LA CREACIÓN E INTEGRACIÓN DE MÉXICO.
La
creación de México se ha dado durante mucho tiempo y se puede iniciar esta
historia con la caída de México-Tenochtitlan y eso es correcto desde la
perspectiva de como se decantaron los hechos, pero no desde la visión de Hernán
Cortés pues el, quería una “Nueva España”, no la creación de México. Por ello
es erróneo tratar de imponer a Cortés como padre fundador. No se trata de
quitarle ningún merito sino de despejar el horizonte.
Es
lamentable que, hasta los mejores historiadores se constriñan a señalar como ingredientes
constitutivos de lo mexicano “lo indígena” con lo cual se refieren a la parte prehispánica
y “lo español” como el otro elemento. Lo llaman “El encuentro de dos mundos” en
donde se dio el mestizaje y lo dicen con una felicidad adolescente. Todos
sonrientes, todos callados, pero ¿esto es realmente así?.
En
Mesoamérica vivían muchos pueblos como cholultecas, xochimilcas, texcocanos,
chichimecas, michoacanos, tlaxcaltecas y la lista es larga. Todos ellos van a
integrar lo que es lo mexicano, después a los mexicanos para finalmente
constituir al Estado mexicano. En ese orden, en ese génesis. Tratar de
comprender y explicar este proceso es muy difícil, pero aquí únicamente se
trata de dar la señalética de hacia donde va el camino.
Si
ponemos como elementos constitutivos de México la parte “indígena” y la parte “española”
estaremos cometiendo una gran torpeza. Primero, para esos tiempos, 1521, España
no existía como Estado nacional. Segundo, el termino indígena se compone de dos
raíces latinas “Inde” y “Gen” significa “del lugar donde se nace”, es decir,
los españoles son indígenas de España tal como los rusos lo son de Rusia o los japoneses
de Japón. Esto no son meros tecnicismos ni mera cultura general sino lo correcto
de saber. Con esta visión torcida se comete una gran injusticia con el resto de
los pueblos que integran los Estados Unidos Mexicanos o como comúnmente se le
conoce: México. Es tan grande la diversidad de pueblos y que aun hoy, se pueden
ver en gran número. Así que, “lo indígena” no es un elemento sino un conjunto
de elementos y con esto debemos dejar esa visión trunca y equivoca. Léase el
articulo 4 constitucional y se verá esta verdad plasmada legalmente, pero que
ya existía de antemano.
Ahora
bien, los puristas y románticos quieren limitaciones, pero la vida es dinámica y
no presta oídos a semejantes sujetos. México también tiene sus raíces en África,
ahí tenemos al símbolo histórico de esto en Yanga y en la vida diaria con los
mexicanos con estas raíces en Veracruz, en Guerrero y otras entidades
federativas y esto es una riqueza. Sin embargo, nos quedaríamos cortos con este
modelo. Se han integrado a México tantos otros elementos como chinos, japoneses,
árabes, franceses y de otras índoles que el horizonte se nos amplia demasiado,
pero a la vez se enriquece.
En
efecto, dinámica como lo es la vida no deja de haber intercambios constantes
para bien o para mal que, esto destruye la visión dualista de la creación e integración
del Estado mexicano. Lo mexicano no es una construcción estática, terminada de una buena vez y por todas sino una construcción constante y por lo tanto
huidiza para conceptualizar, pero si visible para poder hablar de ello. No nos
dejemos engañar por esos adolescentes incautos que escriben sin mucha pericia
sus visiones truncas de lo que es lo mexicano y México.
Los mexicanos no debemos dejarnos atrapar en visiones externas y equivocas sino en la verdad de la realidad. No debemos dejar que se nos determine sino autodeterminarnos. No somos indios, los indios son de la India ni únicamente indígenas en general sino descendientes de tal o cual pueblo muy concreto o el producto de muchos ingredientes culturales. Hemos estado atrapados en conceptos fuereños hechos de desdén y hasta odio por no saber que, nuestras raíces se imbrican en una riqueza insospechada. El amanecer se acerca y debemos seguir el camino bajo una estrella, nuestra estrella.
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