jueves, 3 de junio de 2021

EL RÉGIMEN PRESIDENCIAL Y DE ÉLITES

 

EL RÉGIMEN PRESIDENCIAL Y DE ÉLITES 

 

El  régimen que pretenden poner en vigencia el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), es un Presidencialismo de élites, donde únicamente el presidente sea el que dirija y ordene toda la administración pública; en donde la iglesia católica dicte la forma de vida moral publica y, privada con sus altas dosis de fanatismo religioso y el cobro de cuotas a los feligreses sin enterar al gobierno cuando recaudan pues sirven al Estado vaticano y en donde los bribones y corruptos tengan cabida.

 

No es de extrañar que el sistema político se haya diseñado pensando en la democracia, pero en la realidad se haya impuesto una dictadura totalitarista que impedía su práctica al no permitir a sus ciudadanos siquiera opinar. El control ciudadano era casi total en lo ideológico, en la educación, en la vida publica y privada; en lo público a través de todos los ritos oficiales y en lo privado por medio de la religión católica.

 

En lo político se nos hizo creer que los órganos ejecutivo, legislativo y judicial crearían pesos y contrapesos para lograr un equilibrio en el ejercicio de la soberanía nacional; sin embargo, destruyeron ese objetivo, creando el Presidencialismo en donde el presidente en turno era el único motor del Estado. El ejecutivo federal sobrepujaba a los órganos legislativo y judicial; en suma, era el “Mandamás”. Esto se replicaba en cada Estado en donde el “Mandamás”, lo era cada gobernador y en cada municipio lo era el presidente municipal. Los gobernadores estaban (y o siguen estando) por encima de los órganos legislativos y judiciales) de cada Estado. Los presidentes municipales eran los que tenían el poder más amplio sobre los municipios y ayuntamientos. Mas que ciudadanos había siervos pues los importantes lo eran los que gobernaban.

 

No es de extrañar que hubieran hecho falta un cambio de paradigma mundial de apertura económica y de integración global, en donde ya no tenía cabida el Estado mexicano con su cerrazón, su totalitarismo, patriotismo y con miles de empresas estatales; la mundialización de la economía exigía apertura y cambios radicales en la política interna, en la economía y todos los demás rubros por lo que hacía falta libertad a los ciudadanos para que pudieran ser consumidores; de allí la necesidad de tantas reformas legislativas que permitieran las privatizaciones y la democracia incipiente. Claro, hicieron falta por lo menos 50 años de lucha desde 1968 al 2018. La lucha fue larga, dura, con miles de muertos y cientos de marchas multitudinarias. Por todo eso, no se debe permitir el regreso de la vieja política totalitarista y se debe privilegiar el ejercicio directo de los ciudadanos en la vida pública. Se debe avanzar hacia la democracia y un nuevo modelo de Estado. El pueblo soberano ya no debe permitir que el gobierno sea de élites con exclusión de los ciudadanos. No mas gobierno de élites: gobernantes, iglesia, ejército, grupos empresariales extranjeros y nacionales y las cúpulas de los partidos.  


No hay comentarios.:

Publicar un comentario