres. Imaginen esta ideología implantada en los niños y las niñas desde muy temprana edad cuando no están preparados para discernir plenamente el bien y el mal. Todo esto con el consentimiento de los padres y bajo la autoridad de un sacerdote y toda una corte de personas que en todo momento refuerzan lo enseñado. Por si esto fuera poco, esta el gran poder de la iglesia presidida por el Papa desde el Vaticano y para todos los fieles. El control es inmenso.  

 

No se necesita mucho estudio para darse plena cuenta y no tener duda que, la fuente de la violencia contra las mujeres es la visión religiosa sobre la creación de los seres humanos. Esa forma de pensar y actuar respecto a la humanidad debe cambiar radicalmente para tratar de iniciar una verdadera igualdad entre los géneros no idealizada sino real que permita justicia hacia las mujeres. La humanidad va dando tumbos en su devenir, por eso, es indispensable que, piense cada paso avanzado y uno de ellos es el fin de la violencia hacia las mujeres. Sin este requisito no se podrá alcanzar un nuevo estadio mejorado en la historia humana. Para esto hace falta el abandono de la religión católica en el occidente y todos los lugares en donde exista esta opresión. Callar no es ya una opción, dar marcha atrás, menos. Esta batalla será larga y difícil.

 


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