EL SIN SENTIDO DE LA VIDA
No
voy a decir algo que no se haya ya dicho hasta la saciedad para las élites filosóficas
y para todos aquellos que saben esta verdad: La vida no tiene sentido. Para las
personas católicas y religiosas esto es extraño y hasta repugnante; sin
embargo, esa es la verdad, la vida no tiene sentido. Por el contrario, de tomar
esto como una calamidad, un desastre o una maldición es una inmejorable condición
para que, los seres humanos se vuelquen a construir sus vidas. Sin esta condición
la vida se estanca, decae y aunque, los religiosos creen en el destino metafísico
dictado por una divinidad, todos los días se tienen que preocupar y, ocupar de
sus vidas y actuar en consecuencia. No se sientan a esperar que divinidad
alguna les haga la vida. Eso es lo que no logran ver del todo y no me extraña
al tener la mirada limitada por la religión.
México
sería mucho más auténtico, mucho más poderoso si pasará como lo dice Aristóteles
si sus habitantes pasaran de ser potencia a acto; es decir, dejar liberar el
ser germinal hasta que cada uno sea la mejor versión de si mismo. No se trata
pues de dejar que los dogmas de los religiosos imperen, sino que impere la
naturaleza de cada uno. Y eso se llama libertad. No se ha pensado estar presos
y por eso mismo las personas se sienten libres estando atados por cárceles metafísicas.
Eso es lo que se combate y se combate por liberar a los demás de estas cadenas
que no presienten y, no sienten y aceptan con sonrisas bonachonas. Libertad
lisa y llana para vivir. Eso le hace falta al pueblo mexicano y no lo que predican
los religiosos y conservadores. El pueblo mexicano ha querido y ha probado la
libertad que el mismo pueblo ha creado en el pasado uno de julio de dos mil
dieciocho. Y debe seguir sin dudar en ello le va la vida.
Se
quiere que el pueblo mexicano sea una masa de corderos que se pueda mandar,
trasquilar sin ninguna responsabilidad. No, el pueblo mexicano debe seguir
queriendo su poder y su libertad; a ese pueblo se debe venerar. No se debe dar
marcha atrás sino por el contrario, en la medida de lo posible mostrarle su
poder natural, su creatividad, su valor en la vida. En este sentido este pueblo
debe darle sentido a su vida, determinar el sentido de su existencia y
justificar todo lo anterior. Se ha querido un pueblo manso y se ha logrado
durante centurias, pero esto se debe terminar. Hay un pueblo magnifico en sus gérmenes
que debe bucear en busca de sus raíces mas fuertes, creativas y sensibles. Este
pueblo tiene la facultad para darle sentido a su existencia y no debe dar
marcha atrás. Tiene la palabra.
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